jueves, 8 de abril de 2021

La real gana

 



A
yer miércoles, me dejó asombrado Antonio Burgos con su “recuadro” de ABC. No entendía el deseo de jugar la Copa del Rey determinados clubes que pertenecen a regiones cuyos políticos se declaran abiertamente republicanos. Se estaba refiriendo, como todo el mundo sabe, al Athletic y a la Real Sociedad, que se enfrentaron en el campo sevillano de La Cartuja. Y el profeta en su tierra hispalense dice, refiriéndose a Felipe VI, que “jugando la final la Real Sociedad y el Athletic, en circunstancias normales, la interpretación de la Marcha Real hubiera sido un estruendo de protesta contra cuanto representa”. Pero no fue así. El partido fue a puerta cerrada, sin público en las gradas, y los jugadores fueron respetuosos mientras la interpretación del himno oficial. En consecuencia, Burgos hace votos para que la Copa del Rey se siga celebrando en años posteriores en ese mismo estadio deportivo y sin hinchas. Así, muerto el perro se acabó la rabia. A Burgos le diría que tanto el jefe del Estado como la bandera representan a España, no a los españoles. A los españoles nos representan los políticos que se sientan en los escaños del Congreso de los Diputados; que los españoles no somos plebeyos sino ciudadanos; y que estamos en nuestro derecho de sentirnos monárquicos,  republicanos, o ninguna de las dos cosas. Digo más, si el jefe del Estado recibe silbidos en cualquier acto público debe “encajarlos” con naturalidad. Esos silbidos son gajes del oficio y entran en la partida que cada año se asigna a la Corona en los Presupuestos Generales del Estado. Burgos, de paso, aprovecha para preguntarse: “¿Cómo es que el club de San Sebastián luce contradictoriamente el título de ‘Real’, cuando en sus praxis está contra la Corona?”. La respuesta es simple: porque el  título de ‘Real’ le fue otorgado por Alfonso XIII  el 11 de febrero de 1910. Además de ello, porque le viene en gana.

 

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