Las nuevas ordenanzas municipales
del Ayuntamiento de Zaragoza, que preside Juan Alberto Belloch, contemplan
novedades. El Ayuntamiento de la Inmortal
Ciudad, que debe tal título a que sus vecinos resisten lo que
les echen, incluido el aumento constante de las tasas municipales, ruidos
insoportables, basura fuera de los
contenedores y un constante olor a mierda, ya parece El Corte Ingles:
“Aproveche las rebajas de la temporada
de primavera”. Esos grandes almacenes, digo, fundados por el asturiano Ramón
Areces, aquel empleado de El Encato, de La Habana, que compartió a partir de los años veinte
del siglo pasado quehaceres con mi abuelo Aquilino, también asturiano, y que
vendieron cortes de telas para trajes a todos los poderosos desde que Alfredo
Zallas Alfonso fuera presidente democrático, y durante los posteriores mandatos
de Gerardo Machado Morales, del general Alberto Herrera Franchi, de Carlos
Manuel Céspedes Quesada (nombrado a dedo por el anterior), de Ramón Grau San
Martín y de Carlos Hervia de los Reyes. Pues bien, a lo que iba, ahora resulta
que los desempleados zaragozanos podrán cambiar algunas multas de actos
incívicos por charlas de dos horas. Lo que ya no sé es qué demonios se
explicará en tales charlas y quiénes serán los encargados de impartirlas.
También ignoro si, una vez recibidas las charlas, se les hará entrega a los ya
exincívicos ciudadanos de un diploma similar al que años atrás se entregaba a
todo aquel que hubiese hecho cursillos de Cristiandad con aprovechamiento. O
sea, te pilla la Policía Local
meando en la trasera de La Seo
mientras unos japoneses hacen fotos, o sacando la litrona en un banco de la Plaza del Justicia, o no
recogiendo los excrementos de tu perro en el Paseo de Calanda, o haciendo grafitis
en los laterales del tranvía (aprovechando que se ha quedado más parado que el
caballito de bronce, que recuerda a Ángel Cordero, justo en un cruce donde
interrumpe el tráfico de tres calles), o colocando un cartel que diga, por
ejemplo, “Manitas se ofrece para trabajos en domicilios. No se cobra salida”, y
es entonces cuando te aplican la sanción ipso facto, o bien aparecen dos
tipos vestidos al estilo de los mormones, o sea, en camisa de manga corta y
corbata, y toman nota de tus datos personales para que asistas a las charlas
programadas. Así, por cada dos horas de
charlas sobre no sabemos qué se perdonarán 50 euros del total de la sanción
impuesta. También podrán evitar la
correspondiente multa aquellos individuos que se encuentren bajo la acción protectora
de los servicios sociales municipales, que es como un paquete separado de la
protectora de animales, igual que ahora existe un desglose entre Adif y Renfe
Operadora en los asuntos ferroviarios. De igual modo, el Ayuntamiento, que está
seco como la mojama por falta de cast-flow, ofrece importantes descuentos por
pronto pago, es decir, un 50% del
importe de la sanción si el pago se hace efectivo antes del inicio del proceso
sancionador y una reducción del 20% de la multa si el abono se efectúa antes de
la resolución. Ya digo, como en las ofertas de El Corte Inglés en época de
rebajas. Sólo falta que el Ayuntamiento ofrezca la fórmula del “dos por uno”,
como el Pryca: “Cometa dos infracciones y sólo pague una. Y una chochona de
regalo” ¿Que qué es la chochona? La muñeca que Manolo Fernández (q.e.p.d) llevaba en su Tómbola del Cubo. Ea,
me voy de paseo a ver si me encuentro a Belloch por la calle, por la calle de
la amargura, que es por la que transitamos.
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