domingo, 1 de octubre de 2023

Dos novelas interesantes

 


No hace mucho apareció la novela “Santander, 1936”, de Álvaro Pombo donde éste se centraba en la figura de su tío, Alvarín Pombo Celler, y lo que significó en su día el desencuentro entre un padre azañista, una madre que se había marchado a París para cumplir un sueño, y su hijo falangista de 17 años, durante el transcurso de aquel agitado periodo de preguerra, guerra, su traslado a una checa y su posterior asesinato. En la portada del libro (Anagrama, 2023, 328 páginas) solo hay una fotografía, la del barco-prisión “Alfonso Pérez” donde, por cierto, estuvieron presos y sufrieron calamidades mi abuelo materno y uno de sus hermanos, como consta en  el libro de Ramón Bustamante y Quijano. En la novela de Pombo se palpa el progreso galopante hacia la malaventura en la Capital de la Montaña donde hasta 1930 veraneó el último Borbón. Ahora, meses después, me topo con otra novela, “Te di mi palabra”, de Concepción Revuelta (Plaza & Janés, 496 páginas), en la que durante la Segunda República la protagonista abandona el Valle de Pas y marcha a Madrid para ejercer de ama de cría en la casa de una familia burguesa, los Vaudeler, cerca del Parque del Retiro. Será allí donde le pille la guerra de lleno. Vega describe además a lo largo de su relato los pueblos que conforman el Valle de Pas (Yera, Viaña, Pandillo, Candolias, La Gurueba y Guzparras), sus cabañas dispersas, el pastoreo en sus collados, los contrabandistas legendarios, el túnel de la Engaña (sueño truncado de comunicar el Cantábrico con el Mediterráneo por vía férrea con el esfuerzo de presos políticos) y su peculiar modo de hablar, el pasiego, un dialecto con rasgos lingüísticos del leonés, que se mezcla con el bable asturiano y el castellano burgalés.

 

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