Se llama Roberto García de la Calera. ¿Que quién ese
hombre? No sé mucho sobre él, salvo que es director IES Valle de
Leiva de Alhama de Murcia y que escribió una “carta al director” de EL
País el pasado 10 de febrero, bajo el epígrafe “Paralelismos”, del siguiente
tenor:
“Como cada vez que uso el servicio público
urbano suele tocarme de compañera gente de pocos recursos y bajo nivel social,
a veces extranjeros, que hace que mi trayecto no me resulte lo cómodo que
podría esperarme, voy a proponerle a mi alcalde que suprima alguna línea actual
y en su lugar cree otra que, para el mismo trayecto, cueste algo más cara, lo
suficiente como para que esa gente siga usando la línea antigua y en la nueva
sólo vayamos los que disponemos de más medios. Total, a ellos les dará igual
tenerme o no de compañero y yo, desde luego, iré más cómo do así. ¿Qué soy un
egoísta? ¿Qué mis argumentos son despreciables? ¿Qué ninguna administración
pública será tan irresponsable como para hacerme el juego? ¡Qué va¡ Cambiemos
“transporte” por “educación” y…¡ahí está!: ¿o qué es, si no, la enseñanza
concertada?”.
A mí de ninguna de las maneras me
gustaría tener a este tipo de compañero de viaje. Me considero una persona
normal, que no hace guardia en los luceros, ni lleva nada rojo bordado en la
camisa, que tampoco es nueva, ni canto tralará la muerte si me llega y no te
vuelvo a ver. ¿Quién le impide a usted, señor García de la Calera, poder llevar a sus
hijos, si es que así lo desea, a un colegio privado? Mire, de entrada hay
diferencias entre la enseñanza concertada y la pública. En la segunda, la
pública, los profesores han sufrido el concurso oposición correspondiente y,
además de ello, a los alumnos jamás se les adoctrina si no lo desean sus
padres. En la primera, en la concertada, los profesores no son funcionarios
públicos y, por tanto, no han tenido que someterse a disciplinas concursales.
De igual modo, esas instituciones se benefician de las subvenciones del Estado
y, por regla general en España, se les adoctrina en la Religión Católica.
Le invito al señor García de la
Calera que lleve a sus hijos, si es que los tiene, a
instituciones privadas laicas donde la enseñanza prima sobre cualquier otra
consideración, verbigracia el Liceo Francés. Pero, claro, tendrá que “rascarse
el bolsillo”, aunque tal cuestión no creo que le importe a usted demasiado, si
se considera que estaría usted en condiciones de pagar una línea de transporte
más cara con tal de no “mezclarse con gente de pocos recursos y bajo nivel
social”. Sobre todo con personas de color, por si destiñen.
1 comentario:
Pero ¡hombre! ¿No ha entendido la ironía? Pretendía criticar la existencia de la enseñanza concertada.
Publicar un comentario