sábado, 2 de junio de 2018

Sánchez y las trampas saduceas



Leo en El País que “las empresas (CEOE y CEPYME) y la banca piden que Pedro Sánchez no revierta las grandes reformas”, es decir, “que impulse las reformas económicas pendientes y no revierta las que ya están en marcha, como la reforma laboral”. A ver si lo he entendido bien. La Patronal lo que pretende de un gobierno socialista es seguir ganando dinero a costa de recibir ayudas estatales, pagar bajos salarios a los trabajadores y proseguir llevando a cabo contratos-basura. Y la Banca lo que parece que pretende es no devolver ni un  celemín del dinero prestado por el Estado a través del ICO para su rescate, que no se le ocurra poner un impuesto añadido para poder pagar las pensiones (como defendió Sánchez desde la oposición), y que cunda el miedo de forma generalizada para que los ciudadanos pusilánimes se hagan planes de pensiones. Pero a mí me gustaría saber lo que han ganado en cada temporada, por ejemplo, los hosteleros, con la llegada de un turismo masivo, si tenemos en cuenta el dinero que recibían a las empleadas, muchas de ellas con contratos eventuales, por cada habitación limpiada, y cuánto pagaban a los camareros y ayudantes de cocina por cada jornada interminable siete días a la semana. Y sobre la Banca me gustaría saber por qué razón se han salido con la suya en el escandaloso tema de las cláusulas “suelo” y “techo” en las hipotecas respecto a los intereses variables, anuladas en 2013 por sentencia del Tribunal Supremo al considerarlas poco transparentes y abusivas. Basta recordar que El Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenció a finales de 2016 que la banca debía devolver todo lo cobrado de más por la “cláusula suelo” (retroactividad total) en aquellos casos en los que se demostrase que hubo falta de transparencia en su aplicación. Anteriormente, el Supremo de nuestro país había establecido que las entidades solo debían devolver lo cobrado desde el 9 de mayo de 2013, pero el alto tribunal comunitario le obligó a corregir su postura. En resumidas cuentas, sigo leyendo en El País que las patronales enviaron este viernes un comunicado nada más producirse la investidura de Sánchez con su primer aviso: “El nuevo Gobierno debe robustecer el crecimiento económico y no revertir las reformas ya en marcha como la laboral, que ha tenido un gran protagonismo en la salida de la crisis y la recuperación del empleo". Lo que viene a decir que conviene que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres sean cada vez más pobres. Así, cuando el patrono les ofrezca migajas salariales, éstos (los pobres) las aceptarán por poder llevar a casa algo de dinero, aunque no llegue para pasar el mes. Espero y confío en que el Gobierno que presida Sánchez no caiga en esa trampa.  Sánchez debe conocer para su buen gobierno que una trampa saducea es una pregunta capciosa que se plantea con ánimo de comprometer al interlocutor, ya que cualquier respuesta que dé puede ser malinterpretada o considerada inconveniente. Y, también, que esta selva carpetovetónica, rijosa y preñada de depredadores, está muy mal acostumbrada. Ya los saduceos (personas de la alta sociedad, miembros de familias sacerdotales, cultos, ricos y aristócratas) pregustaron a Cristo, hace más de dos mil años, si era lícito pagar impuestos al César romano, esperando de Él la respuesta que más les conviniese, o sea.

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