lunes, 10 de junio de 2019

Cristo de las Batallas





Cuenta la tradición que el Cristo de las Batallas es una talla de apenas medio metro de alzada que acompañó a los Reyes Católicos durante la toma de Granada y en cuantas batallas se libraron. No hay nada confirmado. Lo cierto es que a esa talla, a la que le faltan tres dedos de la mano derecha, se le venera en distintos lugares de Castilla. En Ávila, por ejemplo, se posesiona en jueves Santo una imagen traída desde el convento de Mosén Rubí de Bracamonte y recorre muchas calles de esa ciudad. Las crónicas del cenobio, escritas a partir del siglo XVII, indican que fue una merced que los Reyes Católicos hicieron a la primera priora del convento,  María de Santo Domingo, posteriormente conocida como beata de Piedrahíta. Parece probado que Fernando II de Aragón conoció en persona a esa priora en Burgos, en el invierno de 1508,  cuatro años después de la muerte de Isabel I de Castilla. A la muerte de la reina todavía no se había construido ese convento. Se contaba que aquella monja tuvo visiones místicas y ello le acarreó problemas con la Inquisición, que pudieron subsanarse con la intervención del rey Fernando II de Aragón, el cardenal Cisneros y Fadrique Álvarez de Toledo, II duque de Alba y  promotor del convento. David Sánchez, que hizo un trabajo final del Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte en la Universidad de Salamanca, mantuvo que “existía un privilegio consistente en una limosna vitalicia otorgada por Fernando II de Aragón de cien ducados anuales destinados al convento, cuyo pago que se mantuvo hasta el reinado de Fernando VII”. Hay quien considera que esa estatuilla del Cristo de las Batallas fue uno de los muchos regalos que recibió Fernando II de Aragón durante su estancia en Nápoles, en 1507. Como curiosidad, un grupo de excombatientes de la Guerra Civil  fueron los fundadores en 1952 de la Hermandad del Cristo de las Batallas.  Pero la imagen que se procesiona  actualmente por las calles de Ávila cada Jueves Santo es reciente, de 1963, sin ningún valor histórico. Existen otras tallas de Cristo de las Batallas que se veneran en distintos lugares: una talla de madera policromada del siglo XIV se conserva en la Catedral de San Antolín, en Palencia; existe una cofradía del Señor Cristo de las Batallas y de María Santísima de los Dolores, en Cáceres;  hay otro santuario en Plasencia, en la antigua ermita de Santiago Apóstol, en cuya presencia se cuenta que hacían su juramento los caballeros, existe una copia del Cristo de Burgos; etcétera. También en Toro (Zamora) se conmemora el Cristo de las Batallas (su patrón) con una romería cada lunes  siguiente al domingo de Pentecostés, que casualmente es hoy, 10 de junio. En la explanada de la ermita de Santa María de la Vega tienen lugar diversos actos religiosos y no faltan las comidas campestres.


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