Decir, como cuenta Artur Mas, que
“España expolia a Cataluña desde 1714”
es la mayor sandez que he escuchado en los últimos tiempos. Cataluña se labró
su suerte a partir del día de Todos los Santos de 1700, cuando murió Carlos II
el Hechizado sin dejar descendencia aunque sí testamento, con lo que el
problema sucesorio quedaba resuelto. Según su última voluntad escrita (1 de
octubre de ese año) dejaba heredero al Trono de España a Felipe de Borbón,
duque de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y de Maria Teresa de Austria, hija
de Felipe IV. La decisión de Carlos II dejaba en vía muerta a otro aspirante al
Trono, el archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Leopoldo I de Habsburgo, nieto de Felipe III, casado
con Margarita Teresa, que era hija de Felipe IV y, por lo tanto, hermana de
Carlos II. Pero, al margen de ese enredo de familia, en 1703, Leopoldo I
nombraba al archiduque Carlos rey de
España. y las potencias aliadas, Gran Bretaña, Provincias Unidas y Portugal, se
unieron contra Francia a la causa de los Habsburgo.Y ello daría lugar a la Guerra de Sucesión. A
partir de ahí, Castilla se uniría a la causa del duque francés y los antiguos
territorios de la Corona
de Aragón, a la causa del archiduque austríaco. Con la llegada a Madrid de
Felipe V aparecerían, también, el centralismo y el unitarismo al modo en el que
se hacía en la corte francesa de Luis XIV. Pero en el antiguo Reino de Aragón,
sobre todo en el Principado de Cataluña, se disfrutaba de ciertos privilegios
económicos (desde 1659 con la Paz
de los Pirineos), es decir, un “pseudofuero” que deseaban mantener si
entronizaban como rey de España al Habsburgo. Pero Felipe V, al poco de ser
coronado (1701), no se portó mal con los catalanes. Accedió a la convocatoria
inmediata de las Cortes catalanas y el
nuevo rey aprobó todas las
reivindicaciones de los catalanes. Pero la presión de la Alianza (Inglaterra,
Austria, Holanda y Portugal) cambiaría las cosas para Cataluña. Entonces
aparece en escena Velasco, representante del nuevo rey en Cataluña, que
consiguió que los catalanes firmaran el Pacto de Génova en 1705, por el que se
guardaba fidelidad al archiduque Carlos y hasta lo proclamaron rey de España
con el nombre de Carlos III. Pero Gerona en 1711 cayó en manos de las tropas de
Carlos V y el 17 de abril de ese año moría el emperador José I, hijo de Leopoldo
I y el archiduque Carlos se convertía en emperador del impero Austro-Húngaro,
renunciando al Trono de España, quedando en consecuencia los catalanes mal parados.
En marzo de 1713 las tropas de Felipe V, al mando del duque de Berwick
iniciaban el asedio de Barcelona. Tras 18 meses de asedio, el 11 de septiembre
de 1714 se iban a hacer puñetas Casanova con el estandarte de Santa Eulalia y
Villarroel tuvo que rendirse. Y ahí comenzaron “los males” de Cataluña.
Desaparecía la autoridad de la
Generalidad y del Consejo de Ciento, desaparecía la Universidad de
Barcelona para situarla en Cervera, las comarcas se sustituían por veguerías, y
se decretaba el uso oficial del castellano en detrimento del idioma catalán y
el mando quedaba otorgado a un capitán general asistido por la “Real
Audiencia”. Cataluña quedaba conformada por el Real Decreto de Nueva Planta, de
16 de enero de 1716. Colorín, colorado… Si ese es el expolio al que hace
referencia Mas, nada que añadir. Le aconsejo que lea algo de historia antes de
decir gansadas propias de un lerdo.
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