Señala la prensa que Roca está
“intranquilo” después de haber salido a la luz la trascripción de las
declaraciones de Cristina de Borbón. Y yo estoy con sueño, después de
haberme leído esa trascripción hasta la
una de la madrugada. ¿Por qué está intranquilo Roca? Pero si la infanta, y aquí
tengo los papeles a la vista, sólo dijo: “no sé”, “no me consta”, “no me
acuerdo”, “yo tenía confianza en mi marido”, “fuimos de viaje pero no sé quién
lo pagó”... O sea, que leer esa trascripción es como escuchar el “Bolero” de
Ravel, pero con más acompañamiento de clamor y murga, que dijera Camilo José
Cela en “Toreo de salón”. Aquí los que estamos intranquilos somos los españoles
del común, que sin comerlo ni beberlo nos estamos convirtiendo en el “punching
ball”, como diría el llorado Pedro Rodríguez, tragando todos los sapos de esa “First Class” desmemoriada y desdeñosa
que no supo nada sobre los negocios de su consorte, pese a tener éste la oficina de sus negocios en su casa de Pedralbes. Y luego nos viene Rajoy
con aquello de la “herencia recibida”, como si todos los ciudadanos hubiésemos
defraudado a Hacienda al grito de “maricón el último”. “Si las preguntas no se
podían responder de otra manera -ha dicho Roca-, se responden como se tienen
que responder”. Roma locuta est, causa finita. La infanta respondió con 550
evasivas sobre su papel al frente de la sociedad de la que es copropietaria
junto a su marido de las 1.063 que le formularon el juez y las acusaciones, es
decir, el magistrado le interpeló en 806 ocasiones; la Abogacía del Estado, 136; y el Ministerio
Público, 121. La infanta respondió con evasivas 579 veces sobre su papel al
frente de Aizoon y sobre el papel de su
marido en el instituto Nóos. Demasiada
amnesia, demasiados lapsos de memoria en alguien, como es su caso, que ocupa la
séptima posición a la
Jefatura del Estado. Ya se sabe que la proteína RbAp48 se
pierde con los años, pero no es el caso de la infanta, de naturaleza despierta.
Pues bien, si un ciudadano del común hiciese arreglos en su casa, sabría de antemano
con qué presupuesto contó para hacer frente a tales arreglos. Pero,
curiosamente, entre los datos arrojados por la Agencia Tributaria
se encuentran los 698.824 euros (importe
total de la reforma del Palacete de Pedralbes y otros gastos particulares) que
los Urdangarín-Borbón abonaron con dinero de Aizoon. Sin embargo, la infanta,
por las respuestas en su declaraciones ante el juez Castro (y así se desprende
de la trascripción) no sabía con qué dinero se pagaron dichas reformas. En
cierta ocasión le escuché contar a un hombre muy rico (sé su nombre, pero no lo
digo) que lo bueno de tener dinero era el hecho de poder llegar a fin de mes sin preocupaciones.
Hombre, claro. Juan Rosell, presidente de la CEOE, ha manifestado a los medios que “pese a que
los datos macroeconómicos están siendo positivos, todavía no se divisa en el
horizonte un escenario con subidas salariales”. Sólo le ha faltado recitar:
“Volverán las oscuras golondrinas…”. En fin, que entre todos la mataron y ella
sola se murió.
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