Ahora, cuando se han dado cuenta
Rajoy y Rubalcaba de que el bipartidismo peligra ambos se han puesto las pilas.
El ahora Cánovas y luego Sagasta ya no sirve en este País de las Mil
Maravillas, con una ciudadanía indignada,
un paro juvenil ni por los más viejos conocido, unas empresas, la mayoría
pymes, que no saben por dónde tirar y una inquietud que ha vuelto a la Bolsa donde valores como
Santander o Popular están en caída libre. Para colmo ha aparecido en escena
Aznar, el salvapatrias; y por aquello de que éramos pocos y parió la abuela, se
descubren chanchullos económicos por parte de unas señoras parientes del rey
por línea materna, o sea, por la de los Borbón Dos Sicilias Lubomirska. Sí, son
parientes lejanas, pero el lavado de dinero en la madrileña calle Amador de los
Ríos que se lo expliquen con detalle desde La Zarzuela a quiénes están
hasta el colodrillo de ver cómo tienen la nevera vacía un día sí y otro
también. Rajoy y Rubalcaba deberían reunirse, también, para consensuar una
reforma institucional que demanda la sociedad. Si todos somos iguales ante la Ley, se debería imputar a la
infanta. Los sobresueldos en el PP, los ERE de Andalucía y los casos Gürtel,
Bárcenas y Urdangarín no ayudan a calmar los ánimos de los españoles que pagamos
impuestos. El príncipe Naruhito está de turismo en España mientras un tsunami
económico desploma la bolsa de Japón. El príncipe de Asturias, en la cena del
Palacio de Oriente, expresaba al heredero del Imperio del Sol Naciente su deseo
de seguir profundizando en esta “larga y creciente amistad”, como Humphrey Bogart en la película “Casablanca”. Cuenta Gabriela
Cañas en El País: “Y en España, donde muchos solo conocemos el hambre a través
de los relatos de los que sufrieron la guerra civil, han vuelto a asomar los
indicios de una hambruna preocupante que, de momento, se manifiesta en una
malnutrición que se extiende entre los mayores, pero también entre los niños”.
En fin, está bien intentar vender la Marca
España, como al parecer lo intentan Felipe de Borbón o el
ministro García-Margallo con ambiguo éxito, pero antes de nada habría que
procurar hacer desaparecer la marca de las costillas en el tórax de los más
desfavorecidos. Mientras eso no se entienda, España no despegará.
1 comentario:
Gente como García-Margallo y los políticos imputados y condenados de nuestro país son la peor tarjeta de presentación de la Marca España. Mientras que hay niños que se desmayan en clase porque están malnutridos, Rajoy y el trío Calavera (De Guindos, Montoro y Sáez de Santamaría) no paran de hablar de cifras macroeconómicas. En fin, disfruten lo votado.
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