sábado, 8 de junio de 2019

Tiovivos y cachivaches



Dicen aquellos que me conocen que de niño siempre fui muy aburrido, que me producía pavor  montarme en norias y cachivaches de feria. Debo seguir siendo así; y, si puedo, esquivo los viajes en avión y en esas “golondrinas” mediterráneas con menos salvavidas que viajeros y siempre con la eterna musiquilla de Julio Iglesias, así como cruzar los semáforos con luz roja para los peatones aunque no existan coches a la vista. Tampoco  intento cruzar los pasos de cebra hasta que no veo a los vehículos parados cediendo el paso, que son los menos. Es una cuestión de cautela, esa precaución al amigo conductor que cantaba Perlita de Huelva cuando pedía la intercesión de san Cristóbal para los sufridos camioneros en la senda peligrosa: “…acuérdate de los niños, que te dicen con cariño: ¡No corras mucho papa!”. Hoy, en El Correo de Andalucía, leo con estupor que “clausuran el recinto ferial de La Rinconada tras el accidente en una atracción de feria con 28 heridos, la mayoría niños en un aparato llamado la olla". Los más graves, una niña de 13 años que sufre traumatismo cráneo encefálico, y otros cuatro niños, que permanecen en la UCI del Hospital Macarena. Siempre recordaré lo que le espetó Eugenio d’Ors a un camarero inexperto cuando le manchó la chaqueta descorchando en su presencia una botella de champán: “Los experimentos, con gaseosa, joven”. No pudo fiarme de los aparatos de feria por el hecho de que hoy están instalados aquí y mañana en otro sitio. De tanto montar y desmontar esos cachivaches llenos de luces de reclamo es fácil dejar sin apretar, o sin colocar, un tornillo en su preciso sitio. Y un tornillo, o una tuerca, aunque no lo parezca tienen su importancia. Haga usted la prueba. Compre un mueble desmontado en Ikea y cuando llegue a casa pruebe a montarlo. Parece fácil, siguiendo al pie de la letra las instrucciones de un pequeño plano adjunto donde, curiosamente, todo viene escrito en sueco. Pero, ¡ay si te olvidas de colocar un casquillo interior! Si ello acontece, que san Gennaro te ayude porque habrás hecho un pan como unas hostias.

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