Pedro Muñoz, alcalde de Toreno
(León), se ha convertido en el azote del ministro Soria, que es de un parecido a Aznar aunque más alto
y con acento canario, al que le creció
el bigote y se lo fue rapando a medida que el ex presidente del Gobierno hacía
lo propio con la maquinilla de afeitar. Al final, ambos perdieron el bigote
como cuando se siega un campo de avena. Pues bien, este ministro de Industria,
Energía y Turismo, cuyo apellido materno también coincide con el apellido
materno de de Aznar, que más parece que fuera el consejero delegado de Endesa,
o el director general de Iberdrola, o el primo de “zumosol” de Antonio Brufau
para asuntos de Argentina, tiene la obsesión de subirnos el precio de la luz
y de los carburantes a los españoles cueste
lo que cueste. Cuenta con mil argumentos para ello aunque no termine de
convencer con ninguno. Y claro, ha pegado con un alcalde de su mismo partido
político que le ha puesto las peras al cuarto en la Cadena Ser, pero al cuarto de
kilo, que equivale a decir en román paladino lo que vale un peine bigotero, o
un plátano canario, que es un fruto que sirve para comer y, también como
adminículo amarillo útil para dar y tomar por retambufa. Pedro Muñoz no se ha
cortado al describir su “chulería en el trato” al abordar las negociaciones en
el sector del carbón. Pedro Muñoz es, además de un municipio español situado en la punta nordeste de la
provincia de Ciudad Real, que dispone hasta de pasodoble compuesto por
Enrique García Rey, un
tipo duro que defiende con uñas y dientes los intereses del pueblo al que
representa. El ministro Soria, que no tuvo empacho en dictar una
moratoria para las nuevas primas a las energías renovables (un sistema de
incentivos ideado por el Gobierno de Aznar en 1997) y, tampoco, en prorrogar la
vida de la central nuclear de Garoña (que en 2011 cumplió los 40 años, para los
que inicialmente fue diseñada, y de la que el Gobierno presidido por Rodríguez
Zapatero ya había fijado su fecha de cierre para 2013), “se la coge con papel
de fumar” ahora, cuando es necesario tomar una seria decisión sobre las
negociaciones en el sector del carbón y, se limite a tachar a los mineros de
“gente subvencionada”. Según señala hoy “El País”, Pedro Muñoz “ha lamentado la chulería en el trato de su
compañero de partido que, según dice el regidor leonés, va por los pasillos del
Congreso pidiendo que no le hablen de los mineros, que bastante problema tiene
él también con los plataneros". Que yo sepa, tal competencia sería, en el
supuesto de que existiese un problema platanero, del ministro de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, salvo que el ministro Soria
se esté ocupando, a mayor gloria de Rajoy, de todos los aderezos
gubernamentales y lleve el Estado en la cabeza, como se contaba de Fraga. “El regidor de Toreno seguía indignado en la SER: “Pero, joder, ¿a este tío
quién lo ha puesto ahí?”. ¡Qué le vamos a hacer! Lo puso Rajoy y ahí sigue. Ya
veo a los habitantes de Toreno los lunes al sol, como en la película dirigida por Fernando León de Aranoa, y al ministro Soria pasando revista a las
tropas españolas en Afganistán en vez de ocuparse de buscar una alternativa
laboral a los mineros leoneses, como es su obligación ineludible. Es el mundo
al revés.
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