domingo, 20 de noviembre de 2022

Bravuconadas de aldeano

 


El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo ha retado hoy en La Vanguardia al presidente del Gobierno Pedro Sánchez a cesar a la ministra de Igualdad, Irene Montero. La postura del jefe de la Oposición (sin asiento en la bancada del Congreso) ha sido como la de un  gañán de aldea: “¿A que no te atreves a cesarla?”, esperando a que el otro al que se dirige le responda: “A que sí”. El presidente del Partido Popular debería ser conocedor de que el presidente del Gobierno está capacitado para nombrar y cesar ministros cuando así lo entienda necesario por los intereses de España, no cuando un gañan de aldea con ínfulas de baratero de pacotilla se lo requiera por mor de la afición, o sea, por contentar a la derechona más dura que le mide los pasos. Del mismo modo, Núñez ha mantenido en ese diario que “eliminar el delito de sedición soluciona los problemas de Sánchez y de los independentistas de Esquerra y no los problemas de Cataluña”. Queda claro, según se desprende de sus declaraciones, que ese gallego confunde el tocino con la velocidad. No entiende, por ejemplo, que el delito de sedición no se contempla en la Unión Europea y que lo único que ha hecho el Gobierno español es homologarse a los estándares jurídicos de Francia, Italia y Alemania. Por lo tanto, el delito de sedición se va a cambiar por  el delito de “desórdenes públicos agravados”, con rebaja de las penas hasta un máximo de cinco años de prisión, que en Francia se equivale al llamado “delito de resistencia” y en Alemania, “amotinamiento con violencia”. Y ya para terminar, Núñez parece que no entiende que el Código Penal indica que “tendrán efecto retroactivo aquellas leyes penales que favorezcan al reo”. Cierto que la “ley de solo sí es sí”  ha rebajado hasta el momento una docena de condenas de abusos sexuales y ha excarcelado a otra media. Pero las leyes no se llevan a cabo en los Consejos de Ministros sino en las Cortes Generales, donde el Partido Popular está representado con 88 escaños en el Congreso y con 99 en el Senado. Las bravuconadas del gañán de aldea Núñéz hubiesen quedado bien, en todo caso, en la foto que se hizo con el narcotraficante Marcial Dorado Baúlde en marzo de 2013, pero que su amistad con el traficante –según explicó Núñez más tarde- “se limitó al ámbito del ocio”. Núñez había conocido al narcotraficante a través de Manuel Cruz, posteriormente muerto en accidente, y que era  un conocido militante del PP en Ferrol y chófer oficial de  Romay Beccaria, impulsor de su carrera política. Al menos, a mí me lo parece.

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