Javier González Ferrari, en el
diario “La Razón”,
dispara contra todo lo que se mueve: Toledo, Gordillo, Tomás Gómez, Rivero,
Garzón, Assange… Ha creado un nuevo “cuadro de actores” de la cosa pública de
la misma manera que su difunto padre, Antonio González Calderón, creara en su
día el mítico cuadro de actores de Unión Radio Madrid: Juana Guinzo, Matilde
Conesa, Pedro Pablo Ayuso, Matilde Vilariño… Javier González Ferrari, siendo
director general de RTVE, fue pregonero de las Fiestas del Pilar en el año 2000
por obra y gracia del alcalde populista José Atarés, aupado al sillón
consistorial al ser el segundo de la lista tras el nombramiento de Luisa
Fernanda Rudí para presidir el Congreso
de los Diputados. El público congregado en la Plaza de España le recibió en su salida al balcón
de la Diputación Provincial
(media Zaragoza estaba levantada por obras) con una tremenda pitada por el
apoyo de la televisión pública al polémico trasvase del Ebro. El actual
presidente de Onda Cero, que ha dejado escrito en ese diario que “este mes de
agosto pasará a la historia por la sucesión de episodios histriónicos”, ha
conseguido dar en el centro de la diana con esa única verdad por él plasmada.
Pero lo chocarrero, lo extravagante y lo bufo no parten de determinada gente
del pueblo (léase Toledo, Gómez,
Gordillo…) que se rebelan y agitan ante los desafueros ejercidos desde
el Gobierno del Estado, sino de aquellos estómagos agradecidos que, aún siendo
conscientes de determinadas indecencias públicas, utilizan el ventilador para
esparcir las repulsivas deyecciones de los poderosos a otros sectores mas
desfavorecidos, en un intento huero de “justificar” lo inaceptable. Cualquier
ciudadano, también González Ferrari, puede opinar sobre lo que le venga en gana.
¡Faltaría más! Pero, de igual manera, deberá tener vergüenza torera para
encajar las críticas.
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