Los Reyes Magos representan a la Monarquía de la Navidad. Tres reyes coronados
al estilo de don Heraclio Fournier
que llevan ilusiones a los niños del mundo opulento cada Epifanía. Ayer pudimos
ver en el desfile de la cabalgata zaragozana al alcalde, Pedro Santisteve, que no se despegaba del rey Baltasar en la Plaza
de las Catedrales. Era como el paje actualizado de un rey de colorín, sonriente,
peinado a la parisién, sin traje gris Marengo, bastón de mando ni absurda banda
de “paternina”. A los alcaldes de Zaragoza, al menos hasta ahora, sólo se les
veía detrás de las procesiones, cortando cintas y poco más. Pero Santisteve es
distinto. Se infiltra entre la gente y sonríe como un niño con zapatos nuevos
viendo caras de sorpresa. Dice la Oligarquía Aragonesa,
esa First Class de pan pringado y
rosas de pitiminí, que Santisteve pertenece a la marca blanca de Podemos, como si eso fuese, como dice uno de mi
pueblo, un pecado mortal contra el “Santo Bendimiento”, que nadie sabe lo que
es. Y esa rara Oligarquía con tufillo caciquil, escapulario y cara de saberse
el catecismo, es la misma que vio con malos ojos la iniciativa de IberEbro, empresa patrimonial de la
familia Solans, de que se pudiese
construir un outlet en los antiguos
terrenos de Pikolín de la carretera
de Logroño (63.000 metros
cuadrados) que podría haber creado 1.500 puestos de
trabajo y una inversión de 60 millones de euros. Pedro Santisteve accedió a la
alcaldía de Zaragoza con el apoyo de los nueve concejales de su grupo y gracias
al apoyo de PSOE y Chunta Aragonesista por un acuerdo de investidura. Al PSOE
lo que le interesaba era poder colocar a Lambán
al frente del Gobierno de Aragón, “sacrificando” al aspirante Anadón (que creía tener la Alcaldía en la mano) en
beneficio de Zaragoza en Común. Era un toma y daca pactado. Lo cierto es que entre
ZeC y el PSOE nunca existió buen entendimiento, o “Santo Bendimiento”, como
dice ese tipo de mi pueblo cuando no ve las cosas claras. Se ha visto con el
tema del outlet, con la especulación
en los terrenos de Averly, con los
proyectos de La Romareda,
etc. Para el concejal de ZeC Alberto
Cubero “la derechización del PSOE en el Ayuntamiento es vertiginosa”. Según
El Español (Álvaro Sierra, 31/10/16) “en plena polémica del outlet, se
conoció un convenio urbanístico que firmó el actual portavoz del PSOE, Carlos
Pérez Anadón, con el dueño de Pikolin,
durante su época de concejal del Gobierno de Zaragoza. Un convenio que nunca se
publicitó y que, por lo tanto, desconocían los grupos políticos y la opinión
publica. En el mencionado convenio, se suscribe el compromiso adquirido por
parte del Ayuntamiento para autorizar un plan especial en el que haya usos
comerciales para la venta minorista tras el traslado de la factoría a un nuevo
emplazamiento”. En ese mismo trabajo de El
Español se cita que “la actuación llevada a cabo por el portavoz
socialista, Pérez Anadón, era una práctica habitual en el Gobierno de Zaragoza
durante la época del socialista Juan
Alberto Belloch. ‘Las grandes constructoras o empresas familiares llamaban
por teléfono al despacho del alcalde y le preguntaban, ¿qué hay de lo mío?’,
cuentan desde ZeC”. Ese ¿qué hay de lo mío? es el rezo actualizado y off the record a un "Santo Bendimiento"
que suele dejar caer el maná en el Sanedrín de los discípulos de un Isidoro que parecía muerto, que puso
palos en la marrana de la noria de Pedro
Sánchez y que ha hecho su “Segunda Venida”, con fanfarria y trompetería del
Jericó de la derechona, por la puerta giratoria.
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