Dicen aquellos que me conocen que de niño siempre fui muy
aburrido, que me producía pavor montarme
en norias y cachivaches de feria. Debo seguir siendo así; y, si puedo, esquivo
los viajes en avión y en esas “golondrinas” mediterráneas con menos salvavidas
que viajeros y siempre con la eterna musiquilla de Julio Iglesias, así como cruzar los semáforos con luz roja para los
peatones aunque no existan coches a la vista. Tampoco intento cruzar los pasos de cebra hasta que no
veo a los vehículos parados cediendo el paso, que son los menos. Es una
cuestión de cautela, esa precaución al amigo conductor que cantaba Perlita de Huelva cuando pedía la
intercesión de san Cristóbal para
los sufridos camioneros en la senda peligrosa: “…acuérdate de los niños, que te dicen con cariño: ¡No corras mucho
papa!”. Hoy, en El Correo de
Andalucía, leo con estupor que “clausuran el recinto ferial de La Rinconada
tras el accidente en una atracción de feria con 28 heridos, la mayoría niños
en un aparato llamado la olla". Los
más graves, una niña de 13 años que sufre traumatismo cráneo encefálico, y otros
cuatro niños, que permanecen en la UCI del Hospital Macarena. Siempre recordaré
lo que le espetó Eugenio d’Ors a un
camarero inexperto cuando le manchó la chaqueta descorchando en su presencia
una botella de champán: “Los experimentos, con gaseosa, joven”. No pudo fiarme
de los aparatos de feria por el hecho de que hoy están instalados aquí y mañana
en otro sitio. De tanto montar y desmontar esos cachivaches llenos de luces de
reclamo es fácil dejar sin apretar, o sin colocar, un tornillo en su preciso
sitio. Y un tornillo, o una tuerca, aunque no lo parezca tienen su importancia.
Haga usted la prueba. Compre un mueble desmontado en Ikea y cuando llegue a casa pruebe a montarlo. Parece fácil,
siguiendo al pie de la letra las instrucciones de un pequeño plano adjunto
donde, curiosamente, todo viene escrito en sueco. Pero, ¡ay si te olvidas de
colocar un casquillo interior! Si ello acontece, que san Gennaro te ayude porque habrás hecho un pan como unas hostias.
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