Lo de Luis María
Anson es de libro. Hoy, en su artículo “Barberá
y Rajoy”, publicado en El Mundo,
señala que el juez Castro “prolongó
hasta la náusea su tempestuosa persecución personal contra Doña Cristina. Soñaba con convertirse en estrella social a lo Garzón”. Para líneas más abajo aclarar
que “no se puede poner en duda ni la preparación jurídica ni la independencia
de los jueces Castro e Yllanes a pesar de
su ideología”. Ansón dice una cosa y la contraria. ¿En qué quedamos? ¿Pero cómo
se puede escribir semejante estupidez? Si en el lo que respecta al juez Castro
no se puede poner en duda su preparación jurídica ni su independencia, ¿cómo
pudo perseguir hasta la náusea a la hija del anterior jefe del Estado? Si
Cristina de Borbón está siendo juzgada, no es precisamente por rezar el rosario
en familia. ¡Ya está bien de pretender justificar lo injustificable! Y su
marido, Iñaki Urdangarín, tampoco es
precisamente el santo pariente de Valentín
de Berrio-Ochoa. Y, ahora, Anson, para rizar el bucle de los despropósitos
sale en defensa de Rita Barberá y
comprende que “prefiera
que la juzgue el Tribunal Supremo antes de enfrentarse a la eventualidad de
caer en la zarpa de algún juez que gire en la órbita de Iglesias”. La para Anson “excepcional alcaldesa de Valencia” va a
ser posiblemente “empapelada” por presuntas diversas malversaciones acontecidas
durante sus veinte años de presidencia del Ayuntamiento de la tercera ciudad de España, y no sólo por el
blanqueo de 1.000 euros como nos hace creer la derechona más rancia. Si eso
fuese así, desde luego que no podría ser equiparable, como Anson señala que ha
escrito en ese mismo diario Pedro G.
Cuantango, “con la red clientelar urdida por el PSOE en Andalucía que
supuso un desfalco de 741 millones para las arcas públicas”. Pero, como dijo Ortega cuando pidió a los republicanos
que no falseasen la
República: “¡no es esto, no es esto!”.La Democracia es una
cosa, los sinvergüenzas que se aprovechan de ella en beneficio propio, otra.
Pese a lo que escriba Anson, que está en su derecho de escribir lo que le venga
en gana, todo apunta a que Rita Barberá será juzgada en el Tribunal Supremo
dada su condición de aforada. Y ahí saldremos de dudas. Si no, al
tiempo.
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