La
Cuaresma y la Semana Santa
son los temas recurrentes de la prensa de papel cuando, según parece, no tiene
mucho que contar pese a que sí hay mucho que contar. Que si las torrijas, que
si las cofradías, que si la prevista ocupación hotelera no sé dónde... Señala Gabriel Ramírez en un artículo, “Verdades absolutas y mentiras evidentes” (El
correo de Andalucía, 07/03/2017), que “al final, la vida es la percepción
que tenemos de la realidad y poco más. Si
hay suerte te encuentras ante una verdad que reconoces. Pero, si no acompaña la
fortuna, te puedes topar con algo falso a lo que te arrimas y terminas muriendo
engañado”. Este es un país donde el Gobierno que preside Mariano Rajoy tiene previsto rebajar el IVA a las corridas de toros, pero no al cine, al teatro o a los
libros de texto. ¿Alguien lo entiende? También Juan Carlos de Borbón hace unos días, con motivo de la entrega del Premio Taurino de ABC a Morante de la Puebla, dijo en su
discurso que “siempre podréis contar con
todo mi apoyo”. Las corridas de toros producen sarpullido a la inmensa
mayoría de ciudadanos (alrededor del 75%) que no entienden cómo se puede llegar
a ejercer tal grado de crueldad sobre un
noble animal. Sólo hay que comprobar cómo ha decaído esa mal llamada “fiesta nacional” en las últimas
décadas. En un Estado moderno el sufrimiento de los animales no debe
convertirse en un espectáculo. Juan Carlos de Borbón, a mi entender, ya dio
muestras de su gran insensibilidad en Botswana matando elefantes en abril de 2012. Tampoco
resultaba coherente con la presidencia de honor que ostentaba en WWF España (fundada en 1968 bajo las
siglas de ADENA) una organización
conservacionista que trabaja activamente para la protección de especies
vulnerables, entre las que se encuentra el elefante africano, acorralado por la
caza furtiva y la pérdida de su hábitat. Durante la asamblea celebrada el 21 de
julio de ese año, los socios de WWF
España decidieron por abrumadora mayoría (226 votos a favor, 13 en contra,
cinco en blanco y una abstención) que el entonces rey dejara de ser presidente
de honor con la diplomática fórmula de eliminar ese cargo. Aquella no era la
primera cacería del entonces jefe del Estado. Ya en 2006 la Mesa del Congreso rechazó
admitir a trámite una serie de preguntas de ERC en las que pedía explicaciones
por la supuesta participación del rey en una cacería de osos en Rusia. La Casa del Rey desmintió
entonces las informaciones de la prensa rusa que aseguraban que Juan Carlos de
Borbón había matado a un oso llamado Mitrofan
al que le habían dado de beber vodka para embriagarlo.
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