lunes, 26 de noviembre de 2018

El nudo de Gordio




Un artículo de hoy, publicado en El Mundo, debería hacer reflexionar a la Casa Real. Eduardo Álvarez,  bajo el epígrafe “El Rey Juan Carlos y Salman, la foto de la vergüenza”, profundiza en lo acontecido en el Gran Premio de Fórmula Uno de Abu Dabi donde coincidieron en la misma tribuna Juan Carlos de Borbón, su hija Cristina y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed ben Salman que, según la CIA, ordenó el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. Cuenta Eduardo Álvarez: “Don Juan Carlos ha mantenido a lo largo de su reinado una relación muy estrecha con las familias reales árabes que ha resultado muy beneficiosa para los intereses de España. Eso es algo que cabe reconocerle. Pero si abdicó la corona porque varios escándalos echaron por tierra la imagen de ejemplaridad que debe tener un Rey, no es de recibo que ahora que su hijo y sucesor, Felipe VI, está intentando reflotar el prestigio de la institución monárquica, él actúe con esta frivolidad tan irresponsable. El Rey Emérito está obligado a guardar ciertas formas y a tener visión de Estado y sentido de la oportunidad. Y desde luego ahora mismo no es oportuno fotografiarse con el heredero saudí en un acto de estas características. No ayuda nada así a la Corona”. Son demasiados errores. Hace 40 años, antes de concluirse y votarse la actual Constitución (que dentro de unos días conmemorará su cuadragésimo aniversario), debería haberse preguntado a los españoles sobre la forma de Estado que deseaban. Pero se prefirió optar por aplicar los deseos de Franco. Y los Padres de la Constitución ataron aquellos deseos al modo en el que Gordio ofreció su carro  al templo de Zeus y ató la lanza y el yugo con un nudo que nadie supo desatar.

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