jueves, 26 de mayo de 2022

Reyes y consortes

 


La prensa española, que nunca se atrevió a denunciar por cobardía los excesos del ahora llamado Rey Emérito, se empeña en llamar reina a Leticia Ortiz, cuando no es reina sino consorte del rey, como bien aclaró Sofía de Grecia a Pilar Urbano respecto a su persona. Esas misma prensa, que acostumbra a contarnos entre sus páginas un día sí y otro también el vestido que lleva puesto la consorte,  la diadema (que no tiara) que luce en determinada cena de gala, su peinado, o sus mejores “low cost”, nos tiene empachados a los sufridos lectores con tanto edulcorante. Todos damos por hecho que la consorte del rey tiene un gran armario ropero. Bueno, y qué. Eso es algo que también tuvo Victoria Eugenia de Battenberg y todas las consortes reales que la precedieron desde la llegada a España de la primera consorte del primer Borbón en la línea dinástica española, María Luisa de Saboya,  una niña casada por poderes en Turín el 11 de septiembre de 1701 y a la que no conoció el rey físicamente hasta  el 3 de noviembre, en Figueras. Fue la madre de Luis I (que solo fue rey  229 días, al morir de viruela con 17 años) y de Fernando VI. El entonces “rey emérito” (Felipe V) tuvo que volver a ocupar el trono, si bien es vedad que siempre estuvo reinando en una corte paralela a la de su hijo, desde su retiro en La Granja de San Ildefonso, ya casado con Isabel de Farnesio, madre de Carlos III (que heredó el trono a la muerte de su hermanastro sin descendencia, en 1759) y de otros "seis hijos, seis", por decirlo en términos taurinos. La última reina de España fue Isabel II, “la de los tristes destinos” según Benito Pérez Galdós. Desde entonces solo ha habido en España consortes del rey, amén de una "Generalísima consorte" de ordeno y mando, asturiana como el anís, con acendrada afición por acaparar peinetas de carey y collares de perlas, siempre pagados por el maestro armero.  Lo cierto es que en las monarquías parlamentarias (caso de España) el consorte, sea cuál sea su género, solo puede ser regente durante la minoría de edad del heredero. En vida del titular no tiene más poder ni más tarea que la representativa. Con las abdicaciones en Bélgica, Holanda y España, llegaron a ser consortes del rey tres mujeres ajenas a la realeza. La belga Matilde d’Udekem d’Acoz,  logopeda infantil cuando se casó con Felipe de Bélgica; Máxima Zorreguieta, argentina y economista en un banco de Nueva York antes de convertirse en esposa de Guillermo de Holanda y Letizia Ortiz, locutora de telediarios hasta su boda con el entonces príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, o sea.

No hay comentarios: