sábado, 26 de noviembre de 2022

"Picadillo" en el recuerdo

 


Ahora que se acerca el fin de año y las fiestas de Navidad me viene a la memoria la figura del “todoterreno”  Manuel María Puga y Parga, más conocido como Picadillo, que explicó detalladamente cómo  asar el pavo, tradicional en esas fechas. Decía que el primer paso consistía en emborracharlo con aguardiente de caña, es decir, con ron. El segundo paso, en decapitarlo cuando esté borracho, después desplumarlo y dejarlo colgado toda la noche, para luego abrirlo y limpiarlo. Más tarde, untarlo con ajo, sal y manteca de cerdo antes de meterlo al horno. Este curioso personaje había nacido en Santiago de Compostela el 23 de abril de 1874 y fue jurista, escritor, político y gastrónomo. Hijo de Luciano Puga y Blanco, que fuera catedrático en la Facultad de Derecho, alcalde de Santiago, decano del Colegio de Abogados de La Coruña, responsable máximo del Banco de España en Cuba, diputado, senador y fiscal del Tribunal Supremo; y nieto de Manuel María Puga Feijoo, coronel del ejército isabelino y heredero de la condesa de Jimonte. Picadillo estudió Derecho  e hizo el doctorado con su tesis “Fueros Nobiliarios” en 1895. La amistad de su padre con Cánovas le llevó a obtener plaza de funcionario en el Ministerio de Gracia y Justicia, que conservó hasta quedar cesante tras el asesinato del político dos años más tarde por el anarquista Angiolillo en el ‘balneario de santa Águeda’, en Mondragón. Poco más tarde fue nombrado juez de Arteijo (La Coruña) y por aquellas fechas contrajo matrimonio con Carmen Ramón. Acompañó a su padre en 1892 en su viaje a Cuba a bordo del primer vapor ‘Alfonso XIII’, de la Compañía Transatlántica Española. Hubo otro vapor con el mismo nombre, botado en septiembre de 1920 e inaugurado en 1923 que durante la República se llamó "Habana", dado de baja en 1975 y posteriormente desguazado. El primero de ellos naufragó el 5 de febrero de 1915 en la bahía de Santander por una "surada". Curiosamente, en su segundo viaje a su regreso de  América, en 1893, coincidió estando atracado en el muelle de Santander con el barco "Cabo Machichaco", de triste recuerdo. Durante el trayecto a Cuba tuvo un incidente Picadillo que terminó en duelo, por fortuna suspendido por su obesidad. Su seudónimo lo comenzó a utilizar en los periódicos ‘El Orzán’ y ‘El Noroeste’ con sabias recetas de cocina. En 1901 publicó “36 maneras de guisar el bacalao”. Una de ellas está dedicada a su amigo Wenceslao Fernández-Flórez con cierta guasa. Así la describe: “Se coge una hoja de bacalao muy delgada, tan delgada como Wenceslao Fernández Flórez, y se toman unos tomates muy gordos, tan gordos como yo. Se sala a Flórez y se me parte en pedazos a mí, y en una tartera, capa de pedazos de Flórez desalados y capa de yo. Fuego lento; refrito por encima de aceite; mucha cebolla y ajos cuando Flórez está cocido. Diez minutos más de fuego y un perejil final reducido a 'Picadillo' con alguna sal si la necesitase. Y así es la vida. Yo estaré dividido por el eje, pero usted, amigo mío, se queda sin sal que es bastante peor”. En 1905 publicó “La cocina práctica” con prólogo de Emilia Pardo Bazán. Otras obras del mismo autor fueron “A coclña popular gallega y recetas para la cuaresma”, una ampliación, hasta 56, de las diferentes maneras de hacer el bacalao (1906);”El rancho de la tropa” (1909); “Pote aldeano” (1911); “Vigilia reservada: minutas y recetas” (1913); y la póstuma  “Mi historia política” (1917). Murió en La Coruña el 30 de septiembre de 1918 como consecuencia de la mal llamada “gripe española” que diezmó Europa. Tenía 44 años.

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