El insigne gallego Julio
Camba fue un gran observador y poseía una excelente retranca. Y al escribir
sobre los académicos de la Española, Camba decía
que en esa Institución no había demasiados obispos ni demasiados generales. Pero
también había algunos escritores; eso sí, “a condición de que nadie los haya
leído desde treinta años antes de su elección”. “Un académico –decía—viene a
ser así como si dijéramos la estatua de sí mismo. Su única misión consiste en
suscitar el respeto de las gentes, y para ello conviene, o bien que tenga un
gran uniforme de obispo o de general, o bien que esté completamente ga-gá”. En Aragón contamos con dos
importantes academias: la
Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y la Academia Aragonesa de Gastronomía. La primera de ellas,
fundada en 1792 y asociada al Instituto de España, creado en 1947 por el impulso de Eugenio d’Ors y de Pedro Sáinz Rodríguez inspirándose en el Instituto de Francia y partiendo de dos decretos de diciembre de 1937 y de enero de 1938
firmados en la zona rebelde durante la Guerra
Civil, englobaba por
aquellos años a seis academias de ámbito nacional y a las que se les recuperaba
el apéndice de “reales” que habían
tenido hasta el advenimiento de la II
República. La Real Academia de San Luis tiene como misión promover y fomentar el estudio de las Bellas
Artes, en particular la defensa, conservación y restauración de toda clase de
monumentos y obras de arte situadas en el ámbito territorial de Aragón. Fue
creada por orden de Carlos IV a
petición del Conde de Aranda, en
representación de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País.
Se la denominó “de san Luis” en honor
a su consorte María Luisa de Parma.
Está dividida en siete secciones: Arquitectura, Escultura, Pintura, Música y
Danza, Literatura, Grabado y Artes Suntuarias y Artes de la Imagen. Forman parte de ella
académicos de honor en número variable, treinta y cinco numerarios, y quince
delegados en las localidades aragonesas que ostentan el título de ciudad
(Zaragoza, Huesca, Tarazona, Fraga, Jaca, Albarracín, Barbastro, Calatayud,
Daroca, Teruel, Alcañiz, Caspe, Borja, Monzón y Cariñena), con rango de
numerarios, así como por cincuenta correspondientes residentes en España y
países extranjeros. La Academia Aragonesa de Gastronomía fue fundada como una
asociación cultural en 1995. Se rige por una Junta Rectora y está formada por
miembros fundadores y por miembros electos. Concede premios anuales y promueve
la difusión y el conocimiento de la cocina aragonesa. Pero volviendo a Julio
Camba, éste señalaba que “lo ideal sería que no se hiciera a nadie académico en
vida, ya que la mejor manera de ser inmortal es estar muerto”, o sea.
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