Hoy comienza el solsticio de
invierno, buena ocasión para dedicarlo a la lectura, a los fogones y a
acariciar al gato, apoltronado en el sillón de orejas mientras suenan en el microsurco
valses criollos del argentino Ariel
Ramírez. En el año 1851 el cocinero
catalán Juan Cabrisas trabajaba en la Fonda de los Tres Reyes, en Barcelona. Siete
años más tarde y ya retirado, publicaría uno de los libros de cocina más
completos de la época: el Nuevo manual de la cocinera catalana
y cubana. Sólo se conserva un ejemplar en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Juan
Cabrisas, como señala José María
Perceval en su prólogo a la edición facsímil que obra en mi poder, “habla
en su libro de sopas hechas a la bayamesa, de carne frita a lo montero-vinero,
de yucas salcochadas, de fufús de malangas y plátanos, de sopas de jarabe, de
boniatos y quimbombos. Todo ello mezclado con ollas podridas a la castellana,
potajes de lentejas o sopas de cuaresma”.Y entre esas sorprendentes “fórmulas”
culinarias que aparecen en ese libro sale varias veces a relucir el congrio y
su modo de cocinarlo. En seguida me he acordado de los bilbilitanos, tan
aficionados a ese delicioso manjar desde los tiempos en los que intercambiaban
sogas de esparto, que transportaban hasta Muxía (La Coruña), por ese pez
anguiliforme con el que regresaban a tierras aragonesas una vez desecado para
su conservación. Las primeras referencias datan de 1446. Pues bien, Cabrisas
hace referencia al congrio con arroz. Señala.”Se pondrán a freír ajos con
aceite, perejil picado y luego el arroz. Cuando empieza a tostarse se añade
agua caliente con sal y pimienta y a los dos o tres hervores se aparta del
fuego. Al mismo tiempo se hace cocer el congrio con poca agua, aceite y sal.
Una vez cocido, se pondrá en el arroz y se vuelve a hacer hervir hasta que esté
cocido. Para hacer más fácil la labor, se hará freír con aceite, ajos, perejil
y tomate. Más tarde se añade el congrio a tajadas y se le deja freír, se le añade agua bien caliente procurando que
hierva lo más pronto posible. Cuando esté medio cocido, se añade el arroz y se
le deja cocer entre quince y veinte minutos”. Una receta parecida se utiliza en
Andalucía, donde se le añaden al congrio y al arroz unas gambas, mejillones, briznas de azafrán, dos tomates, una cebolla,
dos dientes a de ajo, pimentón dulce, nuez moscada, pimienta, sal y aceite de
oliva. Cada maestrillo tiene su librillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario