Ayer por la tarde decidí dar un paseo. En La Lonja pude ver “Un viaje a la utopía”, es decir, una
colección de esculturas de Fernando
Navarro Catalán (Andorra, Teruel, 1944) confeccionadas a base de tubos, perfiles
angulares y chapas unidas con grapas y pasadores, muchas de ellas pintadas con
los colores del parchís. Interesante. Lo que más me gustó fue la escultura
“Cactus”. Para gustos se hicieron los colores. Más tarde, ¡cómo no!, me acerqué
hasta Espumosos del Paseo de Sagasta
para tomar una caña de cerveza e hincarle el diente a una de sus ensaladillas
en platillo en forma de barca. Esas ensaladillas sí que tienen arte, lo demás
son pamplinas. Al regresar a casa puse la televisión. En la cadena de Mediaset,
La Cinco, se entrevistaba a Álvaro
Pérez, el Bigotes, que maldijo la hora en la que llegó a Valencia, contó
cómo se orinó en los pantalones durante su encierro en el calabocillo de una
comisaría de Moratalaz y el interés que tenía Garzón por saber quién era Luis
el Cabrón. En suma, que Álvaro Pérez, que ya no lleva bigote sino barba,
dijo no saber mucho sobre los manejos de Correa,
que en la trama de la Gürtel él sólo pasaba
por allí, etc. En la cadena de Atresmedia, La Sexta,
el mesías prometido Pablo Iglesias
contaba que Rivera, el de
Ciudadanos, es una versión renovada de Rajoy.
Y no vean, hasta altas horas de la madrugada haciendo zapping y pasando sueño. Finalmente me metí en la cama pensando en
la ensaladilla de Espumosos. Fue lo
único que mereció la pena en un sábado para olvidar.
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