lunes, 19 de abril de 2021

La Pajarita

 


La Pajarita fue fundada en el número 6 de la madrileña Puerta del Sol por Vicente Hijós Palacio y su mujer, Lorenza Aznárez Pérez en 1852. Aquel establecimiento alquilado nació sin tener un nombre en la puerta. La confitería se encontraba entre el Café de Levante y la farmacia Borrel. Un año antes, Vicente Hijós había presentado un caramelo de azúcar cristalizado en la Exposición Mundial de Londres y tuvo bastante aceptación entre los visitantes. Sus característicos caramelos van envueltos en un  papel con un jeroglífico donde se indica la primera dirección: “Puerta del Sol, 6”. En 1968 fue necesario cambiar la tienda de lugar y quedó establecida en la calle Villanueva, 14. En 1991, tras unas reformas en la primera tienda, que había sido declarada en ruinas, los inquilinos se vieron obligados a cerrarla definitivamente. El arrendador pasó de cobrar 12.000 pesetas mensuales de alquiler (72 euros) a un millón (6.000 euros). En la actualidad Carlos Lemus, junto a su esposa Rocío Aznárez conforman la sexta generación de la misma familia que continúa con el negocio. Se ofrecen 17 sabores distintos de caramelos. Uno de ellos, el de violeta, sigue conservando su sabor y su secreto industrial. De la misma manera, las cantidades exactas hasta lograr el punto perfecto del  “marrón glacé” se encuentran bajo llave en el interior de una caja fuerte. Son proveedores del Congreso, el Senado, el Tribunal Constitucional, el Consejo del Poder Judicial y algunas prestigiosas Academias. Fue Miguel de Unamuno, aficionado a la papiroflexia (hacía pequeñas pajaritas con los papeles de los azucarillos) y amigo de Vicente Hijós el que le sugirió el nombre a su negocio. Entre sus clientes se encontraba José Canalejas, nacido dos años más tarde de la creación de la confitería, que siendo presidente del Consejo de Ministros fue asesinado mientras observaba detenidamente un escaparate de la Librería San Martín (Puerta del Sol esquina a Carretas) el 12 de noviembre de 1912. Poco antes de su asesinato había visitado “La Pajarita” y en uno de los bolsillos de su gabán portaba una bolsa con esos afamados caramelos. Las cuevas del primer establecimiento, el de la Puerta del Sol, sirvieron de refugio contra los bombardeos durante la Guerra Civil y hasta hace pocos años fueron las monjas dominicas del convento de clausura del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Loeches las encargadas de envolver los caramelos a mano. Aquellos caramelos se hicieron famosos hasta el punto de que en 1881 José Vicente Arche,  entonces director de la orquesta del Teatro de la Zarzuela, compusiese una polka  para piano con el título “Caramelos de la Pajarita”, sobre la que queda constancia en la portada de “La Correspondencia Musical” (Año II, número 80, 12/07/1882).

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