El hecho de que tres de cada cuatro nuevos afiliados a la Seguridad Social
procedan de negocios de tiendas, bares y restaurantes deja claro que España se
ha convertido en un país de servicios, que las fiestas típicas de las ciudades
se hacen para los turistas y que la
Feria de Abril, las procesiones de Semana Santa y todas las
fiestas patronales que se hacen en pueblos y ciudades en honor de un santo
patrono son en beneficio de los hosteleros, de los saltimbanquis que venden
globos en las plazoletas, de los dueños de carruseles y de los empresarios de
salas de atracciones. Lo del santo patrón sólo es una estúpida excusa para
poner en marcha todo un tinglado de pitos y flautas que sólo deja dinero a unos
pocos. Hoy en ABC de Sevilla, Antonio Burgos, bajo el epígrafe ¿Para
quién es la Feria?,
abunda en lo que yo digo. Señala: “¿Para quién se hace la Feria? ¿Para los sevillanos
en general o para los sevillanos que tienen un hotel o un bar y para los que
viven del turismo, que es ya desgraciadamente la economía toda la de la ciudad?
¿Se hace la Feria
para los turistas o para los que les cuesta un dinero, un trabajo y un esfuerzo
montarla y una preocupación la cuota y los problemas de papeleo de la caseta?
¿Para los turistas o para los que se gastan un dineral en mantener y sacar sus
enganches a fin de que los guiris se hagan un selfi con caballos al fondo?”.
Pero lo peor de todo es que los ciudadanos, al vestirse y pasear con trajes
típicos, están haciendo un perfomance
gratuito a unos foráneos que sólo desean tirar fotografías, para más tarde
verlas en el hotel y reírse del ridículo postureo de unos paletos que están
convencidos de que lo mejor del mundo está contenido en su pequeño territorio:
su indumentaria, sus comistrajos y su ermita en medio de un secarral. Lo del
santo patrón es siempre una peregrina excusa, como digo, para “justificar” las
mezquinas pretensiones de, con algo de suerte, poder aparecer al día siguiente
en la pequeña pantalla de una televisión regional que suele tener poco que
contar, manejada por un ramillete de políticos regionalistas que para seguir
montados sobre el pollino anteponen los fastos a la eficacia. Este país lo
están convirtiendo en el “tontódromo” de Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario