Rajoy se atribuye el hecho de
haber pedido el rescate a Europa como un mérito propio, cuando sólo unos días
antes decía que no lo iba a solicitar. Y se ha marchado a la Eurocopa “con el deber
cumplido”. Nos ha engañado. De Guindos decía ayer que Europa prestaría el dinero necesario (hasta
100 mil millones) a la Banca
española. No señor, no es así. El préstamo será de Europa al Estado, y el
Estado contraerá esa inmensa deuda y por medio del FROB se lo prestará a
la Banca, que
es distinto. Ya veremos qué sucede cuando el Eurogrupo haga el “memorando” y
cuáles serán sus exigencias. Observando lo que ha sucedido en Grecia, Portugal
e Irlanda podemos hacernos una idea aproximada de esas exigencias para un país,
el nuestro, que ya ha perdido casi toda su soberanía y casi todo su prestigio.
Por otro lado, el cardenal Rouco Varela desvelaba el pasado viernes que su
sueldo es de 1.160 euros al mes. No sé
si es mucho o poco. Ello depende del
servicio que, a cambio, preste a la sociedad a la que se supone que sirve como
funcionario del Cielo. Pero me consta que en España existen muchos padres de
familia que ganan menos de esa cifra y que de nada les sirve quejarse. Es lo
que hay. El ciudadano Rodrigo Rato salió de Bankia después de haber hecho una
mala gestión. Muchos creíamos que se había marchado sin hacer mucho ruido y
tras entregar el mando a Goirigolzarri, pero no ha sido así. Le gustaría contar
cosas, pero no le dejan. Tampoco a Mafo, que se ha marchado del BdE un mes
antes de lo previsto. Ambos tal vez sepan más por lo que callen que por lo que
piensan contar. Y eso tendrá su recompensa. Ya lo verán. Recuerden cuando Luis
Roldán decía que iba a tirar de la manta. ¿De qué manta? Pero Rato, al que le
va como anillo al dedo el “Romance de don Rodrigo”, el último rey godo, continúa
siendo presidente de Caja Madrid. Nadie lo entiende salvo, quizás, la marquesa
de Bombay. Lo de los veinte viajes a Marbella de Carlos Dívar pagados con
dinero público no tiene importancia para el Fiscal General de Estado y, en
consecuencia, el ministerio público manifiesta que “ha hecho que debía hacer”,
o sea, dar carpetazo al asunto. Queda claro que esos hechos injustificables “no
merecen reproche penal”, a juicio de Torres-Dulce de Membrillo, que entiende
que Dívar no es funcionario público sino autoridad. Hombre, pues con más
motivo. También es autoridad un guardia civil en el desempeño de sus funciones
y por un quítame allá esas pajas se le cae el pelo, el tricornio y hasta el
barbuquejo. Tú dices tomate, yo digo rescate (Time). Esperemos que se produzca
el milagro de Fátima, de Fátima Báñez, claro, que ahora se dedica en su “tweet”
a explotar bolas de colores, que obtuvo 5390 puntos en Bubble Shooter
Adventures; y que, además, se dedica a “bendecir” el capote de la Virgen del Rocío para que
nos saque de la crisis. ¡Cógeme esa mosca por el rabo!
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