Yo siempre tomé colacao
en desayunos y meriendas porque lo toma el ciclista y se hace amo de la pista y
lo toma el boxeador, pin, pon, boxea que es un primor, pero desde que tengo dos
preciosas nietas he cambiado al nesquik
por la simple razón de que les gusta más a ellas y, también, porque se disuelve
mejor en la leche fría. Pero creo que de ahora en adelante no tomaremos ni una
cosa ni la otra. Imaginen que llego del supermercado con mi bote y lo coloco en
la alacena a la espera de que vengan mis nietas del colegio. Y cuando llega el
momento de la merienda, abro el bote y me encuentro dentro una sorpresa como en
los huevos kinder, cuyo creador, William Salice, mano derecha de Michele Ferrero, murió a finales del
pasado año en Pavia, no atragantado por uno de sus juguetes sorpresa sino de un
derrame cerebral. Pues bien, la sorpresa llega cuando abro el bote y me
encuentro junto al polvo del cacao
maravillao un paquetito con un polvo blanco, es decir, con 250 gramos de cocaina.
Pues eso mismo le sucedió estas navidades al cliente de un supermercado de
Zaragoza, que al descubrir la “sorpresa” tomó el bote y el recibo de la compra
y se marchó directamente a la comisaría de Policía más próxima. Todo apunta a
que el precinto del bote de nesquik estaba manipulado por un traficante.
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