Si el lector decide acercarse a Sevilla, le recomiendo la
visita al convento de Santa Inés, también llamado Convento de Hermanas
Franciscanas Clarisas, cuyo acceso es gratuito todos los días entre las diez de
la mañana y las ocho y media de la tarde. El convento está situado en el número
5 de la calle de doña María Coronel, a mitad de camino entre la calle Imagen y
el Palacio de las Dueñas. Un convento que fue fundado en 1374 y reformado en
1630 por Francisco Herrera el Viejo.
En el trascoro, tras una reja, se encuentra la momia de María Fernández Coronel, fallecida el 2 de diciembre de 1411, y el
órgano al que hace referencia Gustavo
Adolfo Bécquer en su leyenda Maese
Pérez el organista. Sobre la reja hay un retrato de la ilustre dama
realizado por Valeriano Bécquer y
que Maria Luisa, esposa de Antonio de Orleáns, donó a las
clarisas. Gloria Gamito señalaba en ABC de Sevilla (02/12/11) que “María
Coronel era hija de Alfonso Fernández
Coronel, copero del rey Pedro I,
y estaba casada con Juan de la Cerda.
En el enfrentamiento
que Pedro I tuvo con sus hermanos bastardos, los Trastámara, cayeron
en desgracia Alonso Fernández Coronel y Juan de la Cerda. El rey los mandó
matar y se quedó con sus posesiones. Pedro I, llamado el Cruel, se enamoró locamente de María Coronel, que al enviudar se
retiró al convento de Santa Clara para evitar el acoso al que la sometía. Un
día los soldados del rey se presentaron en el monasterio para llevársela. María
se hizo enterrar a los pies de la
Torre de don Fadrique para que no la encontraran. Cuenta la
leyenda que los esbirros no dieron con ella porque sobre la tierra crecieron
como por ensalmo matas de perejil. Dice también la leyenda que luego fue el
mismo rey a buscarla y que en la cocina del monasterio María se desfiguró el
rostro con una sartén de aceite hirviendo”. Bueno será recordar que en 1357,
Pedro entró en tierras de Aragón y se apoderó del Castillo de Bijuesca y de Tarazona
el 9 de marzo. En aquel tiempo hizo ejecutar a Juan de la Cerda, esposo de María y,
por tanto, yerno del anteriormente decapitado señor de Aguilar de la Frontera, Alfonso
Fernández Coronel. También mató, entre otros muchos, a su hermano Fadrique
y al infante Juan, hijo de Alfonso IV de Aragón. Pedro I regresó a
Sevilla y preparó las fuerzas que debían continuar la lucha contra Aragón. Para
obtener recursos, profanó los sepulcros de Alfonso
X el Sabio y de la reina Beatriz de
Suabia, despojándolos de las joyas de sus coronas; tuvo amores con Aldonza Coronel y trató de seducir a su
hermana María. Muerto Pedro I de Castilla [Montiel, 23/03/1369] y reinando ya
su hermanastro Enrique el de las
Mercedes, María recuperó sus casas y sobre ellas fundó en 1374 el convento
de santa Inés y fue su primera abadesa. Pues bien, hoy leo en El Correo de Andalucía que el órgano del
Convento de Santa Inés se está restaurando en Alcalá del Río por Jorge Anillo y el organista Abraham Martínez. La intervención
comprende limpieza, tratamientos curativos y preventivos frente a pérdidas por
ataques de insectos y fijación de la policromía. Cuentan para su restauración
con un presupuesto de 50.000 euros.
martes, 31 de enero de 2017
lunes, 30 de enero de 2017
Elogio del blue jeans
Ya no se estila el reloj de bolsillo y pronto dejará de
utilizarse el reloj en la muñeca. Me he fijado que la gente joven no suele usar
reloj y que ve la hora en el móvil. Tampoco la ciudadanía utiliza el chaleco,
salvo en ocasiones, donde los viejos roscos se guardaban sujetos a una leontina
en uno de sus bolsillos. El pantalón vaquero, en cambio, sigue conservando ese
pequeño bolsillo delantero derecho desde que comenzaron a usarse en Génova por
los pescadores hace más de 500 años. Los
barcos ingleses que hacían escala en este puerto exportaron a todo el mundo ese
resistente tejido azul, que paso a
conocerse como blue de Genes (azul de Génova), una denominación que en
los países anglófonos derivó al término blue jeans. Lo que hizo Levi Strauss en 1873 fue patentar el
patrón de ese tipo de pantalón reforzado con pequeños remaches de cobre en los
bolsillos. Era un pantalón muy resistente que se adaptaba a los mineros.
Strauss, judío alemán y sastre se había trasladado a San Francisco en 1846 para
proveer de tiendas de campaña y ropa a los buscadores durante la “fiebre del
oro”. Y aprovecho para confeccionarlos con velas de barcos inutilizadas desde
la llegada de las máquinas de vapor. Eran de color café, llevaban tirantes y no
disponían de bolsillos traseros. El color
índigo, más sufrido, llegaría más tarde, en 1880, cuando el químico Adolf von Baeyer obtuvo un colorante
azul a partir del ácido antranílico. En realidad se trataba de tela blanca y
urdimbre azul, como puede comprobarse si se mira la tela por el revés. Al
agotarse las lonas de las velas de los barcos los pantalones serían elaborados
con fibra de sarga y fueron adquiridos por granjeros y obreros en general.
Costaban 1’50 dólares. En la actualidad, los blue jeans se fabrican con
tela de algodón con entretejido muy resistente llamado denim o mezclilla
(tejido de Nîmes). Fue al sastre que confeccionaba los vaqueros para Strauss, Jacob Davis (también judió) al que se
le ocurrió la idea de colocar lo remaches en los bolsillos para hacerlos más
resistentes. Pues bien, a lo que iba, aquellos primeros vaqueros tenían en la
parte de atrás dos trabillas para sujetar el pantalón sin la ayuda de cinturón.
Y es ahí donde se sujetaba la leontina del reloj, que terminaba en el interior
de ese pequeño bolsillo delantero derecho que se sigue conservando en las
confecciones actuales. Un bolsillo que personalmente utilizo para poner las
llaves, un billete de metro o alguna moneda suelta.
domingo, 29 de enero de 2017
Así es, si así os parece
Tomo el título de una obra de Pirandello. En cuestiones de higiene doméstica, acabo de leer algo
que no sabía. Por ejemplo, que la toalla de baño hay que lavarla cada tres
usos, que los bastoncillos dentro del oído pueden producir trastornos serios,
que orinar sentados mejora la salud sexual de los hombres y orinar de pie es
recomendable para las mujeres, que es mejor defecar de cuclillas en la letrina
que sentado en la taza, etcétera. Son cosas que no se estudian en las escuelas
de primaria y que, a mi entender, ni las saben ni los maestros ni están en los
planes de estudio. Hacemos las cosas por rutina, como las hemos hecho siempre.
A ver quién es el guapo que conoce que un tal Seth Wheeler patentó en 1871 el rollo de papel higiénico perforado.
Son cosas que no se cuentan en ninguna academia, ni tan siquiera en el libro El hombre fino, traducido del francés al
castellano por Mariano de Rementería y
Fica en 1837. En las escuelas tampoco se enseña cómo hacer el nudo de
corbata ni se informa convenientemente de que sus extremos nunca deben quedar
por debajo de la hebilla del pantalón, o cómo se debe utilizar la pala de
pescado, o cómo distinguir un tenedor de pescado o de mesa, o que los cubiertos
de empiezan a utilizar de fuera hacia adentro. En la mesa del pobre no se
utilizan cubiertos de pescado. Es más, no siempre se puede comer pescado. Pero
existen nuevos ricos que tampoco saben cómo utilizarlos ni hacerse el nudo de
la corbata. Y allí donde van hacen el ridículo más espantoso. Los buenos
modales se adquieren desde la cuna. Pasa como con los libros. Suele ser mejor
lector aquel que desde la infancia ha visto muchos libros en casa y a sus
padres dedicar tiempo a la lectura. Sin embargo, sobre la buena educación
escribía Ángeles Caso en La
Vanguardia en 2012: “La gente más grosera que conozco
forma parte de ese grupo social de la élite al que se le suponen las mejores formas. Son esos
que saben manejar perfectamente todos los cubiertos, los que conocen de memoria
todas las normas de cortesía y se portan como auténticos caballeros o damas entre sus iguales, pero muestran un desdén absoluto
hacia quienes consideran inferiores.
El comprador de tienda de lujo que no da los buenos días al dependiente, la
rica empresaria que se permite tratar de tú a un camarero obligado a tratarla a
ella de usted o el tipo aquel de tan buena
familia al que vi con mis propios ojos quedarse dormido como un tronco
en un velatorio que le resultaba ajeno”. No es oro todo lo que reluce.
viernes, 27 de enero de 2017
Pagar la novatada
Por todos es bien conocida la trufa de Teruel. Pero un
suelto en El Español me ha dejado
bastante preocupado. Hace referencia a las trufas en frasco que se venden en
algunos supermercados. Lo cierto es que ese hongo comestible alcanza un valor
de mercado cercano a los 6.000 euros el kilo. Ya hace sospechar que el
contenido del frasquito del supermercado, que no llega a los 10 gramos, señale un
precio de venta de alrededor de 3 euros. Una sencilla operación matemática
demuestra que el kilo sale a unos 300 euros. Pero lo peor llega cuando al
probar la trufa se descubre que es insípida. No cabe duda de que nos acaban de
vender una Tuber Indicum, o sea, una
trufa china. Por esa razón recomiendo leer la letra pequeña del tarrito antes
de adquirirlo. Recuerdo cuando mi hija Edurne
regresó de un viaje a Estambul. Entre otras cosas, me trajo de Turquía un
paquetito de plástico que le habían vendido en un zoco como azafrán. Hice
un arroz y eché unas hebras. El resultado fue parecido. Aquello sólo tenía de
azafrán la apariencia. Pase que el azafrán que aquí nos venden como español
proceda en muchas ocasiones de Irán, Marruecos, India o Grecia, y es de peor
calidad. A nadie se le escapa, por otro lado, que el 90% de las exportaciones
españolas son fraudulentas, dato confirmado por ASAJA. Y para colmo de males, el envasador no está obligado a
especificar su procedencia. Y sobre los aceites, el jamón ibérico, los
pimientos de piquillo, los cacahuetes, los berberechos, los espárragos,
etcétera, habría mucho que contar. Pues
bien, como dato curioso, en 2010 España produjo unos 1.500 kilos pero, según el
Ministerio de Industria se exportaron bajo marca española casi 190.000 kilos.
La explicación es que la ley permite no indicar la procedencia, como señalaba antes, siempre que el
envasado se haga en el país de origen. Estoy convencido de lo que a mi hija le
había vendido en Estambul eran hebras de cártamo (Carthamus tinctorius), más conocido como “azafrán bastardo”, cuya flor aparece en
la foto. Sencillamente, pagó la novatada.
jueves, 26 de enero de 2017
El brujo Rajoy
martes, 24 de enero de 2017
Desagradable sorpresa
Yo siempre tomé colacao
en desayunos y meriendas porque lo toma el ciclista y se hace amo de la pista y
lo toma el boxeador, pin, pon, boxea que es un primor, pero desde que tengo dos
preciosas nietas he cambiado al nesquik
por la simple razón de que les gusta más a ellas y, también, porque se disuelve
mejor en la leche fría. Pero creo que de ahora en adelante no tomaremos ni una
cosa ni la otra. Imaginen que llego del supermercado con mi bote y lo coloco en
la alacena a la espera de que vengan mis nietas del colegio. Y cuando llega el
momento de la merienda, abro el bote y me encuentro dentro una sorpresa como en
los huevos kinder, cuyo creador, William Salice, mano derecha de Michele Ferrero, murió a finales del
pasado año en Pavia, no atragantado por uno de sus juguetes sorpresa sino de un
derrame cerebral. Pues bien, la sorpresa llega cuando abro el bote y me
encuentro junto al polvo del cacao
maravillao un paquetito con un polvo blanco, es decir, con 250 gramos de cocaina.
Pues eso mismo le sucedió estas navidades al cliente de un supermercado de
Zaragoza, que al descubrir la “sorpresa” tomó el bote y el recibo de la compra
y se marchó directamente a la comisaría de Policía más próxima. Todo apunta a
que el precinto del bote de nesquik estaba manipulado por un traficante.
lunes, 23 de enero de 2017
Quieda claro: es un charrán
Bueno, pues ya ha quedado claro. El logotipo del PP es un
charran y no una gaviota. Así lo ha confirmado el concejal del Ayuntamiento de
Madrid, Fernando Martínez Vidal, que
lo creó hace 28 años. La imagen corporativa de ese partido vuela alto y no come
carroña. La mayoría de las especies son gris pálido con blanco en áreas
inferiores, con un parche negro contrastante en la cabeza. Y los charranes,
como el PP, tienen una alta esperanza de vida. Lo que ya no sabemos es si el
logo representa a un charrán blanco, a un charrán sombrío o a un charrancito
común, por decir algunos de ellos. Los charranes tienen un amplio repertorio de
vocalizaciones. Por ejemplo, el charrán común tiene un aviso de alarma
distintivo, kee-yah que se utiliza como advertencia a intrusos, y un
aviso más corto, kyar, que se presenta cuando un individuo emprende el
vuelo en respuesta a una amenaza más seria; esto generalmente calla a una
colonia ruidosa mientras los residentes evalúan el peligro. Otros llamados incluyen
un keeur arrastrado, que es realizado cuando un adulto se acerca al nido
con un pescado, y un kip que emiten durante el contacto social. Lo
importante es tener a la nidada unida en torno a Mariano Rajoy para seguir saliendo en la foto. El kee-yah lo utilizan frente al PSOE,
cuando no le ayuda a sacar leyes adelante en la Cámara Baja, y el kyar cada vez que José María Aznar aparece en escena y le hace la cobra a Rajoy. El keeur, en cambio, lo hacen contra Bárcenas como lo hicieron contra Rita Barberá en su última etapa de vida
pública. Luego está la pagaza piconegra que es un depredador oportunista, y no
quiero mirar a nadie.
Santisteve, insensible
Curioso. Existe una churrería en el barrio zaragozano de
Casetas que lleva funcionando desde hace 32 años. Y, ahora, Concha Guisado, que así se llama la churrera,
recibe una carta del Ayuntamiento donde se le indica que debe cesar en el negocio
“por carecer de la preceptiva licencia que autorice el ejercicio de la
actividad”. Hay cosas que no se entienden. Esta es una de ellas. Concha no sale
de su asombro. El Derecho consuetudinario, que es un derecho no escrito, es una
norma jurídica continua, uniforme y racional practicada durante un periodo largo
de tiempo sin ser contraria a las leyes. El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, de Zaragoza en Común, que llevó como lema de su campaña
municipal el “sí se puede” podemita,
es abogado en ejercicio y, por tanto, debería saber que el Derecho debe ser
equitativo, universal, consuetudinario y progresivo. En tiempos de crisis galopante
(y ahora la crisis económica, los impuestos estatales y las tasas municipales
se nos come por los pies) exigirle a una señora que ahora cuenta con más de
setenta años de edad y treinta y dos en ejercicio que cierre su chiscón de
churrería en un barrio rural por carecer de la preceptiva licencia se me antoja una cacicada de libro. El alcalde Santisteve
debería saber, como es su obligación, que gran parte de los bares zaragozanos
sólo disponen de licencia de apertura provisional y que sacan a la calle mayor
número de mesas de velador de las que tienen contratadas. El alcalde de
Zaragoza debería saber, de la misma manera, que los vecinos llevamos muchos
años sin que se poden los árboles de las calles de la margen izquierda del
Ebro, que muchas baldosas están sueltas, que la vigilancia por parte de la Policía Municipal
es escasa, que las aceras están muy sucias, que la basura rebasa los
contenedores, que en muchos casos no se cumplen los horarios de apertura y
cierre en los negocios, que hay excesivo ruido en la puerta de los
establecimientos hosteleros y no se respetan los aforos en el interior de los
mismos, que se aparca en doble fila, etcétera, etcétera. Sería larga la lista
de malas prácticas ciudadanas a las que los responsables municipales encargados
de la buena convivencia no ponen coto. El Alcalde de Zaragoza debería ser
conocedor de que un centenar de vecinos de
Casetas se han concentrado ayer domingo junto a la churrería
en apoyo a Concha. El diario Heraldo
de Aragón así lo plasma hoy entre sus páginas. Y cuenta que Concha “estaba
visiblemente emocionada por esta muestra de cariño”. A Concha le desearía que
se jubilase y viviese tranquila, que bien se lo tiene ganado. Y a Pedro
Santisteve le recordaría una frase de Martín
Luther King que, ¡oh casualidad!, aparece hoy en la hoja de mi taco de
calendario: “Si ayudo a una sola persona
a tener esperanza, no habré vivido en vano”.
domingo, 22 de enero de 2017
Soníos degollados
Antes de ayer, 20 de enero, se cumplieron ochenta y seis
años de la muerte de Antonio Chacón, como bien recuerda Manuel Bohórquez en El Correo de Andalucía: “Aunque nació en
Jerez, en la calle Sol, en 1869, se hizo figura del cante en Sevilla, adonde
llegó por primera vez en 1885. Según declaró él mismo, el año en el que mataron
a El Canario, el cantaor de Álora
que fue asesinado por el padre de la
Rubia de Málaga, el catalán Lorenzo Colomer Ricard, la noche del 13
de agosto de aquel año, a las puertas de La Nevería de El Chino, local que el Café de El Burrero solía utilizar en
verano y que estuvo en el Paseo Colón esquina al puente de Triana, donde hoy
está el monumento a Antonio Mairena”.
Bohórquez, en su libro “El cartel maldito. Vida y muerte del Canario de
Álora”
(Pozo Nuevo, 2009) desvelaba datos hasta entonces difuminados a base de
rebuscar en legajos, padrones y periódicos de la época. Tras el
asesinato de Juan de los Reyes Osuna,
El Canario, su imitador, Manuel Reina,
El Canario Chico, murió asesinado
de dos disparos en la espalda. Todo apuntaba a un asunto de celos. Y Concha La Peñaranda, también
presente aquella noche, de un tiro en la cabeza. El Canario tenía 28 años
cuando fue asesinado de una puñalada. El arma del crimen se encontró entre unos
arbustos próximos y, en el momento de su detención, a Colomer se le intervino
una navaja y una pistola. Colomer fue detenido, juzgado y sentenciado a una
pena de doce años y un día de reclusión, y a pagar 2.500 pesetas como
indemnización a la familia del fallecido. Colomer se benefició de un indulto
general con motivo del nacimiento de Alfonso
XIII en 1886 y sólo cumplió tres años de prisión. Bohórquez, al referirse a
Chacón, señala: “Un hijo de Manuel
Cagancho, Antonio, confesó en un
diario sevillano que Chacón se iba a Triana en compañía del torero Fuentes y del guitarrista Miguel Borrull para escuchar en la
intimidad al gitano herrero, a su padre, Tío
Antonio Cagancho, y, sobre todo, al martinetero Juan Pelao. También buscaba a Ramón
el Ollero, una especie de catedrático del cante sevillano, con quien luego
cantaría en el Café de Silverio. Y a La
Serneta, paisana suya aunque afincada en Triana durante
algún tiempo, a la que llamaban la
Reina de la Soleá, cuyos cantes grabó Chacón”. Al libro
de Bohórquez le acompañaba un CD con una recopilación de malagueñas de El
Canario en las voces de Chacón, Niña de los Peines, Sebastián el Pena, Manuel Escaena o Vallejo,
y una colaboración especial de Arcángel
con la guitarra de Miguel Angel Cortés.
sábado, 21 de enero de 2017
Veneros incógnitos

“En Toro cumplió su fin / e derramó la su gente. / Aquesto dixo Merlin,
/ el profeta de Oriente. / Dixo: el león de Espanna/ de sangre fará camino. /
Matará el lobo de la montanna / dentro de la fuente del viño. / El león de
Espanna / fue el buen rey ciertamente. / El lobo de la montanna / fue don Johan
el su pariente. / E el rey cuando era ninno / mató a don Johan el Tuerto; /
Toro es la fuente del vino / a donde don Johan fue muerto”.
Pues bien, De la
Serna prefiere acercarse hasta Florencia, a unos 16 kilómetros de
Toro, una explotación agrícola de 700 hectáreas perteneciente a una fundación en
la que se forman capataces en régimen de internado. Y en la cocina se
encontraba Flora, que, como cuenta
De la Serna,
inventó un gazpacho. Y así lo describe:
Para cuatro personas: pélense y píquense un pepino bien maduro
terciado, un pimiento verde tierno y carnoso del tamaño de una naranja, tres
tomates gordos apunto de madurez. Aparte, póngase a remojar durante una hora,
en una mezcla de agua y vinagre (no muy fuerte) por mitades, una barra de buen
pan. Cuézase una remolacha bien roja, gorda y sana. Unido todo, por el orden
expuesto, bátase en una licuadora, añadiendo dos o tres cucharadas de aceite de
oliva virgen y una pizca, como de un cuarto, de diente de ajo. Añádase agua en
una sopera hasta darle una consistencia de puré ligero, y sírvase con un cubito
de hielo en cada taza.
En su prólogo,
Marañón dice, y dice bien, que el primer viajero español, de España, es Antonio Ponz Piquer, que firma en 1772
con el pseudónimo de Pedro Antonio de la Puente su primera
edición:
VIAGE/ DE ESPAÑA, / O CARTAS, /
EN QUE SE DA NOTICIA/ De las cosas más apreciables. / Y DIGNAS DE SABERSE/ QUE
HAY EN ELLA, / SU AUTOR / DON PEDRO ANTONIO DE LA PUENTE. / MADRID,
MDCCLXXII. / Por DON JOACHIN IBARRA…
El libro de Víctor de la Serna (Prensa
Española, Madrid, 1959) lleva un epílogo de su hijo, Alfonso de la Serna. Entiende que su padre fue un zahorí:
“Su pluma era como un breve tirso de avellano e iba tocando con ella
veneros incógnitos, como con una vara mosaica”.
Como decía al principio, estoy convencido de que se puede
viajar sin salir da casa. Y terminaré como había empezado: con la Mancha, con una crónica que
Víctor de la Serna
escribió para ABC:
“Te digo, compañero, que el agua que no se ve y se presiente duele como
un mal amor…”.
En suma, hay que saber viajar a nuestra particular cueva de
Montesinos, donde don Quijote se
quedó dormido por espacio de una hora y que a él le parecieron tres días. Allí
se encontraba el sepulcro con el cuerpo de Durandarte.
Las páginas de los libros arrastran oro en forma de letras como las aguas del
Sil lo lleva en forma de pepitas. No es necesario poner el pie en el pescante
del vagón de tren y esperar a que silbe. La lectura viajera no necesita
cabalgadura.
jueves, 19 de enero de 2017
Inventos y patentes
martes, 17 de enero de 2017
Nebraska
Los empleados de las cinco cafeterías madrileñas Nebraska han decidido revelar un secreto
de la salsa de los perritos calientes que tenían guardado desde su fundación en
1955 por un ganadero del pueblo asturiano de Naviego, el mismo año que en Zaragoza
la familia García fundó Las Vegas en el Paseo de la Independencia. Uno
de los hijos del fundador Juan Ramón Blanco
Sierra contaba a los medios que su padre “quiso construir la cafetería que
se veía en las películas de Wollywood”. La fórmula secreta no era otra cosa que
la mezcla de la mostaza alemana Kühne
Senf y mayonesa casera. Cada maestrillo tiene su librillo y cada cocinero
siempre se guarda en la manga un secreto que consigue que el producto que guisa
tenga un sabor agradable aunque distinto al habitual. Ahora, cuando las
cafeterías Nebraska han sido vendidas
a la sociedad de gestión de activos Corpfin Capital y se han ido a la calle
92 empleados, éstos han revelado el
misterioso secreto, sencillo a más no poder, guardado celosamente. La
proporción de la salsa era la siguiente: 10 kilos de mostaza por cada 25 kilos
de mayonesa casera. Para la mayonesa: 2 cartones de huevos, 1 kilo de sal, 25 litros de aceite de
girasol y ½ litro de vinagre. Llegaron a vender 1.000 perritos al día.
lunes, 16 de enero de 2017
Las otras vírgenes
Me ha sorprendido leer en Heraldo de Aragón que en nuestra región “residen cinco vírgenes
consagradas”. No se trata de las vírgenes vestales de la antigua Roma
encargadas de mantener el fuego sagrado de Vesta,
fundadas por Numa Pompilio. Aquellas
debían ser vírgenes por 30 años. Leyendo a fondo la noticia, descubro que son
mujeres dedicadas por entero a una parroquia, ayudan al cura ecónomo y dirigen
coros parroquiales. Según cuenta ese periódico aragonés “estas mujeres, que en
un momento de sus vidas decidieron entregarse a Cristo a través de la vida consagrada, pertenecen al Orden de las Vírgenes, la más antigua de
las formas de consagración femenina” (…) “Sin embargo, la vida de virgen
consagrada -sigue contando el diario- no es exactamente la de una monja o una
religiosa”. La principal diferencia consiste en la falta de votos de pobreza y
obediencia. Son seglares que se sostienen por sus propios medios y carecen
de una organización jerárquica, no pueden contraer matrimonio, hacen voto de
castidad y sólo tienen obediencia al obispo de la diócesis a la que pertenecen.
Hasta aquí, nada que objetar. Pero ese periódico, al referirse a las vírgenes
consagradas, saca la palestra el caso de una ginecóloga de 44 años, María Victoria Mena, que se “afilió” a la Orden de las Vírgenes en 2012 en la iglesia
de santa Engracia. Y desde entonces ha cambiado, según se señala, el modo de
ejercer la Ginecología,
siendo “completamente fiel a la doctrina moral de la Iglesia”.Ello equivale a
decir que ha dejado de prescribir anticonceptivos y ha apostado por el método Creighton Model Fertility, versión
parecida a aquel método Ogino que
fallaba como una escopeta de feria. La tal Maria Victoria Mena puede, a mi
entender, pertenecer a la Orden
de las Vírgenes, al Brahmanismo o al Judaísmo, que me da igual, pero como
licenciada en Medicina debe ser consciente de que los anticonceptivos, cuando
son necesarios para la salud de la mujer, tiene obligación de prescribirlos. El
Tribunal Constitucional ya dejó claro que “del artículo 16 de la Constitución que
regula la libertad ideológica de los españoles no puede deducirse que nos
encontremos ante una pura y simple aplicación de dicha libertad. La objeción de
conciencia con carácter general, es decir, el derecho a ser eximido del
cumplimiento de los deberes constitucionales o legales por resultar ese
cumplimiento contrario a las propias convicciones, no está reconocido ni cabe
imaginar que lo estuviera en nuestro Derecho o en Derecho alguno, pues
significaría la negación misma de la idea del Estado”. Decía san Agustín que “en el jardín de la Iglesia se cultivan: las
rosas de los mártires, los lirios de las vírgenes, las yedras de los casados y
las violetas de las viudas". Ya ven…
Avanza enero
Hoy me entero de que el pelo de los osos polares es bruno
aunque lo veamos blanco, como sucede con la nieve, que tampoco es blanca, y las
nubes… Ya lo dijo Antonio Machado:
“El ojo que ves no es/ ojo porque tú lo veas; / es ojo porque te ve”. Si esas
cosas suceden en la
Naturaleza, ¿qué habrá de cierto en el resto de las cosas que
vemos pero no son como las vemos? Honorato
Paracebe intentaba, a la hora del bocadillo, explicarle a su compañero de
tajo, Acursio Ramírez de la Piscina, cosas que había
leído en el libro “La pequeña industria
al alcance de todos”. Lo de la nieve, que no es blanca, y los pelos del oso
polar, tampoco, sólo eran comentarios que no venían a cuento pero que hacían
pasar por el garganchón con más suavidad el piscolabis de pan con mortadela. José Poch Noguer, autor del libro,
tenía soluciones mágicas para casi todo: brillantinas, dentífricos, licorería, cremas
vainilladas, etcétera. También tenía una receta para el champú, que el libro
denominaba como champoing, a base de
alcohol de 90 grados, agua, jabón blando y carbonato potásico, en las debidas
proporciones; y de un dentífrico a base de cochinilla de nopal, alumbre
calcinado y esencia de menta. Acursio Ramírez de la Piscina prestaba mucha
atención a lo que le contaba su compañero Honorato y todo lo apuntaba en una
libretilla que guardaba en un bolsillo del mono de trabajo. Honorato
frecuentaba los domingos por la mañana la cuesta de Moyano y casi siempre se
hacía con algo de utilidad. Lo último, “Explosivos,
pirotecnia, cerillas”, (precio: 1’50 en rústica. Bailly-Baillière, editor, Madrid). En el libro, entre sus
precauciones estaba la de no fumar durante las manipulaciones. “La base de
tales compuestos –señala el manual- es una mezcla parecida a la pólvora, que
obra, según sus componentes, como detonante, como impulsiva simplemente, o
causante de larga trayectoria”. Aquí, evidentemente, evito por seguridad la
sencilla fórmula. Honorato tenía pensado hacer uso de la pirotecnia por él
confeccionada durante la hoguera de san Antón,
ya que ese santo varón conserva todavía poderes para sanar la peste, la lepra,
la sarna, las erecciones violentas, las purgaciones de garabatillo, el
ergotismo, también llamado culebrilla, y todas aquellas enfermedades que
requieren el uso de lavativas alcanforadas.
sábado, 14 de enero de 2017
Fosforito el de Cádiz

viernes, 13 de enero de 2017
Gripe
Mal empezamos el año. Como escribe Juan José Millás en su artículo “Tiene
chispa”, “aumentará el copago, que, como se nos advirtió en su día, es un
repago. La nueva ministra de Sanidad quiere alcanzar la fama cuanto antes y
sale en todos los telediarios, sea para bien o para mal, para decirse o para
desdecirse. No solo no tiene miedo a quemarse, sino que vuela, enloquecida,
hacia la llama como mariposa en medio de la noche oscura del alma”. Dolors Montserrat cuenta las cosas en catalán, pero los telediarios
nos las traducen con unas letras pequeñas a pie de pantalla. Lo cierto es que los
hospitales públicos tienen a los enfermos en los pasillos, entre corrientes de
aire y gente que circula. Señalan los medios que la gripe es la causante de esa masificación. Y
las autoridades sanitarias, esas que afirman que “el tabaco produce impotencia”,
admiten que la vacuna con antivirales no está funcionando este año. Pero
podemos estar tranquilos: existe un sistema de vigilancia de gripe en España
que avisa cuándo va a llegar, como si se tratase de los altavoces de un andén
ferroviario: “Próxima llegada del tren rápido procedente de Galicia por vía 2”. Ahora afirman esas
autoridades sanitarias, quiero decir, los responsables del Centro Nacional de
Epidemiología, que “la epidemia de gripe alcanzará su pico la próxima semana”,
lo que ya no sabemos es si ayudada por un sherpa.
jueves, 12 de enero de 2017
¿Cuál es la fórmula de Mafo?
Ahora, cuando se nos ha muerto Manolita Chen, aparece en la escena de este Ruedo Ibérico el hijo
de Isabel Pantoja, Paquirrín, ofreciéndose para entrenar
al devaluado Valencia C F y meterlo
en la UEFA. Nunca
se sabe. Este es un país de sorpresas, donde
el más tonto hace relojes. Como muestra, ahí tienen a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el hombre que no se enteró de nada
sobre los desastres de las cajas de ahorro, de las tarjetas black de Caja
Madrid o de la burbuja inmobiliaria, y que ahora se permite el lujo en una “Tribuna” de El País, “La inaplazable
reforma del Parlamento”, de escribir lo siguiente: “A diferencia de otros
Parlamentos de países más desarrollados, el Parlamento español ha funcionado
hasta ahora sin llamar a expertos para obtener su opinión, sin apoyo de
estudios de los servicios del propio parlamento, sin poder exigir a los
Gobiernos los trabajos preparatorios y, lo que es más importante, sin debatir
en profundidad las políticas y sin evaluar las distintas propuestas de los
grupos políticos. La
Oficina Presupuestaria fue creada hace dos legislaturas pero
no se sabe que haya servido para nada”. (…) “El salario mínimo ha aumentado
pero sin que se haya debatido. ¿Si es tan bueno subir el salario mínimo, por
qué no se sube más? ¿Por qué no se resuelven los problemas de los ingresos más
bajos con otras instituciones como los complementos salariales, como hacen
otros países?”. Si Fernández Ordóñez tuviese un mínimo de dignidad, debería
callarse y esconderse debajo de las piedras. Y si no, que se ofrezca para
entrenar al Valencia, como ahora
pretende Paquirrín. Si ese equipo bajase a Segunda División, la culpa sería de
los jugadores; si permaneciera en Primera, todo sería debido a su buenhacer, es
decir, todo lo contrario a lo que hizo como gobernador del Banco de España. Por
culpa de no haber ejercido el Banco de España
en su día de banco de banqueros como era su obligación, y como quedó
demostrado con el rescate bancario al que se vio forzado el Gobierno por las
malas prácticas de sus responsables (sirvan como ejemplos vergonzosos los
alzamientos judiciales por los impagos, al no poder hacer frente a las
hipotecas contraídas por causa de la tremenda depresión económica de las clases
medias, y las “cláusulas suelo” abusivas) nos vemos como nos vemos: enseñando
la raspa. Y el responsable del Banco de España era entonces Fernández Ordóñez,
siempre más preocupado con la reforma laboral en detrimento de los trabajadores
que en ejercer las funciones en las que era competente. Posiblemente sea
necesario reformar las Cámaras, que no lo sé. “El Parlamento que ha surgido de
las últimas elecciones –señala Mafo-- no debe solo cambiar las políticas sino,
antes que nada, cambiar la forma de hacer las políticas. Y la razón por la que
la reforma del Parlamento es la más importante de todas es el corazón de la
democracia y aunque no es el único, es el lugar clave para decidir las
políticas. Antes de pensar que la democracia representativa ya no sirve y que
hay que reemplazarla por algo distinto, sería aconsejable intentar que
funcionase mejor, o sea, que funcionase como en los países más avanzados. Con
ello a lo mejor acabamos adoptando reformas que nos permitan tener sus
moderadas tasas de paro, su menor despilfarro de recursos públicos, su mayor
productividad y su mayor igualdad de oportunidades” ¿Cuál es la forma de hacer
política, según Mafo? Si lo sabe, que lo diga y deje de marear la perdiz.
miércoles, 11 de enero de 2017
Algo sobre Joaquín el de la Paula
Ayer hacía referencia a Joaquín
Fernández Franco, más conocido como Joaquín el de la Paula, muerto en 1933 sin haber editado un
solo disco. En referencia a que no se quitaba el abrigo ni en agosto desde que
llegó de la Guerra
de Cuba, hay una anécdota que relata Manuel
Díaz Vargas (Candil, número 14
marzo-abril 1981) que confirma lo que digo. “Se dedicaba, como casi todos los
gitanos de la época, a pelar ganado. Estando en la Plazuela tomando el sol,
se le acercó un panadero diciéndole: «Joaquín, ¿cuánto me vas a llevar por
pelarme al burro?»; a lo que contestó, «un duro, como a to er mundo». «Ea, pues
toma el dinero y te llegas a mi casa, en la calle Marea Chica número 12». Y,
devolviéndole el duro, le contestó: «Coge tu dinero, que yo allí no voy, que
esa es la calle donde jase más frío der mundo». Según certificado de defunción,
murió de tuberculosis pulmonar fibrosa, siendo costeado su entierro por el alcalareño Agustín Alcalá
Henke, dueño de la empresa de pan en la que trabajaba su hija, el 10 de junio de 1933. Tenía entonces
58 años. Contaba Manuel Beca Mateo,
de cuando lo llamaron para una fiesta en casa de “La Coneja”, cantó durante toda la noche y, cuando el que tenía el dinero hizo ademán de
marcharse sin satisfacerle, le dijo: “Pero, ¿Te vas sin darme na?”, acusándolo
el señorito de haber comido y bebido en abundancia, a lo que Joaquín respondió:
“Pero ¿Tú crees que mis hijos son camaleones?”. El caso es que no cobró, pero
se despachó a gusto: “Vete con Dios, y quiea Él, que cuando otra ve te metas en
juerga y se te antoje cante… te canten los curas”. Joaquín se había casado con Caridad Vargas Carrillo “La Cholona”, siendo padre
de dos hijos: Enrique e Hiniesta. El prematuro fallecimiento de
su esposa y la necesidad de contar con una madre para sus hijos, le llevaron a
juntarse con otra gitana: Rosario
Jiménez García, de la familia de Mairena, que aportó otra hija: Mercedes. Joaquín el de la Paula fue tío de dos grandes
cantaores: Juan Talega, tratante en
ganado y de Manolito el de la María, jornalero, primo
a su vez de Antonio Mairena.
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