viernes, 9 de noviembre de 2018

Menos lobos, Caperucita



A mi entender, se le está dando demasiada importancia  que una exmiembro del GRAPO, Carmen López Anguita, pueda participar mañana por la tarde en un coloquio en el zaragozano centro Luis Buñuel bajo el título “Maquillando el fascismo 40 años” e incluso se anuncia una concentración ciudadana a esa misma hora en la Plaza del Pilar. De hecho ya existe una denuncia de un concejal de PP, Jorge Azcón, en el Juzgado de Guardia. De esa noticia también se ha hecho eco determina prensa de papel que, paradójicamente, no tiene empacho en anunciar prostíbulos en su sección de “anuncios por palabras”. A mi entender, digo, Carmen López Anguita ya ha pagado su condena con 29 años de cárcel, ha saldado cuentas con la Justicia y es libre en un Estado de derecho para dar conferencias, caminar por la calle, ir al teatro, o a hacer lo que le plazca. Cosa distinta es que yo me negara a tomar un café con ella. Uno tiene derecho a poder elegir sus amistades y con quién desea charlar, y esa señora no es santo de mi devoción. Bueno será recordar que en la tarde del 26 de mayo de 1979, una bomba hizo saltar por los aires la madrileña cafetería California 47, con un saldo de de 9 personas muertes y 60 heridas y mutiladas,  sin tener en cuenta el derrumbamiento de la finca y unos daños tasados en cerca de 34 millones de pesetas de la época. El 26 de julio,  justo dos meses más tarde, Carmen López Anguita y Alfonso Rodríguez García,  ambos miembros del GRAPO fueron detenidos en Madrid, en la plaza de Santa Bárbara. Tras su detención, ambos reconocieron la autoría del atentado y su participación directa en otros 6 actos terroristas: el ametrallamiento de dos agentes de la Policía Nacional en diversos puntos de Madrid:  el polideportivo de La Elipa; el ametrallamiento de una pareja de la Guardia Civil en la calle de Pedro Alonso, en el distrito de Canillas;  el atentado contra el general de brigada Agustín Muñoz Vázquez,  el asesinato de un policía nacional de puertas en la comisaría del distrito de Universidad, un inspector de Policía en el barrio de Moratalaz, un policía nacional en la calle Numancia y la muerte por error de Olegario Collazo Melón, al que confundieron con un agente de policía. La sentencia de Carmen López Anguita fue de 280 años de prisión. Pero ya cumplió la pena máxima contemplada en el Código Penal y su actual situación es la de ciudadana libre. A nadie le puede juzgar dos veces por la misma causa en un Estado de derecho. Y los partidos políticos que ahora pretenden una movilización ciudadana en el centro de Zaragoza no pueden ahora airear la peana con el espectro de Publio Cordón, persona secuestrada por el GRAPO hace 23 años, cuyo cadáver nunca apareció. Recordemos que en enero de 2005 el Tribunal Supremo concedió la pensión de viudedad a su mujer, Pilar Muro Navarro;  y que en 2012 el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Zaragoza emitió una orden por la que se declaraba a Publio Cordón legalmente fallecido. Aquellos que pretenden pasar página de la Guerra Civil deben hacerlo también de la Transición, o no avanzaremos.

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