martes, 3 de mayo de 2022

Paquetes de medidas

 


Leer a Ramón Reig, catedrático de Estructura de la Información de la Universidad de Sevilla, es lo primero que hago todas las mañanas después de haber desayunado. Es como el rojo líquido y de sabor dulce de "Hipofosfitos Salud" tomado a cucharaditas, o como la yema de huevo revuelta en vino quinado,  aquel reconfortante que me daban en casa a media mañana para disipar el espectro de la anemia. Ramón Reig, en su artículo de hoy en El Correo de Andalucía,  y bajo el epígrafe “Post-día del trabajo: a trabajar más”, cuenta que de no haberse comido Adán la manzana ofrecida por Eva, tentada por Lucifer en forma de culebra (lo de “en forma de culebra” lo he añadido yo por hacer más variopinto el Edén) no hubiese existido ayer la manifestación de obreros con motivo del Día del Trabajo. Pero Ramón Reig entiende, y así lo escribe, que “fue bonito pecar. No necesitar nada debe ser muy aburrido. Sé que hay miles o millones de personas por ahí deseando jubilarse. Las respeto y sobre todo si se lo merecen. Por ejemplo, los maestros y profesores de enseñanzas medias todos se lo merecen: aguantar a padres listos y a niños empoderados tiene bemoles”. Según Ramón Reig, “aquello no era una simple manzana, era la manzana del árbol del conocimiento. El conocimiento lleva a la libertad y la libertad tiene un precio que es el que estamos pagando”. Cada día que pasa resulta más complicado encontrar trabajo. Las máquinas suplen la mano de obra sin  pagar al Fisco IRPF por no ser personas físicas, ni cuotas de la Seguridad Social porque nunca pisarán un hospital o un ambulatorio, ni  eso que llaman “retenciones por desempleo y F.P.”. Cuando una máquina se queda obsoleta o se rompe, se sustituye por otra más sofisticada que se paga en cómodos plazos y anualmente se irá amortizando en los libros de Contabilidad. “Ahora -como bien indica Ramón Reig- hay que buscarse un huequecito entre los trabajos tecnológicos que hay y que van a surgir y aguantar los adoctrinamientos que enseñan en las escuelas de negocios, con muchos términos en inglés y mucho utilitarismo pero sin aportar comprensión real del comportamiento humano”. Los liberados de los sindicatos ya no serán necesarios en el nuevo “cibermundo” que tiene preparado con eso que los políticos a la violeta llaman “paquetes de medidas”, y que los currelantes no terminan de entender por culpa del pecado original.

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