¡Válgame la Virgen de la Estrella! Está bien tener
memoria histórica, para que determinadas situaciones indeseables no vuelvan a
repetirse. Pero en Abc de Sevilla leo un blog de Romualdo Maestre haciendo
referencia a una exposición de pintura en el Instituto de Enseñanza Secundaria
“Las Encinas”, de Valencina de la
Concepción (Sevilla), donde aparecen quince cuadros de Antonio Garrido de lo más
variopinto desde el pasado 4 de febrero. Unas pinturas que, posteriormente,
irán destinadas al Museo Internacional de Arte Moderno en la Ville de Sète (Francia). En ese pueblo sevillano, regido por el
socialista Antonio Manuel Suárez Sánchez, y que se llamó Valencina del Arcor
hasta 1948, han confundido la Guerra Civil
con la astracanada, o con la
Romería de Torrijos, donde cada segundo domingo de octubre
acuden gentes de todos los pueblos vecinos: Salteras, Gines, Santiponce, Camas,
La Algaba,
Olivares, Abaida, Castilleja de la
Cuesta, Castilleja de Guzmán… Pero si bien todos los cuadros
presentes son grotescos y de un dudoso gusto a la hora de concebir el arte, concretamente
uno de ellos es especialmente burdo. Se mezclan churras con merinas y en él aparece hasta un personaje fallecido muchos
años antes, o sea, el cardenal Marcelo Spínola, fundador en 1889 de “El Correo
de Andalucía”, fallecido en Sevilla en
1906. Pues bien, en el cuadro aparece arriba, a la izquierda, un pelotón
compuesto por miembros de la Guardia Civil y de
Falange fusilando a unos republicanos en una tapia próxima al arco de La Macarena; en el centro de
la imagen, una camioneta “Ford” conducida por un torero y que transporta a un
grupo de ciudadanos maniatados y escoltados por la Benemérita y que van a
recibir el “paseo”. En la puerta de la camioneta pone “Pepe el Algabeño. Toros
y tiros”. Y detrás de la furgoneta, Queipo de Llano en un altillo y con una
botella en la mano dispuesto a arengar por radio (como acostumbraba a hacerlo
desde la primera planta de un edificio en la sevillana Plaza del Duque) y entre
la trasera de la camioneta y el general Queipo, un soldado de Regulares con
otra botella, otro soldado de la
Legión que descansa un brazo en su hombro, y detrás el
cardenal Spínola con gesto de dar la bendición. Y a la derecha, en la parte de
abajo, avanza una procesión de Semana Santa ajena a los fusilamientos. Todo muy
naif. ¡Lo que se van a reír en Sète con esta exposición! Tenía entendido que el
“plan Wert” estaba dividido en cinco grandes bloques, que a su vez se
convertían en dos líneas estratégicas: primero, el uso de la cultura como
mecanismo para promover la “marca España”; y segundo, promover un uso eficiente
y racional de los recursos culturales. Si esto forma parte de la “marca
España”, vámonos. El último que apague
la luz.
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