Leo en El
Correo de Andalucía que un convento busca monjas en evitación de que el Vaticano,
que establece que al menos haya seis monjas en un monasterio de clausura,
ordene cerrar el convento de las Carmelitas
Descalzas de Ronda (Málaga). Había nueve monjas antes de la pandemia, de
las que solo quedan solo cuatro, de las que una de ellas padece alzhéimer.
En ese convento se conserva un relicario que contiene la mano izquierda de
santa Teresa desde 1924, año de la
apertura del convento. Parece ser que esa reliquia fue encontrada en el cuartel
de Guardias de Asalto de Málaga por unos falangistas. La enviaron a Salamanca y
terminó en poder de Franco, que la conservó en El
Pardo hasta su muerte en 1975. Poco
tiempo después, Carmen Polo y su hija hicieron un
viaje a Toledo con esa mano, excepto el dedo meñique, para entregárselo al cardenal
primado junto a una pequeña Cruz Laureada
de san Fernando que llevaba el dictador en la solapa cuando iba de paisano.
Pero esa reliquia tiene su historia. Parece ser que en 1585 el vallisoletano
carmelita Gracián de Dios mandó separar ese miembro
de su cuerpo y fue enviado a las carmelitas de Lisboa y allí permaneció hasta
1920. Dos años antes de que un grupo de militares terminase con la República
en Portugal (1926) y estableciese una dictadura militar que entregase el mando
a Antonio
de Oliveira Salazar, aquella reliquia llegó a
España, como decía, y depositada en ese convento de Ronda. La crónica de ese
acontecimiento quedó reflejada en “La Voz
de Galicia” (en una crónica de Carlos Fernández (6/10/2001) al hacer referencia al verano de en el
verano de 1963, cuando coincidieron por separado en La Coruña la mano y el
brazo de la santa, una en el pazo de Meirás y otra en María Pita. El resumen es
el siguiente: Al estallar la Guerra Civil, las carmelitas se refugiaron en el
Asilo y una de las monjas sacó escondida la reliquia. Pero los republicanos se
enteraron y uno de los miembros del comité popular exigió la entrega de la mano
o mataba a las monjas. La superiora del
convento la entregó. En febrero de 1937 cayó Málaga en poder de las tropas
rebeldes y la reliquia apareció en la maleta del general republicano Villalba Riquelme. Fue llevada a Burgos (otros dicen que a Salamanca.
No se ponen de acuerdo los cronistas, ya que en
octubre de 1937 Franco fijó su residencia en Burgos, aunque el Cuartel General
oficialmente siguió en Salamanca hasta el final de la guerra) y Franco se la apropió. En junio de 1963 la
reliquia de aquel brazo (no de la mano izquierda) llegó a Galicia desde Alba de
Tormes, donde se guardaba permanentemente. “Al llegar la reliquia al Puente
Pasaje la esperaba el obispo auxiliar de la diócesis, Novoa Fuente, quien la transportó en coche a María Pita. Fue
entregada al alcalde, Sergio
Peñamaría, que la declaró ‘huésped de honor’ con la aclamación de
más de 10.000 personas. Finalizada la recepción oficial, la reliquia fue
llevada a hombros por las autoridades hasta la Colegiata, seguida en procesión
por los fieles. Allí se celebró un solemne Te Deum, dando finalmente el
obispo Novoa la bendición. Al día siguiente tuvieron lugar otros actos
religiosos en honor del famoso brazo incorrupto, uno de ellos en el nuevo
templo de las Carmelitas Descalzas en el Montiño, con participación de la
Sección Femenina de la Falange”. Teresa de Cepeda y Ahumada, que tal era su nombre, murió el 4 de octubre de 1582
en Alba de Tormes en brazos de otra monja, Ana de San Bartolomé. Fue enterrada en la iglesia de la Anunciación del convento de Carmelitas descalzas de
Alba de Tormes al día siguiente, 15 de octubre, coincidiendo con el momento de
cambio del calendario juliano al calendario gregoriano actual. En realidad
recibió tres entierros. El primero, al día siguiente de su muerte; se exhumó y
volvió a ser enterrada nueve meses más tarde. Su cuerpo estaba incorrupto. El
padre Jerónimo
Gracián le cortó la mano izquierda y se
la llevó a las carmelitas del convento de san José de Ávila, reservándose el
dedo meñique para él. En 1585 se
trasladó su cuerpo a Ávila, siendo exhumado el 25 de noviembre, aunque un
brazo, el derecho, se conservó en Alba de Tormes hasta que los duques de Alba, molestos con la decisión de los carmelitas,
utilizaron su influencia para lograr que el papa Sixto V aprobara un nuevo y definitivo traslado de los restos de Teresa al pueblo de nación. Aquel fue el tercero y último entierro oficial. Se encuentra
depositado en la capilla de la Anunciación bajo siete llaves para evitar el
robo de reliquias. El sepulcro se volvió a abrir en 1760 en presencia de Fernando VI, y por última vez en 1914. En
resumidas cuentas: en Alba de Tormes se conserva lo que queda de su cuerpo,
incluyendo el
brazo izquierdo
y el corazón,
los cuales están expuestos en el museo. En Roma se encuentra el pie
derecho, la mandíbula en el convento de Santa María della Scala, y
en san Pancracio se conservan algunos
fragmentos de cráneo y unos dientes. Existen más trozos anatómicos, todos ellos
diseminados en diferentes conventos y lugares. También en Zaragoza, aunque no me pregunte el lector dónde, se conserva el cinturón del hábito con el que fue enterrada la doctora de la Iglesia.
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