Al rey emérito Juan
Carlos de Borbón, que ha pasado de darlo todo por reinar a echarlo todo en
comer, le ha dado por visitar restaurantes postineros. Está bien que alguien
que ya no dententa la
Jefatura del Estado haga lo que le venga en su real gana. Su
última visita ha sido al restaurante El
Portal de Echaurren, en Ezcaray, que posee dos estrellas Michelín, donde estuvo acompañado de dos
amigos. Pero a muchos ciudadanos, entre los que yo me encuentro, también les
gustaría que Juan Carlos de Borbón visitara comedores sociales y, bandeja en
mano, se sirviera una ración de macarrones y una pieza de fruta y se sentase a
comer y a beber un vaso de agua junto a algún menesteroso. Visitar restaurantes
de campanillas cuando sabes de antemano que no te van a cobrar el cubierto, que
vas a firmar en el libro de honor y que te vas a retratar con toda la nomina de
cocina por tener una instantánea para el postrero libro de memorias no tiene
ningún mérito. El exmonarca lo que hace son bolos, como Paquirrín, Raquel Bollo
o la Esteban. Si les digo la verdad, echo de menos que
en este país exista un Sindicato del Espectáculo que premie a los poderosos que
sientan a un pobre a su mesa, como sucedió con Manuel Alexandre en su papel en Plácido,
al que aquel sindicato vertical le concedió un premio. Los ricos, en un
banquete navideño, invitaban a un pobre a que se sentase en la mesa. Los dueños
de la casa se comían las pechugas de los pollos y al invitado de dejaban las
alitas. Era otra forma de entender la caridad y de limpiar las conciencias
burguesas. A mi entender, si lo que pretende Juan Carlos de Borbón es favorecer
la marca España, no estaría de más
que visitase alguna vez los Paradores
Nacionales, donde el 61% de su red de establecimientos está en números rojos.
Eso sí, abonando las facturas. Las pérdidas de Paradores las repone el Estado con nuestros impuestos, pese a que
el sueldo de la presidenta y consejera delegada, Ángeles Alarcó, supera los 173.000 euros anuales. Bajo su gestión,
la cadena acumula unos números rojos de 62’1 millones y ha necesitado de casi
130 millones de fondos públicos para evitar la quiebra. ¿Qué quién es Ángeles
Alarcó? La exmujer de Rodrigo Rato.
Camarero, señor, ¿qué hay para hoy? Señor, un buen menú. Solomillo asado con
patatas fritas, sesos huecos, hígado, libre, chateaubriand… ¡Vaya tropa!
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