martes, 15 de noviembre de 2022

Decadencia epistolar

 


Con ocasión de que Correos sacase a la venta en los estancos esta semana un sello en el que se recuerdan los “100 años de historia del Partido Comunista de España”, la Asociación de Abogados Cristianos puso el grito en el cielo. Tal es así que la venta de ese timbre se paralizó. Ramón Reig nos recuerda a los lectores de El Correo de Andalucía que “hubo un tiempo en el que el Cristianismo tenía como la bestia negra al Liberalismo. Luego ya condescendió y la emprendió con el Comunismo que era más acertado con vistas a mantener su existencia, la existencia de la Iglesia quiero decir, dado que no había forma de liquidar al Liberalismo”. Y en esas estamos. Los sellos de Correos son unas pegatinas que tienden a desvanecerse desde que el correo epistolar, el de “Pepita Jiménez”, casi ha desaparecido, también Juan Valera, sobre el que hizo un ensayo magnífico Manuel Azaña (Premio Nacional de Literatura, 1926) y las cartas de los bancos, de esos usureros (que nunca devolvieron el dinero prestado por el Estado) y que cobran por mantenimiento de cuenta y por derechos de custodia, de tarjeta de créditoy de otras zarandajas, que las buzonean por otros medios y que, en consecuencia, nunca llevan sello en el sobre. La propaganda ya no la envía nadie por carta, salvo la publicidad de fármacos que los distintos laboratorios facilitan a la clase médica por medio de cartulinas. La actua situación de ruina de Correos es evidente. Nada bueno se puede esperar de una entidad de dominio público que estuvo presidida por Núñez Feijóo. Las multinacionales de telefonía llaman a la hora de la siesta, o cuando estás comiendo, donde una locutora con acento criollo y siempre con el tuteo de por medio, intenta vendernos una línea de internet con más gigas, más cohetería artística y a menor coste, o donde una voz de señora nos informa de que tal día estará un equipo por su barrio, y que pueden venir a nuestra casa para ofrecernos un plan de cambio de cuarto de baño sin  coste de presupusto, o de colchón. Por eso digo que los sellos de Correos están en decadencia para desgracia de los filatélicos. Y el sello del centenario del Partido Comunista en España no es cosa diferente a una pegatina que muestra dos herramientas, la hoz y el martillo, y una estrella de cinco puntas en varios tonos de colores sobre un fondo blanco. Que nadie se asuste. “El Comunismo es  - y así lo sostiene Reig - un ideario que no se puede poner en práctica como tampoco se pueden concretar los fascismos y los nazismos. El ser humano donde está más a gusto es jodiéndose entre sí por lo bajini con el Liberalismo y el Posmodernismo, que juegan a la democracia de maravilla”.

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