viernes, 16 de febrero de 2024

Performances

 


Curiosamente Diario de Teruel no dice nada, o no lo he visto, en lo que respecta a la derogación de la Ley de Memoria Democrática por las Cortes de Aragón a instancias de PP, Vox y Par. ¡Vaya tres patas para un banco! Los turolenses  están mucho más centrados en la recreación de las bodas de Isabel de Segura, el montaje del mercado medieval y de las 146 jaimas que se esperan instalar. Emma Buj, la folclórica alcaldesa del PP, parece encantada por la previsible inyección económica que para hoteleros y hosteleros de la ciudad supondrá ese evento, salvo que a un turista se la caiga el torico sobre la cabeza y se líe. Esperemos que no sea así. Este año, Belén Izquierdo y Pedro Endolz serán los protagonistas que representen a los Amantes en la partida de Diego y las bodas con su amada. Las primeras representaciones teatralizadas datan de 1996. Queda claro que Eugenio Hartzenbusch, uno de los introductores del Romanticismo en España, sigue vivo de alguna manera. En su obra, “Los amantes de Teruel”, publicada en 1837 e inspirada en la leyenda de Romeo y Julieta, se narran trágicos amores. En 1533 en la turolense Iglesia de San Pedro aparecieron dos momias bajo  el suelo de la capilla de los santos Cosme y Damián y ahí comenzó la leyenda. Las visitas de curiosos fueron en aumento y, en 1955,  las momias fueron trasladadas a dos sarcofágos nuevos esculpidos en alabastro por Juan de Ávalos. Tomás Bretón hizo un drama lírico en cuatro actos y un prólogo (con libreto de Hartzenbusch siendo estrenado en el Teatro Real de Madrid el 12 de febrero de 1889. Cuatro años antes, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid se había estrenado con gran éxito de público “La Dolores” con libreto del mismo autor y basándose en otra obra de José Feliú y Codina (1891) sobre una copla popular que cantaba un ciego en Binéfar y que Feliú le escuchó durante un viaje ferroviario de Madrid a Barcelona.  Tras su estreno, la obra fue representada 53 días seguidos en Madrid y 103 en el Tívoli de Barcelona. Más tarde fue censurada y cortada suspendiéndose las representaciones en 1923, durante la dictadura de Primo de Rivera. Parece ser que Dolores, la de la copla, existió. Se llamaba María de los Dolores Peinador Narvión, nació en Calatayud el 13 de mayo de 1819, tuvo tres hermanos y su padre era teniente de los Reales Ejércitos, abogado de la Audiencia de Zaragoza y Juez de Primera Instancia. A los 20 años se casó en Zaragoza con Esteban Tovar, un teniente granadino que había dejado el Ejército dispuesto a vivir de la herencia de su mujer y que dilapidó pronto sus bienes hasta dejar a Dolores en la miseria. En 1850, ambos se trasladaron a vivir a Madrid, a la calle de la Ballesta. De allí pasarían a vivir a la calle Cruz Verde y, posteriormente, a la calle Jardines, donde viviría Dolores ya siendo viuda, con su hijo.  Murió el 12 de agosto de 1894 en Madrid, en el palacio barroco que los condes de Altamira poseían en el número 8 de la calle de la Flor Alta, en la actualidad sede del Instituto Europeo de Diseño, comprado a Caja Madrid en marzo de 2003. Trabajaba como sirvienta. Animo a los bilbilitanos a que hagan un performance que estimule la economía, como hacen los de Teruel, y se vayan olvidando de las Alfonsadas, en homenaje a la toma de esa ciudad por el rey Alfonso I en 1120 y esa tontería de “las tres culturas”. A la gente lo que le encandila es el melodrama, la emoción  afectada y el lloriqueo a lágrima viva.  Tres componentes de un mismo mito que llenan restaurantes, terrazas y hoteles.  Eso de “las tres culturas” es un mantra demasiado manido y que solo le interesa al alcalde del PP y a cuatro mercachifles que nunca se atreven a mirar de frente el barranco de la Bartolina por si se les aparece la calavera de un fusilado que perdió la vida en defensa de la libertad; y donde, en 1999, el Ayuntamiento de Calatayud decidió instalar un vertedero municipal, situado en el extremo opuesto a la mayor fosa del lugar, y utilizó para sellarlo y compactarlo la arena tomada de la sepultura colectiva, mezclando la tierra con los huesos de los fallecidos sacada de la fosa común. Trataban de borrar esa Memoria Democrática de la forma más torpe. No lo consiguieron. Qué cosas.

 

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