lunes, 12 de febrero de 2024

La prensa de provincias

 

Es tal la cantidad de noticias que se producen cada día y que se transmiten casi en directo que comprar un periódico no resulta práctico salvo que sea para envolver al día siguiente el bocadillo. Manuel Martín Ferrand decía que “periodista es todo aquel que escribe en un periódico y le pagan por ello”. Pero se da la circunstancia de que a día de hoy, salvo en ciertos diarios de prestigio, los columnistas escriben en tabloides de provincias de muy pequeña tirada (casi todos ellos heredados de la "prensa del Movimiento") sin cobrar, solo por la satisfacción de verse publicados; y sus columnas, preñadas de tópicos y alabanzas a políticos a la violeta, aburren a las ovejas. Hacer un periódico de provincias es sencillo. Las principales noticias de esos “boletines” se reciben de agencias, los anuncios oficiales les llegan rodados, las noticias de ámbito local son cubiertas en su mayor parte por becarios, aquellas reseñas que llegan de comarcas o pueblos se cubren en gran parte por corresponsales lugareños, que tampoco cobran, y las esquelas mortuorias ayudan al mantenimiento del diario. Es decir, que hasta los muertos cumplen su función. Al lector le encandila sabe quién se ha muerto y de qué. Eso último, el “de qué”, es más complicado de saber pero, al final, se termina sabiendo por un primo de un amigo que tiene una sobrina de celadora en el hospital comarcal donde el protagonista de la esquela orlada en negro estiró la pata tras haber recibido los santos sacramentos, que siempre es un alivio. También ayuda mucho a la venta de diarios locales las fiestas patronales de algún pueblo de la comarca, donde en las fotografías que aparecen a doble página siempre aflora un pabellón en el que se agasaja con migas, tortillas de patata, vino peleón y rosquillas del santo bendecidas a los pocos ancianos que quedan en mesas corridas y sillas de tijera; una procesión con fuerzas vivas muy serias, beatas fervorosas, jóvenes pasotas y un memo intentando poner orden; y unos lugareños que en el bar luchan por llevarse el trofeo en un concurso de guiñote patrocinado por la misma  Caja Rural que cada mes les resta de sus libretas de ahorro la parte alícuota de la compra de un  tractor “John Deere”  en la FIMA de hace seis años. Todo ello, más la ayuda de las Diputaciones Provinciales, como digo, coadyuva a mantener en pie diarios provinciales donde la noticia más importante suele ser la pertinaz sequía, ese fenómeno recurrente en el clima de España a los que solo se les podía hacer frente con pantanos y rogativas. Se cuenta que un fraile en el pueblo soriano de Serón de Nágima, que con ocasión de unas rogativas señaló en su sermón los pecados que eran la causa de la falta de lluvia. Lo contaba así en el diario El Duero, en su edición del 8 de mayo de 1945:  Dirigió la palabra a la enfervorizada muchedumbre el reverendo padre Francisco Irañeta, franciscano y vicario de la Residencia de Soria, el cual ante los asistentes puso de relieve las causas por las que Dios castiga nuestros pecados. Tales son la inobservancia de los días festivos, el horrendo pecado de la blasfemia y el pecado de la impureza, como causas principales”, según describe en su blog (23/08/22) Jesús Rodríguez Izquierdo”.

 

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