martes, 28 de agosto de 2012

Borja en el mundo



Pasó con la “Macarena” de Los del Río y, ahora, con el adefesio de la anciana Cecilia Giménez en Borja. La banalidad, a veces, se globaliza  de forma incomprensible. La fama ascendente de El Greco en España se debe, en parte, al escribano público Álvaro de Aguilar, ante el que el pintor otorgó testamento, y a un ensayo de Gregorio Marañón publicado en 1956. Dicen que “el informe sobre la restauración del eccehomo se publicará en quince días”. Pero, vamos a ver, cualquier copista sería capaz de tapar con pintura blanca el fresco y volver a plasmar nuevamente un cristo de Limpias de las mismas dimensiones sobre esa  pared de acuerdo con las fotos existentes. Ahora resulta que este “Cristo de Borja” es muy original y, para algunos, tiene más valor artístico que el de Elías García. El concejal de Cultura, Juan María de Ojeda, está desbordado por los acontecimientos. Pasó de señalar a los medios informativos que “se estudia tomar medidas legales contra Cecilia Giménez”, a poner un guarda de seguridad para que nadie se acerque al fresco y pueda deteriorarlo, y a registrar la marca 'Ecce Homo' en todas sus variantes, “para evitar que se haga un uso indecoroso, indebido o grotesco”.  Esto es de locos. Según cuenta “El País”, ha dicho De Ojeda que “el patronato de la Fundación Sancti Espíritu junto con el Consistorio de Borja convocarán un concurso internacional de pintura de temática religiosa, en torno a la figura del eccehomo en  todas las variantes que se conocen en la historia del arte. El segundo premio estará relacionado con la restauración religiosa, con el fin de fomentar este arte, para muchos hasta ahora desconocido”. Por otro lado, el artista de Piedrabuena, Ramón Fernández, conocido en los ambientes artísticos como Ramón Palmeral, desde su “blog” escribe una carta al concejal de Cultura de Borja en estos términos: “Desde aquí pedimos que se salve esta obra de Cecilia Giménez o Jiménez que ha dado la vuelta la mundo. Y se ha convetido (sic) en Icono de Brija, [(¿?)], os guste o no os guste. Si fuera un Picasso a nadie se le ocurririía (sic) borrarlo para dejar ver el fresco original de Elías García Martínez, que supongo es además una copia de algún Cristo en la Cruz. Si la borráis, a la larga os arrepentiréis. ¿Te has preguntado cuántos euros hubiera costado una campaña para dar a conocer a Borja en el mundo.” (En el escrito de Palmeral falta el cierre de interrogación). Mientras esas cosas acontecen en tierras aragonesas,  una  pastelería del madrileño Mercado de San Miguel ofrece a su distinguida clientela crepes con el rostro del eccehomo borjano. El triunfo de la vulgaridad está servido. Los mediocres, esos lerdos que tratan de presentar a  Dios a su imagen y semejanza, jamás indultan ni aflojan la cuerda.

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