domingo, 4 de abril de 2021

Agatópodo no es una clase de insecto

 

Siento vergüenza de ser tan ignorante, pero si alguien me hubiese preguntado ayer a qué hacía referencia la palabra “agatópodo” sin duda alguna lo hubiese relacionado con un insecto de la familia de los artrópodos; no sé, un escorpión, una garrapata… Pero hoy, Domingo de Resurrección, al cambiar la hoja del taco del calendario de los Jesuitas leo en el santoral del día a san Agatópodo,  san Teódulo, san Benito de Palermo, san Platón abad, etcétera. Mi curiosidad me lleva a consultar “El gran libro de los nombres”, de Manuel Yáñez Solana. No está registrado san Agatópodo. Lo más parecido es Agatángelo, Agatocles, Agatodoro, Agatón, Agatónico y Agatopo, este último de origen griego y que significa “de excelente vista”. De todas las herramientas que tengo a mi alcance, que no son muchas, acudo a consultar un  buscador de nombres en internet. Y me entero de su etimología: es de origen griego y significa “de buen pie, de buen andar”. Parece ser que en determinados manuscritos griegos contenidos en el Martyrologium Hieronymianum se hace referencia al diácono Agatópodo de Tesalónica y al lector Teódulo, y que ambos fueron lanzados al mar con piedras atadas al cuello antes del año 411 por su persistente defensa del Cristianismo. Más recientemente, el narrador costumbrista Alexandr Chéjov (1855-1913), hermano mayor de Antón Chejov, se sirvió a lo largo de su vida de varios seudónimos en su obra literaria, entre ellos "Aloe", "Gúsev", "A. Canoso", "Sr. Sopabóbov" y "Agatópodo Único". No quiero terminar sin añadir que en el “Almanaque para el Año 1958” incluido en los “Papeles de Son Armadans” (página 134) puede leerse en el santoral correspondiente al día 4 de abril (aquel año coincidente con Viernes Santo) san Agatópode; es decir, con la última letra cambiada.

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