A mí me gustaría saber si las empresas que portan un ramo de
flores en la ofrenda pilarista lo hacen por cuestiones religiosas, que nada
tiene que ver con la explotación de negocio, o por mercadotecnia, es decir,
por dejar en el manto floral de la Imagen el logotipo de la multinacional que aporta
el ramo o la cestilla. La propaganda en lugares públicos es carísima, pero esa
misma propaganda empresarial colocada en la parte frontal de un manto de flores
que permanece muchos días expuesto al público sale gratis total. Las grandes empresas
lo saben y aquí no sirven excusas para convencer a los ciudadanos de lo
contrario. El dinero no tiene padre ni religión. Pero hay algo peor: el
personal de esas empresas, que se presta voluntario para transportar flores y
propaganda, sobre todo propaganda, que es lo que a los empresarios les
interesa, en un largo recorrido. Se convierten en unos figurantes al servicio de
lobbies industriales y financieros de
grandes multinacionales (léase Telefónica, Endesa, Repsol, Opel, La Caixa, etc.) que jamás dan
la cara cuando cometen irregularidades y que siempre tratan de influir en las
decisiones de la Unión Europea
y de los gobiernos estatales, regionales y locales. Las huellas oscuras de los
grandes lobbies están en todas
partes, extendiendo unas metástasis que contaminan nuestras calles e
instituciones con su viscosidad neoliberal que nos recuerdan las novelas de Zola. También están presentes en la
ofrenda floral las pymes (léase panificadoras, concesionarias de automóviles,
logística, óptica, hostelería, electrodomésticos, etc.) que sólo aspiran a salir
en las fotos de recuerdo. Pues bien, el Ayuntamiento de Zaragoza pretende, al
amparo del artículo 6 de esa ordenanza
de 2014, cobrar 500 euros más el IVA en concepto de explotación comercial a
aquellas empresas que coloquen su logo en ese masificado evento. La razón que se
expone para el cobro de esa tasa el responsable de la Hacienda municipal, y así
lo ha dicho Fernando Rivarés, es
“intentar evitar que el manto floral se convierta en una valla publicitaria
como en el fútbol”. La mayoría de los ediles de las distintas formaciones
políticas, a excepción de Zaragoza en Común, representantes de asociaciones
vecinales y los floristas, han hecho pública su protesta por tal medida y por la suspensión de la vieja costumbre de
entregar todos los años un cheque por
valor de 186’50 euros a los jardineros
que colocan las flores en el manto para que renueven su traje regional. ¡Caro
mono de trabajo! A mi entender, ha actuado bien Santisteve al considerar que con la entrega de unos blusones van
que chutan. De cualquier manera, en el Ayuntamiento de Zaragoza hay un tufillo
raro y persistente. Está claro que la ruptura entre PSOE y Zaragoza en Común es
evidente. Todo parece indicar que lo que se persigue es una moción de censura a
Santisteve, auspiciada por unos socialistas derechizados hasta la grosería. Y,
por qué no decirlo, que Pérez Anadón
consiga el sillón que tanto ansía, apoyado por PP, PAR y Ciudadanos. Por cierto,
ese edil, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, es otro más de la mitad más uno que renunciaron a su
puesto en la Ejecutiva Federal
en su intento de forzar la marcha de Pedro
Sánchez y aupar a Rajoy como
presidente del Gobierno. Decía Azaña que
los socialistas no eran de fiar. Lo demostraron en 1934. Yo también estoy
convencido de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario