martes, 2 de mayo de 2017

Sobre academias aragonesas






El insigne gallego Julio Camba fue un gran observador y poseía una excelente retranca. Y al escribir sobre los académicos de la Española, Camba decía que en esa Institución no había demasiados obispos ni demasiados generales. Pero también había algunos escritores; eso sí, “a condición de que nadie los haya leído desde treinta años antes de su elección”. “Un académico –decía—viene a ser así como si dijéramos la estatua de sí mismo. Su única misión consiste en suscitar el respeto de las gentes, y para ello conviene, o bien que tenga un gran uniforme de obispo o de general, o bien que esté completamente ga-gá”. En Aragón contamos con dos importantes academias: la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y la Academia Aragonesa de Gastronomía. La primera de ellas, fundada en 1792  y asociada al Instituto de España,  creado en 1947 por el impulso de Eugenio d’Ors y de Pedro Sáinz Rodríguez inspirándose en el Instituto de Francia y partiendo de dos decretos  de diciembre de 1937 y de enero de 1938 firmados en la zona rebelde durante la Guerra Civil,  englobaba por aquellos años a seis academias de ámbito nacional y a las que se les recuperaba el apéndice de “reales” que habían tenido hasta el advenimiento de la II República. La Real Academia de San Luis tiene como misión  promover y fomentar el estudio de las Bellas Artes, en particular la defensa, conservación y restauración de toda clase de monumentos y obras de arte situadas en el ámbito territorial de Aragón. Fue creada por orden de Carlos IV a petición del Conde de Aranda, en representación de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. Se la denominó “de san Luis” en honor a su consorte María Luisa de Parma. Está dividida en siete secciones: Arquitectura, Escultura, Pintura, Música y Danza, Literatura, Grabado y Artes Suntuarias y Artes de la Imagen. Forman parte de ella académicos de honor en número variable, treinta y cinco numerarios, y quince delegados en las localidades aragonesas que ostentan el título de ciudad (Zaragoza, Huesca, Tarazona, Fraga, Jaca, Albarracín, Barbastro, Calatayud, Daroca, Teruel, Alcañiz, Caspe, Borja, Monzón y Cariñena), con rango de numerarios, así como por cincuenta correspondientes residentes en España y países extranjeros. La Academia Aragonesa de Gastronomía fue fundada como una asociación cultural en 1995. Se rige por una Junta Rectora y está formada por miembros fundadores y por miembros electos. Concede premios anuales y promueve la difusión y el conocimiento de la cocina aragonesa. Pero volviendo a Julio Camba, éste señalaba que “lo ideal sería que no se hiciera a nadie académico en vida, ya que la mejor manera de ser inmortal es estar muerto”, o sea.

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