Ignoro si Manuela
Carmena se disfrazará de viuda el próximo Carnaval, como ha señalado el
pasado Miércoles de Ceniza ante la Cofradía Alegre de la Sardina. Lo que ya no sé es cómo visten hoy las viudas. Son pocas las mujeres que
se ven por ahí de luto riguroso, salvo en la etnia gitana. Otra cosa distinta
es que Carmena se pueda poner, pongamos por caso, el traje de viuda rica,
elaborado con bordados de oro y lentejuelas, incluso en el dengue y el
delantal, sobre terciopelo bruno, como sucede en Toro y su alfoz, en la provincia
de Zamora, donde existen dos trajes típicos: el de viuda rica y el de labradora.
Este último se acompaña con mantón de
Manila, que no era ni es de Manila sino de la China, na, como las naranjas de La
Verbena de la Paloma.
Incluso Carmena podría
hacer el papel de la señá Rita en su
parodia carnavalesca. Eso sí, la señá Rita no iba de oscuro en la obra de Bretón sino con vestido chiné,
de alegres colores. Conocida era la costumbre de las viudas, que llevaban luto
hasta la muerte en toda la zona mediterránea hasta bien entrado el siglo XX.
Como dejó escrito Eduardo Fernández
Merino (“La Virgen de luto”),
“todos recordamos todavía haber visto en los pueblos españoles a muchas mujeres ancianas vestidas de oscuro con faldas
largas, mandiles holgados y pañuelos o toquillas en la cabeza y sobre los
hombros, enseñando apenas la cara y las manos”. Algo parecido sucede con la
imaginería popular al hacer referencia a La Dolorosa
en los desfiles procesionales de Semana Santa. Y en el Quijote se hace referencia a una viuda que llevaba unas tocas tan
largas que no sólo tapaban el vestido sino que llegaban al suelo, como sucedía
en entierros y misas de réquiem. Y sobre el Valle de Ansó, el viajero Gustave d’Alaux (artículo titulado “L’Aragon pendant la guerre civile”,
publicado en la “Revue des deux mondes”,
el 15 de febrero de 1846) señaló que “el traje portado por las viudas ansotanas
recordaba por su severidad al que usaban las viudas de la corte de Felipe II”.En fin, Carmena tiene todo
un año por delante, hasta el próximo entierro
de la sardina, para probarse todo tipo de trajes típicos españoles. Sólo es
necesario que busque y profundice en los rancios catálogos de la Sección Femenina del Movimiento.
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