No hace ni una semana desde los últimos comicios, los
segundos en seis meses, y el panorama político persiste en sus trece, es decir,
en no dar facilidades a Mariano Rajoy
para que pueda gobernar. Ahora dicen los de Podemos que triunfó el voto del
miedo. No sé. Bieito Rubido, en su Astrolabio de ABC, señala que “con lo
que hemos escuchado hasta ahora desde la noche del domingo pasado, mucho me
temo que nos vamos a unas nuevas elecciones. De ser así, la lógica de la
secuencia sería que el PSOE terminaría por debajo de los 50 escaños, y
Ciudadanos, ya veremos”. El PP no puede ahora pedir la abstención del PSOE o la
“ayuda” de Ciudadanos para poder gobernar en minoría, cuando le negó la
investidura a Sánchez; y el voto del
miedo puede acrecentarse entre la ciudadanía de más de 60 años, que prefiere lo
malo conocido a bueno por conocer. La bolsa de las pensiones ha sufrido otra
enganchada de 8.700 millones de euros para poder hacer frente a la paga
extraordinaria de verano de los pensionistas. “El esperpento está servido
-sigue escribiendo Rubido-. Los votantes españoles han rectificado a los
políticos, pero ellos, por alguna razón no se dan por enterados. Rivera y Sánchez quieren hacer
imposible la gobernabilidad de España, pero dicen servir al interés general. Y
eso que iban a ser la nueva política, otro aire, otra forma de entender la
acción pública, otro estilo. Pues hasta ahora solo están mostrando una
patológica envidia a Rajoy”. No lo olvidemos: España es de derechas, y
quienes nos gobiernan hoy, aunque sea en funciones, son los nietos de los que
gobernaron este país con Francisco Franco.
Y el español, digámoslo de una vez, no desea aventuras al estilo del Frente
Popular ni émulos de Luis Candelas
que, intentando aventajarle, quite dinero a los ricos para dárselo a los
pobres. Luis Candelas, digo, tuvo la osadía de hasta llegar a quitarle la
amante, Lola la Naranjera, a Fernando VII. Luis Candelas, además de
funcionario de la sección del Resguardo de tabacos en Madrid, se atrevió siendo
jovencito a devolverle una bofetada a un jesuita. El español de hoy de clase
media baja, ese que regala el voto a la derecha sin motivos aparentes, olvida
con facilidad la corrupción que anida en el PP y despotrica sobre Venezuela
como si fuese un indiano de los de casona en la Vega de Pas. No se entiende.
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