lunes, 4 de julio de 2022

Grandes inventos de andar por casa

 


Leo en la prensa el mismo día dos noticias relacionadas con el aprovechamiento del espacio. La primera de ella hace referencia al invento de botellas de agua plegables, que quitan espacio en la mochila; la segunda, el escurreplatos enrollable como solución  a cocinas pequeñas. Así, una botella de agua vacía de medio litro de la marca Hydaway, disponible en Amazon, se puede comprimir hasta convertirse en un disco de 4 centímetros. El escurreplatos, que cuesta 11 euros, es una alfombrilla con rejilla que permite secar los utensilios de cocina con facilidad y posterioprmente guardarla en un  cajón. Parecen los grandes  inventos del doctor Franz de Copenhague, que deleitaba a la gente de mi época desde las páginas del TBO y que firmaba Ramón Sabatés, perito mecánico además de dibujante, que diseñó entre 1842 y 1998 (en Bruguera, primero, y en Ediciones B, después) más de un millar de inventos de los que alguno de ellos llegó a ser factible. En realidad, aquellos inventos nacieron en 1920 de la mano de Manuel Urda Marín, donde se plasmaba la figura de un niño con gorra de visera bajo el epígrafe “El niño del TBO”. Cinco años más tarde aparecieron otros dibujantes además de Urda (Nit, Serra y Massana) hasta 1939. Tras un parón, en 1943 volvió a aparecer esa sección de forma regular. Fue a partir de 1960 cuando apareció la firma de Sabatés hasta su cierre, en 1979,  su renacimiento en 1988 y su definitivo cierren diez años más tarde. El profesor Franz de Copenhague fue creación de Massana en 1935. La idea de ese personaje, según parece, fue copiada de alguna manera,  ya que se plasmaba en una sección  de la revista francesa Péle-Melé llamada “Inventions of Professor Lucifer Gorgonzola Butts; y más tarde, “Les inventions of Péle-Melé”. Las dos noticias leídas hoy en la prensa (tanto la botella comprimida como la alfombrilla escurreplatos enrollable) bien podrían ser obra de alguno de los dibujantes mencionados y ahora puestos a la venta por Amazon. ¿Volverá la muñeca hinchable como objeto de deseo de muchos ciudadanos que viven en la más completa soledad sin temor a que estallen sus costuras? Pienso que tales adminículos nunca se fueron del todo.

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