miércoles, 6 de julio de 2022

Yo invito y tú pagas

 


Esto lleva camino de irse todo al carajo. El mercado de valores se hunde; la inflación parece imparable; los derroches del Gobierno, que prefiere invertir el 2% del PIB en armamento, (a requerimiento de la OTAN), que atender los acuciantes asuntos sociales, se me antoja como discutible;  los bancos suben las comisiones hasta la usura ante la puesta de perfil el BdE; la pandemia de coronavirus sigue presente; la sanidad pública está hecha unos zorros; hay miedo energético; el precio de la vivienda lleva cinco trimestres en alza; el fantasma de la guerra en Ucrania mete miedo a la Europa rica; la subida del Euribor hace mella en las hipotecas fijas por debajo del 2% TAE; la caída del precio de materias primas augura una recesión brutal; las grandes ciudades se vuelven más inseguras; etcétera, etcétera. Y ante ese triste panorama, produce estupor la reciente gira de Irene Montero y tres de sus colaboradoras a Estados Unidos en Falcon, con un coste solo de vuelo de 95.200 euros, para reunirse con la directora ejecutiva del Consejo de Políticas de Género de la Casa Blanca, Jennifer Klein, y con el asistente adjunto del presidente de EEUU, Chiraag Bains, no sabemos para qué. Los costes, cuando se utiliza dinero público, deben contrapesarse con las expectativas de resultados. Pero en el caso que nos ocupa, dudo mucho en la eficacia de esa tourné turística. Un asistente adjunto de un presidente, aunque lo sea de los Estados Unidos, no sé muy bien en qué puede asistir a la ministra de Igualdad de España, salvo en indicarle donde se encuentra el cuarto de baño. Recuerden cuando el gobernador de Florida, John Ellis Bush, en febrero de 2003, en referencia a José María Aznar y el apoyo del “presidente de la República Española”  a la posible guerra de Irak, auguraba que ese conflicto bélico, en caso de producirse, le iba a dar unos beneficios inimaginables a este país. Aquel gobernador ignoraba dos cosas: una, quién era entonces el jefe del Estado;  y dos, que España era un Reino. Pues bien, si el gobernador de Florida (hermano del presidente de Estados Unidos) ignoraba esos datos tan elementales durante la visita a nuestro país, ya me dirán lo que pinta el tal Chiraag Bains siendo asistente adjunto de Biden. Más o menos, lo mismo que servidor de ustedes dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Viena. Carlos Cuesta comenta en Libertad Digital que “el Ministerio de Igualdad es el idóneo para ser vaciado. Básicamente, porque es un departamento inventado: todas sus partidas se pueden derivar. ¿Cómo? Las de ayudas sociales, llevándolas al Ministerio de Derechos Sociales; las de protección a las mujeres, dándoselas a Interior; las de promoción educativa, a Educación; las de incentivos fiscales, a Hacienda; las de ayudas laborales, a Empleo; o las de apoyo en cotizaciones, a Seguridad Social”. El “yo invito y tú pagas” es algo que se da mucho entre gorrones. Divertirse y vivir a costa de los demás también se da entre algunos ministros, que se aprovechan del dinero público para viajar, no importa a qué lugar, sin una justificación razonable. De hecho, existe un libro de Giuseppe Laganá,Manuale dello scroccone”, donde se cuenta que el verdadero gorrón es aquel que busca siempre el consenso de la propia victima. La ministra de Igualdad es un  claro ejemplo de lo que digo. Ya sabemos que hombres y mujeres tiene los mismos derechos y obligaciones en democracia. Para garantizar esa igualdad de género no son necesarios organigramas ministeriales que editen catecismos políticos, sino la aplicación de las leyes en vigor y la educación de la ciudadanía. Así de simple.

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