Hoy, 14 de octubre, se conmemora la Virgen del Martirio, patrona de Ugíjar, que
es una talla de madera a la que los moriscos de La Alpujarra, si hacemos
caso a Pedro Antonio de Alarcón que
era accitano de nación, quemaron, golpearon con un hacha, arrastraron por el
suelo con un caballo y usaron como puente para cruzar una acequia.
Mas tarde la tiraron a un pozo y de allí fue rescatada tiempo después. Antes de
ello, en la Colegiata
de Uxixar (Ugíjar) habían sido degollados el abad, seis canónigos, el alcalde y
doscientos treinta y dos cristianos. Gerald
Brennan, en “Al sur de Granada”,
le dedica un capítulo. En “La Alpujarra: sesenta leguas a caballo precedidas de seis
en diligencia” (1873) cuenta
Alarcón:
“Aben Humeya, que lo supo, y como gran
amigo del abad y de otros cristianos de Ugíjar, viendo el peligro en el que se
hallaban montó a caballo en Válor y corrió aceleradamente en su defensa…”. Pero
cuando llegó todo era tarde. (…) Aben Humeya lloraba piadosamente”.
Martirio, en su segunda acepción
académica significa “sufrimiento físico o psicológico intenso” por mantener
unas ideas o porque te hacen daño los zapatos. Un conocido mío se pasó todo el
día sufriendo un martirio intenso por un dolor de pies. Le habían invitado a
una boda, estrenó zapatos y esas cosas pasan. Pero en el caso de ese conocido
mío el atroz sufrimiento fue debido a que en la tienda no le había quitado los
cartones que ponían dentro de los zapatos para que la piel no se arrugase. De
la misma manera, mientras la Fiscalía
Anticorrupción se oponía a la investigación de Cristina de Borbón sobre la empresa Aizoon, Rafael Spottorno, entonces jefe de la Casa del Rey, manifestó a los
medios que tal caso de corrupción era un “martirio”
para la Corona. Hace
pocos días sabíamos que Spottorno había dirigido la Fundación Caja Madrid y que con su tarjeta opaca había dispuesto de 223.900
euros (en unos tiempos en los que Caja
Madrid, al igual que hicieron otras cajas de ahorro, “engañaba” a amas de
casa y jubilados con poca cultura financiera con las famosas “preferentes” ), según el extracto que
maneja el juez Fernández Andreu. Para
ellos sí que está siendo el martirio. Por si alguien tiene dudas, traslado a
esta página lo que contaban Reyes Rincón
y otros tres periodistas en El País
sobre Spottorno el pasado 10 de octubre:
“Utilizó la tarjeta negra de Caja Madrid
para gastos personales de lo más variado, desde cuotas de un gimnasio a ropa en
tiendas de lujo, productos culturales en la FNAC, zapaterías, artículos de ferretería y
viajes. El cargo más cuantioso es de 6.375 euros en ropa de la
sastrería Yusti, el 12 de
enero de 2007. En la misma tienda, fundada en 1914, y en la que figuran siete
cargos, el dimitido asesor privado de Felipe VI y jefe de la Casa con Juan Carlos I gastó
otros 3.125 euros en noviembre de 2009 con la tarjeta opaca de gastos de Caja
Madrid. Otra compra llamativa es la de los 1.986 euros gastados el 26 de
septiembre de 2009 en la cadena MH010, de la que hay al menos tres cargos
superiores a 1.000 euros. También figuran 1.785 euros en la mueblería de
antigüedades Tekclassic o los 1.249 euros en una tienda Apple
en mayo de 2008. Spottorno gastó un total de 23.617 euros en El Corte
Inglés, tanto en el centro
comercial como en la agencia de viajes. El exjefe de la Casa del Rey gastó también en
el periodo de uso de la tarjeta fantasma 4.748 euros en gasolina, la mayoría en la misma estación del centro
de Madrid. Con este medio de pago, el antiguo responsable de La Zarzuela y presidente de la Fundación Caja
Madrid, abonó compras en supermercados de toda gama, desde el Mercadona al
Supersol pasando por Supermercados Novocenter, donde hay decenas de cargos de
escasa cuantía, aunque en el Hipercor gastó 1.749 euros. También figuran 15
cargos en la FNAC
de Callao de entre 375 y 390 euros. Las retiradas de efectivo de Spottorno
también son cuantiosas: en los extractos figuran 97 disposiciones de 500 y 600
euros que suman 51.800 euros. En restaurantes, Spottorno abonó 23.887 euros, de los cuales 10.770 euros eran
establecimientos de 4 y 5 tenedores como Horcher, La Trainera, Zalacaín y,
sobre todo Jockey. Entre otros gastos personales pagados con las tarjetas black
figuran 2.938 euros en el gimnasio BeWell”.
Sobran comentarios. Si esa es la
persona en la que confió Juan Carlos I vamos listos. El pasado 4 de enero el diario “El Universal”, de Caracas, se hacía eco
de unas declaraciones de Spottorno en “Audiencia
Abierta” de Televisión Española.
Entre otras cosas, dijo Spottorno: “El rey Juan Carlos ejerce un papel
moderador para contribuir a superar las tensiones derivadas de una crisis
económica ‘muy aguda’, que ha producido entre los españoles ‘desánimo,
desaliento y en muchas ocasiones reacciones de rechazo”. ¿Cabe más cinismo? Yo
creo que no.
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