lunes, 14 de noviembre de 2022

Nuevos "episodios nacionales"

 


Estos días se comenta en la prensa la necesidad de sacar  cuanto antes a determinados militares golpistas del Alcázar de Toledo, entre ellos a José Moscardó Ituarte y a Jaime Milans del Bosch Ussía. Hoy, en el diario de ultraderecha y católico El Debate, el sobrino del dos veces golpista Milans del Bosch,  Alfonso Ussía, en su artículo “Muy bonita, pero estropeada”, cuenta algo que me parece una fantasmada más de las que ya nos tiene acostumbrados. Dice (eso no lo voy a poner en duda, por ser intrascendente) que trabajó muchos años con Juan Garrigues Walter, cuando éste presidía  la sociedad CIEX dedicada a la exportación de productos españoles a la URSS. Gracias a las hemeroteca podemos comprobar la existencia de un artículo “Garrigues Walker y la URSS”, aparecido en El País el 29 de enero de 1980, donde su autor, Garrigues, en referencia a otro artículo suyo aparecido en ese mismo diario,  “Sobre Afganistán y la política exterior española” (25 de enero de 1980), hace referencia a una nota al pie del diario diciendo que era presidente de una compañía (CIEX) dedicada al comercio con la Unión Soviética. Aclara Garrigues: “No soy presidente de ClEX, en primer lugar. En segundo lugar, CIEX mantiene comercio con varios países del mundo, incluido Estados Unidos, y, por tanto, parece innecesario, inconveniente y de una intencionalidad dudosa la especificación de que CIEX se dedica al comercio con la Unión Soviética”. A Alfonso Ussía abría que aplicarle el conocido dicho: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Sí, en efecto, Juan Garrigues, había adquirido en 1978, junto a  Pedro Ussía y Muñoz-Seca  (III conde de los Guitanes, fallecido en 2016)  y José María Rotaeche Velasco la mayoría de las acciones de Prensa Castellana, S.A., editora del diario  Informaciones. Cuenta Alfonso Ussía en su artículo de hoy, como digo,  que cuando España y la URSS formalizaron sus relaciones diplomáticas, nombraron embajador en España a Serguei Bogomolov. Éste tuvo un secretario de embajada, Igor Ivanov, “que era en que, en verdad, mandaba”. (…) “Mandaba en la embajada soviética tanto o más que el chófer del embajador, miembro de la KGB, y al que Bogomolov temía más que a un nublado. Para celebrar algo que no recuerdo -sigue contando Ussía-, Juan Garrigues tuvo la idea de organizar un tablao flamenco en honor de los diplomáticos soviéticos. El embajador aceptó encantado. Igor Ivanov puso algún reparo, y el chófer se opuso al ambigú. Y no hubo tablao flamenco. Cuando la URSS se desintegró, Ivanov fue nombrado embajador de la Federación Rusa en España”. Y es, a partir de entonces, cuando Ussía echa a volar su imaginación volandera, como es habitual en él, y crea sus propios “Episodios Nacionales” dejando pequeño a Galdós. Así lo describe: “Don Juan tenía gran interés en conocer a Ivanov. Y organicé en el restaurante El Bodegón de la calle del Pinar una cena a la que asistimos, Don Juan, el embajador Ivanov, el hoy almirante Teodoro de Leste, –ayudante de Don Juan–, y el que escribe. Teodoro y el que escribe somos testigos vivos de aquel encuentro, y me figuro que Igor Ivanov también. Don Juan deseaba tener información, como buen marino, del estado de la flota rusa. Ivanov le adelantó que era el embajador de Rusia y otros territorios, pero cada día que pasaba dejaba de serlo de alguno. –-Hoy, Señor, he dejado de representar a Ucrania y Georgia–. Y llegamos a la flota rusa. Ivanov le informó a Don Juan de su estado y capacidad de maniobra con una descripción sencilla y breve: --La flota, en sus diferentes bases del norte y del sur, está en un ochenta por ciento amarrada. Muy bonita y con los buques recién pintados. Pero la mayor parte de ellos, no están operativos. Tenemos la flota más bonita y más estropeada de Europa--”. ¿Alguien en su sano juicio cree que el embajador en España de la Federación Rusa podía decir impunemente que la mayoría de los barcos de la Armada rusa no estaban operativos? ¿A Juan de Borbón de verdad le interesaba cómo estaba la flota rusa? Supongo que, más o menos, lo que me interesa a mí el árbol genealógico de san Siardo de  Mariëngaarde. Vamos, anda…

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