El periodista Ramón
Pérez-Maura puede discrepar en lo que considere oportuno. La Constitución
Española le ampara en su artículo 20 para que exprese libremente lo que desee.
Pero hoy, sábado, publica un artículo en el diario ABC, “Con distintas varas de
medir”, sobre el que quisiera hacer una precisión. Al referirse a los
resultados electorales del pasado domingo, Pérez-Maura señala algo evidente; es
decir, que se ha creado un nuevo escenario político donde entran en
funcionamiento las coaliciones políticas para poder gobernar en las
Instituciones. Al referirse a Ciudadanos, indica que también ese partido está obligado
a “mojarse”. Es ese sentido, Pérez-Maura
entiende que Rivera huye de los
compromisos, lo que genera un panorama incierto. Dice: “Cuando se conoció el resultado de Andalucía, Ciudadanos dijo
que ellos sólo iban a pactar con el PP, no con Vox. La mano izquierda de Teodoro García Egea y Juan Manuel Moreno Bonilla, logró
convencer a Vox para que apoyase sin retribución. Vox acababa de llegar a un
parlamento y era injustificable que su voto impidiese el cambio tras cuarenta
años de socialismo en Andalucía”. Pero ahora llegan sus contradicciones.
Pérez-Maura no entiende que en Madrid el partido de Rivera apoye a la derecha
para desplazar a Carmena, mientras que en Barcelona Manuel Valls esté dispuesto a dar su
apoyo a Ada Colau. Sostiene
Pérez-Maura en su artículo algo que sería conveniente matizar por evitar
equívocos: “Vox es hoy un partido ampliamente implantado como lo era Podemos
hace cuatro años”. Hasta aquí, correcto. Pero afirma a continuación: “…y como el
anticonstitucional partido de izquierda entonces, hoy [Vox] aspira a tener
cuotas de poder”. ¿Podría decirme el sobrino-nieto de Emilio Botín la razón por la que Podemos era inconstitucional? De haber sido así, como Pérez-Maura afirma, nunca
hubiese podido presentarse a unas elecciones en la España democrática. Y
remacha su exposición (refiriéndose a Vox): “…con la enorme diferencia respecto
a Podemos de que son (sic) un partido plenamente constitucional que aspira a
reformar aspectos de la Carta Magna que no comparte, no a quemar la
Constitución como desea Podemos”. En fin, visto lo visto no tengo nada más que
añadir. En ocasiones vale más una buena ignición que una mala reforma. Que le
vaya bonito.
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