Bueno, pues nada, ya ha sido destituido Raúl Agné por César Láinez
Sanjuán, que otrora fuese guardamenta del Real Zaragoza. Desde 2014 estuvo entrenando al Deportivo Aragón. Le deseo suerte. Es el tercer entrenado de la
presente temporada, tras Luis Milla
y Agné. Aquí ha sucedido lo de siempre, cuando un equipo va mal se cambia el
entrenador y cuando un tren descarrilla la culpa siempre es del maquinista. A
mi entender, cuando un equipo va mal hay que cambiar también al presidente. Como
debería suceder cuando los ferrocarriles no funcionan. Pero hay cosas peores,
como lo sucedido a una mujer de 87 años en Valencia, que ha muerto al quedar
atrapada en una cama plegable. Ignoro si sería de Ikea. Ángeles García Molero,
en El País, hace referencia a su
tesis doctoral “La gestión de los
intangibles marca y reputación de la Corona Española”, señalando que “durante el
reinado de Juan Carlos I, el
principal atributo de la marca ha sido la democracia y sobre él se construyó
todo un discurso que sirvió para dibujar un círculo virtuoso en el que el Rey
era igual a democracia, la democracia igual a estabilidad y la estabilidad
igual al Rey”. (...) “Sin embargo, la mala gestión de la marca [Corona, S.A.] y
el no saber adaptarla a los tiempos creó una desconexión tal entre el monarca y
la sociedad que provocó su abdicación”. Ahora, con El Mejor Preparado ocupando el Trono será necesario saber si la Corona es de utilidad para
los ciudadanos. Su mantenimiento cuesta mucho dinero a las arcas públicas y en
este país no estamos para derroches decimonónicos ni pompas de jabón por parte
de la rancia derechona y una prensa apesebrada hasta la grosería.
lunes, 20 de marzo de 2017
domingo, 19 de marzo de 2017
Odisea
Aquí no se trata de un poema
épico. Al Real Zaragoza le está
ocurriendo lo que al banderillero de Belmonte.
¿Cómo ha llegado a la situación en la que se encuentra? Degenerando.
Precisamente ayer perdió el partido (1-2) en casa frente al Sevilla Atlético, cuando el Real Zaragoza cumplía 85 años desde su
fundación en 1932, cuando se fusionaron los “avispas”
del Iberia, S C con el Zaragoza “tomate” (que vestía con camiseta roja
y cuello y puños amarillos) bajo los colores blanco y azul de la Federación Aragonesa de Fútbol. Hubo más fusiones: en 1924
con el Fuenclara y en 1925 con el Stadium. En diciembre de 1931, el equipo
fue dado de baja por la Federación por
problemas económicos. Pues bien, 85 años después de la primera de sus fusiones,
el Real Zaragoza se encuentra en un
momento desesperado y a punto de bajar a Segunda B. De entonces a acá han
pasado por el equipo 68 entrenadores y 31 presidentes. Habrá que espera por ver
qué acontecerá el próximo domingo frente al Elche,
qué sucederá con el entrenador, Raúl
Agné, y por dónde saldrá el presidente, Christian Lapetra. Pero como pasa en el mundo del espectáculo, el
fútbol profesional dejó hace mucho de ser un deporte, el principal problema
será lograr un nuevo fichaje técnico si se tiene en cuenta cómo se encuentran
el aceite del candil, o sea, el cast flow
del equipo.
Día del Padre
Parece ser que el “Día del padre” en España fue idea de
una maestra de escuela que impartía docencia en “Santo Ángel”, Vallecas, de nombre Manuela
Vicente Ferrero, conocida con el pseudónimo literario de Nely. Fue en 1948 cuando a Manuela se
le ocurrió la idea. Incluía una misa, la entrega al padre de las manualidades
que había hecho sus hijas en horas lectivas y un posterior festival infantil
con poesías, bailes y teatros. Se escogió la fecha del 19 de marzo, san José, padre putativo del Mesías. Manuela difundió la idea en El Correo de Zamora y en El Magisterio Español, donde colaboraba. De ese “Día del Padre”, como ocurre con todas esas cosas, sacarían
posterior provecho Galerías Peciados
y El Corte Inglés. De aquella
iniciativa de una maestra salió algo bueno: muchas antiguas alumnas pudieron
trabajar en ambos grandes almacenes regidos por indianos. Pero el primer Día del Padre se celebró en Washington
en 1910. El presidente Calvin Coolidge lo
instauró el 19 de junio en 1924 y Lyndon B. Johnson lo trasladó al tercer
domingo de junio en 1966.
sábado, 18 de marzo de 2017
Comer en casa de un rico
Últimamente no, pero de niño recuerdo que más de una vez
comí en casa de algún rico. No hace falta que les diga que fui porque me
llevaron. Y descubrí dos cosas: que los ricos comían poco y que comían mal. La
otra noche lo recordaba, al tiempo en el que Bertín
Osborne entrevistaba a Miguel Ángel
Revilla. El presidente de Cantabria le contó que pasó hambre en la boda de Felipe y Letizia. “Acostumbrado a las bodas de Cantabria, pensaba que en una boda de tanto
troneo iba a ser fuerte”, señaló sin despeinarse. Le sirvieron una tartalea
diminuta de pularda en salsa (que a él le pareció pechuga de pollo) y de postre
un bombón. También
dijo que había una enorme tarta, pero que era como de plástico, sólo expuesta
para la foto. A las cinco de la tarde, Revilla se vio en la necesidad de tener que comerse un bocadillo. Las bodas de Estado tienen esas cosas. A mi criterio, es
preferible comer en casa de un falso rico que en la de un rico, rico. En casa
de un falso rico, el anfitrión se esmera en aparentar lo que no es y el
comensal se levanta de la mesa satisfecho. En las bodas pasa algo parecido. Si
es de campanillas, te ofrecen platos de la
nouvelle cuisine, que son muy creativos pero nada
contundentes. Cuando al plato se le da
toques de autoría de un chef que se
tiene por artista de los fogones puedes terminar comiendo algo desconocido con
sabor a no se sabe qué, aliñado con aire ionizado con ilusión de gamusino. Y cuando,
posteriormente, alguien te pregunta
sobre qué te dieron en el menú, no sabes qué contestar y se te queda una cara
como si fueras tonto del haba, o sea.
viernes, 17 de marzo de 2017
Ayer, 16 de marzo...

jueves, 16 de marzo de 2017
La Monarquía desde un enfoque holístico
Un enfoque sociológico holista considera y analiza el
comportamiento de los individuos como una consecuencia de la matriz social en
la que se encuentran. Pues bien, dicho eso, entiendo que las sepulturas de los
reyes sirven para que, pasado el tiempo y con motivo de alguna restauración del
lugar donde se hallan depositados sus restos, se les exhume y se les practique
con rigor un estudio antropológico. Tal fue el caso, por ejemplo, de Enrique IV de Castilla en el Monasterio
de Guadalupe en 1946, o de Juan II de
Castilla, de su esposa, Isabel de
Portugal, y del infante Alfonso,
en 2006, llevado a cabo en la
Cartuja de Miraflores. En este segundo estudio antropológico,
llevado a cabo por Luis Caro Dobón y
María Edén Fernández Suárez, ambos
de la Universidad
de León, se puso de manifiesto que el esqueleto de Juan II estaba casi
completo y que de Isabel de Portugal sólo quedaban varios huesos. Del infante
Alfonso no tengo conocimiento que se dijera nada. Este infante, muerto en 1468,
fue pretendiente al trono con el nombre de Alfonso
XII. Sobre Enrique IV de Castilla existe un serio ensayo de Gregorio Marañón (Espasa- Calpe, núm.196 de la
colección Austral) en el que se
cuenta su exhumación la noche del 19 de octubre de 1946 con autorización del cardenal-arzobispo de Toledo. Escribe
Marañon: “...había dos cajas de madera,
lisas, del siglo XVII. En una de ellas se encontraban los restos momificados de
la Reina Doña
María, envueltos en un sudario de lino, cuya momia no ofrecía materia de
estudio. En la otra caja, los restos de Enrique IV, envueltos en un damasco
brocado del siglo XV, sudario de lino, restos re ropa de terciopelo, calzadas o
borceguíes...”. Yo no sé si sería conveniente hacer parecidos estudios
antropológicos de los reyes y consortes de la cripta de El Escorial por saber de qué pasta estaban hechos los 26 personajes
que contienen los sepulcros de mármol. Faltan dos reyes de la Casa de Borbón: Felipe V, que está en La Granja de San Ildefonso, y Fernando VI, que fue enterrado en las
Salesas Reales, en Madrid. En la cripta de El
Escorial tampoco están los restos de Amadeo
I, depositados en la basílica de
Superga, en Turín, ni los restos de José
I, que permanecen en Los Inválidos, en París. En El Escorial están todas las consortes
reales, excepto Isabel de Farnesio,
segunda esposa de Felipe V, que llegó a vivir cinco reinados y una regencia, o
sea, los reinados de sus dos hijastros, Luis I y Fernando VI, el de su hijo Carlos III, los dos reinados de su
marido y regente de Carlos III, tras la muerte de Fernando VI. También fue
madre de un rey y dos reinas: Carlos (1716-1788), que ocuparía los tronos de
Nápoles-Sicilia y de España con el nombre de Carlos III; María Ana Victoria (1718-1781), casada con José
I de Portugal y María Antonia Fernanda (1729-1785),
esposa de Víctor-Amadeo III (Turín,
1726-Moncalieri, 1796) duque de Saboya y rey de Cerdeña entre 1773 y 1796.Está
enterrada en La
Granja. Curiosamente, en el lugar
correspondiente a las consortes reales está la sepultura de Francisco de Asís de Borbón Dos Sicilias,
marido y primo de Isabel II. Llegados a este punto, nada mejor que leer La corte de los Milagros, de Valle Inclán. Francisco de Asís fue un
auténtico amanerado y sobre él se cuenta una graciosa anécdota: cuando
el general O'Donnell se despedía de
Isabel II antes de partir a la guerra de África, en 1860, y al comentarle la
reina que de haber sido hombre ella le habría acompañado, Francisco de Asís
añadió: "¡Lo mismo te digo, O'Donnell, lo mismo te digo!".
miércoles, 15 de marzo de 2017
La astracanada del delito de odio
José María Ruiz Soroa,
en El País, publica una tribuna que debería hacernos
reflexionar. En su trabajo “Queda
prohibido odiar” mete el dedo en la llaga. Viene a decir que castigar el
odio y tipificarlo como delito es un “exceso” del Código Penal en un Estado de derecho. “Las personas –así lo
entiende Ruiz Soroa- tienen derecho a la libre manifestación pública de sus
ideas o pensamientos con independencia de que sean verdaderas o falsas,
correctas o mentirosas, adecuadas a la dignidad de todos o contrarias a esa
igualdad”. (...) “El primer derecho que otorga la Constitución es el de
no estar de acuerdo con ella y poder decirlo públicamente”. (...) “Casi toda la
propaganda política partidista se basa en el menosprecio directo de las
personas o los partidos rivales, no digamos de sus obras, tales como la ley mordaza, la reforma laboral o
el despojo de derechos a los débiles. Pero cuando se trata de fomentar el odio
o menosprecio a Rajoy, Mas o Iglesias, vale, es normal, cuando el menosprecio es de mujeres,
homosexuales, gitanos, niños o inmigrantes, entonces es delito. Pues no lo
entiendo. Es repugnante, sí, pero ¿por qué es delito?”. (...) “Que cometer
delitos concretos por motivos de odio a minorías sea especialmente castigado
parece bien; pero castigar el odio mismo es tanto como castigar estados de
ánimo”. Personalmente estoy de acuerdo con su criterio. Yo tengo derecho a
odiar, a amar o a proteger a quién me venga en gana. Verbigracia: odio la Monarquía como forma de
Estado, odio a un empresario que me hizo la vida imposible, odio al vecino de
arriba que hace ruido por la noche y no me deja dormir, odio a la derechona
corrupta que intenta dar lecciones de patriotismo al resto de los ciudadanos,
odio a las señoras que en las recepciones palaciegas hacen genuflexiones
vergonzosas cuando estrechan la mano de la consorte
del rey, odio el lacayismo y a la prensa lacaya puesta al servicio del
Poder, odio a Mafo, gobernador del Banco de España torpe que no supo atajar
el sindiós de las cajas de ahorro, odio el hecho de que no pueda salir a la luz
la verdadera historia jamás contada ocurrida el 23-F, etcétera. Podría seguir,
pero me aburre. El odio nunca desaparecerá
por el hecho de estar prohibido y constituir delito. Pretender castigar
los estados de ánimo me parece una astracanada impropia en un Estado de
derecho.Pero no sufran, yo también me odio.
Una fuente con historia
La fuente de Cella, un
pozo artesano que data del siglo XII vuelve a tener agua después de una
tremenda sequía. Pero lo mejor es que
podrá dar vida a tres acequias que riegan seis pueblos: Villarquemado, Santa
Eulalia, Torremocha, Torrelacárcel, Alba y Villafranca. Para los habitantes de
ese municipio turolense, el nivel de agua de la fuente da idea de cómo se está
produciendo el cambio climático. Ni los más ancianos del lugar habían visto
seca esa fuente, como ha ocurrido en los últimos tiempos. El hecho de que la
fuente haya vuelto a tener agua a niveles apreciables se debe en gran parte a
las últimas nevadas. Para los cellanos,
esa fuente situada en el Camino del Cid
es todo un símbolo de riqueza que dejó en desuso un anterior acueducto romano
que desde Albarracín llevaba las aguas del Guadalaviar hasta esa ciudad, que
entonces era un poblado. El acueducto romano tenía una longitud de 18 kilómetros y una
achura de medio metro. Debido a los cambios de nivel del terreno, el acueducto
entre Albarracín y Gea de Albarracín discurría a dos metros de altura y a
partir de ese punto tuvo que soterrarse a 30 metros de profundidad.
La fuente de Cella tuvo su raíz en una concesión del obispo Torroja para que los miembros de la Orden del
Temple pudiesen asentarse en su
castillo en 1177. Aquel pozo artesiano de forma ovalada fue arreglado por Domingo Ferrari entre 1729 y1731. En la actualidad el castillo
templario está en ruinas. La propiedad de la fuente le fue otorgada al Justicia
de Aragón José Izmir en 1685. En “La Bailía
General de Aragón y sus oficiales (siglos XVI – XVII)”, José Ignacio Gómez Zorraquino señala (página.31) que “...el paso del doctor Xulbe al
cargo de juez de encuesta propició que el 24 de mayo de 1673 la reina Mariana de Austria diese la merced de
la asesoría al doctor José Izmir (o Esmir) y Vayetola...”. La administración
del riego quedó regulada por unas Reales Ordenanzas y Providencias de1772.
martes, 14 de marzo de 2017
Sin cambios en el modelo productivo
Mal se podrá atajar la pobreza infantil en España si se hace
caso a las recomendaciones de la OCDE
de, entre otras cosas, subir el IVA,
si con ello se encarece la cesta de la compra. Aquí todo parece un
contrasentido. El Fondo Monetario
Internacional, por otro lado, considera “impresionante” la recuperación de
este país al tiempo que se ha producido
un aumento de la pobreza que en el caso de la infancia llega al 23’4%. Por si
ello fuese poco, pretenden que se eliminen las deducciones por compra de
vivienda habitual y por contribuciones a los planes de pensiones. En España
sigue habiendo crisis y falta de empleo de calidad. Con esos mimbres no se
puede hacer un buen cesto. Y ese crecimiento, “impresionante” dicen ellos, se
está llevando a cabo sin cambios en el modelo productivo, basándose en el sector servicios de bajo valor añadido y en turismo barato que
ha llegado al estar otros lugares en conflictos armados. Pero lo cierto es que las
importaciones de bienes intermedios no energéticos y la cartera de pedidos de
bienes de inversión no trasmiten un mensaje optimista. Por otro lado, ningún
político devuelve el dinero robado ni hace propósito de enmienda, la deuda pública ya supera el PIB y la Justicia se resquebraja como
una casona abandonada. En este mundo de gigantes y enanos a la cárcel sólo
entran los que carecen de recursos. Y, lo peor, que por estos lares no existe
voluntad política de cambiar las cosas. La derechona sabe que sigue contando
con el voto de los mayores de 55 años, que prefieren lo malo conocido a lo
bueno, si es que lo hay, por conocer. El miedo guarda la viña.
Brotar de sus cenizas
Me alegra conocer que volverá a abrir sus puertas el Café Comercial de la madrileña glorieta
de Bilbao el próximo 21 de marzo, justo el día en el que se cumplen 130
años desde su inauguración. Los viejos
cafés madrileños, casi todos desaparecidos, fueron los cuartos de estar de
aquellos españoles que preferían la tertulia vespertina al rosario en familia,
la mesa de mármol de velador a la mesa camilla con brasero, el barullo
vocinglero y humo de cigarros a la escucha de la enorme radio de lámparas que
sonaba aquello de “yo soy aquel negrito
del África tropical...”, y las amplias lunas que dejaban ver las calles a
las tupidas cortinas de cretona de un oscuro cuarto piso sin ascensor. A los viejos
cafés se iba, pues a eso, a dejar pasar las horas en la anochecida antes de la
cena familiar, que casi siempre se reducía a una sopa de avecrem con fideos y un
trozo de tortilla de patata y que comíamos silentes mientras sonaba el agudo tararí
de un clarín que nos recordaba que eran las diez de la noche en el reloj de la Puerta del Sol e incluso
parecía que notáramos la rara presencia de los “gloriosos caídos por Dios y por España”; y acto seguido un parte leído por un locutor con voz engolada donde se
hacía referencia a la confusión reinante en Katanga y la evacuación de
Leopoldville, a los rumores de que Balduino
de Bélgica podría abdicar para convertirse en moje trapense, al peligro de
una guerra civil en Laos, o a la llegada a Barcelona de Franco y su mujer a bordo del crucero Galicia, su posterior asistencia a un Te Deum en la
Catedral y los vítores y aplausos recibidos a lo largo del
trayecto hasta el Palacio de Pedralbes. El Café
Comercial, abierto el 21 de marzo de 1887, se cerró al público el 27 de
julio de 2015. Fue el primer café madrileño en servir platos combinados. Muy
cerca de allí se encontraba el hoy desaparecido Café Europeo, (glorieta de Bilbao esquina a la calle de Carranza) donde Cela se inspiró para escribir La colmena. Aquellos eran los llamados cafés de asiento, no demasiado llenos
por las mañanas, algo más ocupados por las tardes y abarrotado por las noches.
Por allí pasó el ciego Simarro (Juan Simarro González), personaje muy
popular pese a su indigencia. Pero esa es otra historia.
lunes, 13 de marzo de 2017
Torrijas, saetas y prensa mansa
La
Cuaresma y la Semana Santa
son los temas recurrentes de la prensa de papel cuando, según parece, no tiene
mucho que contar pese a que sí hay mucho que contar. Que si las torrijas, que
si las cofradías, que si la prevista ocupación hotelera no sé dónde... Señala Gabriel Ramírez en un artículo, “Verdades absolutas y mentiras evidentes” (El
correo de Andalucía, 07/03/2017), que “al final, la vida es la percepción
que tenemos de la realidad y poco más. Si
hay suerte te encuentras ante una verdad que reconoces. Pero, si no acompaña la
fortuna, te puedes topar con algo falso a lo que te arrimas y terminas muriendo
engañado”. Este es un país donde el Gobierno que preside Mariano Rajoy tiene previsto rebajar el IVA a las corridas de toros, pero no al cine, al teatro o a los
libros de texto. ¿Alguien lo entiende? También Juan Carlos de Borbón hace unos días, con motivo de la entrega del Premio Taurino de ABC a Morante de la Puebla, dijo en su
discurso que “siempre podréis contar con
todo mi apoyo”. Las corridas de toros producen sarpullido a la inmensa
mayoría de ciudadanos (alrededor del 75%) que no entienden cómo se puede llegar
a ejercer tal grado de crueldad sobre un
noble animal. Sólo hay que comprobar cómo ha decaído esa mal llamada “fiesta nacional” en las últimas
décadas. En un Estado moderno el sufrimiento de los animales no debe
convertirse en un espectáculo. Juan Carlos de Borbón, a mi entender, ya dio
muestras de su gran insensibilidad en Botswana matando elefantes en abril de 2012. Tampoco
resultaba coherente con la presidencia de honor que ostentaba en WWF España (fundada en 1968 bajo las
siglas de ADENA) una organización
conservacionista que trabaja activamente para la protección de especies
vulnerables, entre las que se encuentra el elefante africano, acorralado por la
caza furtiva y la pérdida de su hábitat. Durante la asamblea celebrada el 21 de
julio de ese año, los socios de WWF
España decidieron por abrumadora mayoría (226 votos a favor, 13 en contra,
cinco en blanco y una abstención) que el entonces rey dejara de ser presidente
de honor con la diplomática fórmula de eliminar ese cargo. Aquella no era la
primera cacería del entonces jefe del Estado. Ya en 2006 la Mesa del Congreso rechazó
admitir a trámite una serie de preguntas de ERC en las que pedía explicaciones
por la supuesta participación del rey en una cacería de osos en Rusia. La Casa del Rey desmintió
entonces las informaciones de la prensa rusa que aseguraban que Juan Carlos de
Borbón había matado a un oso llamado Mitrofan
al que le habían dado de beber vodka para embriagarlo.
domingo, 12 de marzo de 2017
Pregoneros

sábado, 11 de marzo de 2017
Elogio de la sangría incruenta
En mis ratos de ocios cuaresmales acostumbro a leer con
devoción El Arte de Enfermería (Instrucción de novicios de la Orden de la Hospitalidad. Tomo
2, escrito por fray José Bueno y González, prior del convento-hospital de la Santa Misericordia de la ciudad
de El Puerto de Santa María y dedicado al arcángel san Gabriel. (Madrid,
oficina de don Juan Nepomuceno Ruiz, dic. 1833). Y hoy, 11 de marzo,
aprovechando que comienza la novena de san
José y que la Iglesia Católica
conmemora la festividad de los santos Eutimio,
Vendiciano y Sofronio, me enfrasco en la lectura in profundum de un apartado completamente serio: la sangría. Se
señala en la Instrucción de Novicios que se trata de una
operación en la que se abre un vaso para evacuar sangre y se divide en
arteriotomía, flebotomía y capilar, según dónde se pincha con la lanceta, que
puede ser de tres clases: de hoja de olivo, de punta de espino y de pico de
gorrión. Y la sangre extraída deberá contenerse en tarro de barro o de lata,
nunca de cobre mal estañado, porque aumentará el color de la sangre y no se
podrá formar buen juicio de ella. En la Instrucción
se deja bien claro que de formarse aporisma deberán aplicarse unas
compresas mojadas en agua fría y
vinagre. Y si se enconase la cisura, se deberá colocar un pétalo de rosa, un
parche de ungüento amarillo, u otro supurante. Podría añadirse –el libro no lo
indica-- la aplicación de sanguijuelas in situ, cuya saliva, la hirudina, es un potente anticoagulante,
aunque otra de sus sustancias, la hianuronidasa
es un anticicatrizante que sirve para mantener el flujo de sangre durante la
mordida. Es decir, como en la contabilidad por partida doble: no hay debe sin
haber ni activo sin pasivo. Hipócrates señaló la relación entre la sangría y la teoría
de los humores. Se creía que las enfermedades eran producto de un
desequilibrio de fluidos o vapores corporales, llamados humores. Para
reestablecer el equilibrio humoral había que provocar vómitos, diarrea, sudor o
sangría. Y el Código de Salud de la Escuela de Salerno,
redactado en verso en el siglo XII, afirmaba: “La sangría purga veladamente el
cuerpo/ porque excita los nervios, mejora los ojos/ y la mente y mueve el
vientre/ Aporta el sueño, limpia los pensamientos y expulsa la tristeza, / y el
oído, el vigor y la voz aumentan cada día”. Qué quieren que les diga, a mí me
gusta más otra sangría, la bebida típica de verano, que reduce el riesgo de
arteriosclerosis, equilibra la flora intestinal, tiene minerales como magnesio
potasio y fósforo, vitaminas A y C, bacterias lácticas etc. El vino tinto evita
la pérdida auditiva, protege la vista y tiene una labor antihistamínica. Y si
ese vino tinto es de uva garnacha, importante en taninos, incluye todas las
vitaminas del grupo B, en especial la
B6, importante para que funcionen bien las enzimas. Otro día
deberé hacer un elogio del “tinto de
verano” (vino con sifón), que nació en la década de los 20 en la cordobesa Venta de Vargas. Lo cantaba Concha Piquer: "Venta de Vargas, guitarras suenan, / el fandanguillo llora un penar. /
Toca el del chato de manzanilla / y una gitana sale a bailar".
viernes, 10 de marzo de 2017
Respeto a los peatones
De la misma manera que existen los planes de de
desratización y de control de especies invasoras, como cotorras argentinas o
siluros, entiendo que sería conveniente que los ayuntamientos dictaran normas
para que las terrazas y veladores no impidiesen la circulación peatonal por las
aceras. Leo en El Correo de Andalucía
que en Sevilla los hosteleros están que trinan. Consideran “ilegal” las medidas
adoptadas por la Gerencia
de Urbanismo y entienden lesionados a
sus intereses con la prevista y necesaria reordenación de los espacios
peatonales. Ignoro si tales medidas producirán un lucro cesante a los dueños de
esos establecimientos, pero la realidad es que está resultando incómodo
transitar por las aceras del Casco Histórico de la Ciudad Hispalense.
A todo ello habría que considerar que los ciudadanos tienen derecho al descanso
y a que no haya vocerío debajo de su ventana a altas horas de la noche. Todo
sea dicho, la proliferación de terrazas fueron en su día autorizadas por el Municipio en su afán recaudatorio, puesto que
se cobran tasas en función de las sillas y mesas “plantadas” en suelo urbano.
Pero la razón que exponen los hosteleros sevillanos, la de que dan trabajo a camareros de mesa, no parece que sea una
razón de mucho peso, si se considera que muchos veladores son de autoservicio.
En el caso de Sevilla, visitada anualmente por cientos de miles de turistas de
todo el mundo, habrá que recurrir a las estadísticas para dejar las cosas
claras. Alfredo Sánchez Monteseirín
(PSOE) dejó la Alcaldía
con 9.635 veladores y con 76.689 parados; y Juan Ignacio Zoido (PP), actual ministro de Interior, dejó la Alcaldía cuatro años más
tarde con 13.679 veladores y 84.470 parados. Por tanto, no existe una relación
inversamente proporcional entre veladores y desempleados, como se quiere dar a
entender por parte de la Asociación de Hostelería de
Sevilla. Juan Espadas (PSOE), actual
alcalde, desea recuperar las aceras para los peatones. Así de simple.
jueves, 9 de marzo de 2017
Tomar el rábano por las hojas
No se deben crear molestias donde no existen. Leo en la
prensa aragonesa que “el concejal de Servicios
Públicos, Alberto Cubero, confirmó
ayer, durante la festividad de san Juan
de Dios, patrón de los bomberos, que el Cuerpo no podrá volver a celebrar
misa en sus instalaciones, una tradición que se remonta a 1953 y que
este año ha tenido que cambiar de ubicación por orden municipal”. Ello se produce “en cumplimiento del programa
de Zaragoza en Común”. A Pedro
Santisteve, alcalde de Zaragoza, habría que recordarle que el patrón del
Cuerpo de Bomberos es san Juan de Dios, elevado a los altares por el papa Alejandro
VIII en 1690, y que en los actos religiosos de ese día se tiene por costumbre
evocar a los bomberos fallecidos. Confundir laicidad
con aconfesionalidad es una forma de
sacar las cosas de quicio. La costumbre es la repetición de actos tolerados que
adquieren fuerza de ley. El Estado es aconfesional, según declara la Constitución
Española; es decir, que no reconoce como religión oficial
ninguna, pero tiene la obligación de facilitar a las diferentes creencias sus
prácticas, como queda establecido en su artículo 16.1. Pedro Santisteve debería
preocuparse de tratar de aminorar la tremenda deuda municipal dejada por el
socialista Belloch; de mantener
limpia la ciudad; de podar
convenientemente los plátanos de sombra en la avenida de san Juan de la Peña; de evitar que las
terrazas hosteleras produzcan malestar en el descanso de los vecinos; de incrementar
los servicios sociales; etcétera. Es larga la lista. A ningún ciudadano, al
menos que yo sepa, le causa fastidio que el Cuerpo de Bomberos celebre una misa
en el parque de la calle Valle de Broto una vez al año, donde se honra a su
patrono y se recuerda a los compañeros fallecidos. El señor Santisteve justifica su posición afirmando que
“va en línea con el laicismo que debe imperar en instalaciones y servicios de la Administración”.
Eso es, a mi entender, un despropósito
inadmisible. Ya puestos, que no abran los policías locales a lomos de caballos
los desfiles procesionales por las calles zaragozanas durante la Semana Santa. ¿Iría ello en
línea con ese laicismo del que hacen gala? Eso sería tomar el rábano por las
hojas.
miércoles, 8 de marzo de 2017
Romance de ciego

martes, 7 de marzo de 2017
Sex doll
Escasea el trabajo, los robots suplen muchos puestos en las cadenas de montaje de automóviles y
electrodomésticos, los ordenadores han quitado administrativos en las oficinas, los
tractores ejecutan la labor de muchos braceros en el medio rural, etcétera. Ya
no existe faena para todos y pretender reducir la tasa de desempleo por parte
del Gobierno pronto resultará un vano intento. En España hemos ido más lejos
todavía. Los empresarios contratan a dos trabajadores por el precio de uno, a
ser posible como autónomos, por evitar
su parte de aportación a la Seguridad Social y quitarse de encima farragosos problemas
laborales. Pero aquí, como en el circo, existe el más difícil todavía. Ahora
resulta que las señoras que ejercen el oficio más antiguo del mundo, las
prostitutas, están que trinan. Según leo en El
Español, las prostitutas de Barcelona “critican que se les relegue a un
objeto sin alma y envían mensajes a los clientes para concienciarles de las
diferencias que hay entre ellas” y las muñecas hinchables. “Rechazan la idea de
ser substituidas por las sex doll,
como se les llama a estas muñecas, que esperan a sus clientes con la ropa que
ellos quieren y en la posición que ellos han decidido, siempre que hayan
efectuado la reserva. Todo, por un módico precio de 80 euros la hora; 150
euros la hora y media, y 170 euros las dos horas de servicio”. A mi
entender módico no parece que sea el encuentro con la Barbie.
Esta moda se ha importado de Estados Unidos y de la Europa con la que todos
soñamos y a la que pertenecemos. Los de mi generación siempre esperábamos
encontrar en un burdel, por encima de otras satisfacciones, a una mujer que nos
escuchase con atención y aliviase nuestra soledad. El resto era una vulgaridad.
Y la generación de nuestros padres y abuelos, que vivían con menos prisa, esperaban su turno en la butaca de una sala
de espera leyendo la Tercera de ABC.
Lo de ahora es diferente. Con las sex doll siempre quedará el consuelo de que el cliente no será
interrumpido en su monólogo, ni pillará ladillas ni purgaciones de garabatillo, y se ahorrará el Salvarsán y el suplemento de
la hortera copa de Benjamín.
lunes, 6 de marzo de 2017
Elogio del cocido
“Está la pota en la lumbre. El fuego, manso, calienta poco a
poco el agua y un trocito de unto. Los primeros en zambullirse en la
pantagruélica olla son el lacón y la carne del porco...”. Así comienza un
artículo de Xurxo Melchor (La Voz de Galicia, 02/02/2005) que titula “Oda al
cocido”. El cocido, que según Gregorio
Marañón libró de la muerte a más gente que la penicilina, es plato
contundente que bien merecería una escultura. Hoy lunes, El Español da cuenta de los mejores restaurantes de la Comunidad de Madrid
especializados en el noble arte de servir un excelso cocido madrileño, como dio cuenta aquel pasodoble que cantaba Pepe Blanco en la época del
racionamiento: “Cocidito madrileño,
repicando la buhardilla/ que me huele a hierbabuena/ y a verbena en las
Vistillas…”. Pepe Blanco, alias Marchenita,
que había sido taxista en Cenicero, era un hombre que había comido pan de
muchos hornos. Pues bien, entre los mejores restaurantes que ofrecen esa comida
de dos y tres vuelcos destacan EL Cherolés,
en San Lorenzo de El Escorial; le siguen Malacatín,
en el barrio de La Latina;
L’Hardy, el la carrera de San
Jerónimo; y el Nuevo Horno de Santa
Teresa, en Santa Teresa, 8. Xurxo Melchor escribió sobre el cocido.” Cuando
el cocho ha cocido le llega el turno a la gallina y a la ternera, que hierven
aparte, como los grelos, patatas, garbanzos y chorizos. Tras hora y media o dos
horas de hervidura, los ingredientes se sirven en bandejas, en delicioso
mosaico de sabor y color. Tan sólo queda hincarle el diente. Es el cocido
comida social. De las que necesitan buena compañía y mucho tiempo. Se zampa
lentamente y hasta reventar, haciendo hueco en el estómago donde no lo hay. Es
la enchenta por antonomasia. La mariscada de cortello. El plato del hombre llano”.
Dicho queda.
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