El próximo lunes comenzamos un nuevo año, 2018, y hará justo
un siglo de unas elecciones generales con sufragio masculino que dieron el
triunfo al Partido Liberal Conservador dirigido por Eduardo Dato, pero la coalición de las dos facciones del Partido
Liberal, la de Manuel García Prieto y la de Romanones sumaron más votos. Finalmente
sería elegido presidente del Congreso Miguel
Villanueva, y del Senado, Alejandro
Groizard. Y presidente del Consejo de Ministros García Prieto. En marzo fue
sustituido por Antonio Maura. Y en noviembre, por García Prieto. Pero dimitió a
los 26 días. El 5 de diciembre entró Romanones, que al mes siguiente suspendió
las garantías constitucionales. Finalmente, el 15 de abril de 1919 fue cesado y
se convocaron nuevas elecciones generales.
Fue un año convulso donde hubo una pandemia de gripe (“gripe española”)
que diezmó a la población europea con el resultado de casi 40 millones de
muertos. Aquel año, también, se cumplió el VII centenario de la Universidad de Salamanca y el centenario del Teatro Real de Madrid, cuya primera piedra tuvo lugar el 23 de
abril de 1818. Y en noviembre del año que ahora empieza se cumplirá el
centenario del fin de la Primera Guerra Mundial. En Junio de 1919 los países en
guerra firmaron el Tratado de Varsalles,
que entró en vigor el 10 de enero de 1920. Lo que había comenzado el 28 de
junio de 1914 con el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona austro-húngara, y de su
esposa, la archiduquesa Sofía, en
Sarajevo, terminó 52 meses después con un balance de casi 10 millones de
soldados muertos y 21 millones de heridos. Los muertos civiles fueron difíciles
de cuantificar, entre ellos hubo más de un millón de armenios masacrados en el
Imperio Otomano, más de 6 millones de prisioneros, 3 millones de viudas, 6
millones de huérfanos y alrededor de 10 millones de refugiados en toda Europa.
El coste total de la guerra supuso unos 180.000 millones de dólares, equivalentes a 4 veces el PIB de los países
europeos. Alemania y sus aliados, por el Tratado
de Varsalles, se vieron obligados a pagar una factura desorbitada que se
liquidó en 1983, aunque quedaron pendientes de abono los intereses generados
(unos 125 millones de euros al cambio de
2010). Dichos intereses no podían ser abonados hasta que Alemania no estuviese
reunificada, dándosele para ello 20 años a partir de ese momento. La deuda
final fue satisfecha el 3 de octubre de 2010. “Como medida precautoria (Lettieri, Alberto
(2008). Cap. 13. La civilización en debate. Prometeo Editorial.
pp. 186 – 187) a Alemania se le expropiaron todas sus posesiones
territoriales en el exterior, los territorios de Alsacia y Lorena, se le
prohibió tener aviación y se limitó el número de hombres de sus fuerzas armadas
a 100 000 y además se planteó una suma indeterminada en concepto de
resarcimiento por daños de guerra, que podría ser pagada no sólo en metálico,
sino también en producción industrial”.
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