Ahora, cuando se nos ha muerto Manolita Chen, aparece en la escena de este Ruedo Ibérico el hijo
de Isabel Pantoja, Paquirrín, ofreciéndose para entrenar
al devaluado Valencia C F y meterlo
en la UEFA. Nunca
se sabe. Este es un país de sorpresas, donde
el más tonto hace relojes. Como muestra, ahí tienen a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el hombre que no se enteró de nada
sobre los desastres de las cajas de ahorro, de las tarjetas black de Caja
Madrid o de la burbuja inmobiliaria, y que ahora se permite el lujo en una “Tribuna” de El País, “La inaplazable
reforma del Parlamento”, de escribir lo siguiente: “A diferencia de otros
Parlamentos de países más desarrollados, el Parlamento español ha funcionado
hasta ahora sin llamar a expertos para obtener su opinión, sin apoyo de
estudios de los servicios del propio parlamento, sin poder exigir a los
Gobiernos los trabajos preparatorios y, lo que es más importante, sin debatir
en profundidad las políticas y sin evaluar las distintas propuestas de los
grupos políticos. La
Oficina Presupuestaria fue creada hace dos legislaturas pero
no se sabe que haya servido para nada”. (…) “El salario mínimo ha aumentado
pero sin que se haya debatido. ¿Si es tan bueno subir el salario mínimo, por
qué no se sube más? ¿Por qué no se resuelven los problemas de los ingresos más
bajos con otras instituciones como los complementos salariales, como hacen
otros países?”. Si Fernández Ordóñez tuviese un mínimo de dignidad, debería
callarse y esconderse debajo de las piedras. Y si no, que se ofrezca para
entrenar al Valencia, como ahora
pretende Paquirrín. Si ese equipo bajase a Segunda División, la culpa sería de
los jugadores; si permaneciera en Primera, todo sería debido a su buenhacer, es
decir, todo lo contrario a lo que hizo como gobernador del Banco de España. Por
culpa de no haber ejercido el Banco de España
en su día de banco de banqueros como era su obligación, y como quedó
demostrado con el rescate bancario al que se vio forzado el Gobierno por las
malas prácticas de sus responsables (sirvan como ejemplos vergonzosos los
alzamientos judiciales por los impagos, al no poder hacer frente a las
hipotecas contraídas por causa de la tremenda depresión económica de las clases
medias, y las “cláusulas suelo” abusivas) nos vemos como nos vemos: enseñando
la raspa. Y el responsable del Banco de España era entonces Fernández Ordóñez,
siempre más preocupado con la reforma laboral en detrimento de los trabajadores
que en ejercer las funciones en las que era competente. Posiblemente sea
necesario reformar las Cámaras, que no lo sé. “El Parlamento que ha surgido de
las últimas elecciones –señala Mafo-- no debe solo cambiar las políticas sino,
antes que nada, cambiar la forma de hacer las políticas. Y la razón por la que
la reforma del Parlamento es la más importante de todas es el corazón de la
democracia y aunque no es el único, es el lugar clave para decidir las
políticas. Antes de pensar que la democracia representativa ya no sirve y que
hay que reemplazarla por algo distinto, sería aconsejable intentar que
funcionase mejor, o sea, que funcionase como en los países más avanzados. Con
ello a lo mejor acabamos adoptando reformas que nos permitan tener sus
moderadas tasas de paro, su menor despilfarro de recursos públicos, su mayor
productividad y su mayor igualdad de oportunidades” ¿Cuál es la forma de hacer
política, según Mafo? Si lo sabe, que lo diga y deje de marear la perdiz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario