lunes, 28 de octubre de 2024

El bumerán

Quiero dejar claro que toda mujer merece mi respeto y que tiene los mismos derechos y obligaciones que el varón, y que cualquier acto machista me parece deleznable. Dicho eso, me gustaría comentar que a Íñigo Errejón se le está tratando estos días en la prensa como si fuese Peter Kürten, también conocido como el Vampiro de Düsseldorf, detenido en 1931 por sus horrorosos crímenes de niñas; y sobre el que el director  Fritz Lang hizo una excelente película ese mismo año. “El que esté libre de culpa, que tire la primera piedra”, señala una paremia de origen bíblico (Juan, 8-7). En España, durante muchos años se ocultaron asuntos de mayor calado relacionados con una bragueta inquieta que tuvo que pagar el Estado con el dinero de todos los ciudadanos. Muchos los sabían y callaron por temor a represalias. Dejemos de ser hipócritas. Ahora ha tenido que ser una periodista, Cristina Fallarás, la que sacase a la luz los presuntos acosos sexuales de ese diputado, hasta ahora portavoz de Sumar y presunto maltratador psicológico. Según se desprende de lo escrito por esa periodista, y cito textualmente, “esta es la dinámica que emplea: ser extremadamente simpático inicialmente para engancharte, cuando ve que ha conseguido algo empiezan los desplantes y el gaslighing…”. Esa palabreja inglesa significa “luz de gas”, en el que se hace a alguien de manera sutil cuestionar su propia realidad. Existe una película inglesa de 1940, “Gaslight”, dirigida por Thorold Dickinson y ambientada en la época victoriana donde un hombre  intenta volver loca a su esposa para poder encontrar unas joyas ocultas en algún lugar de su casa, que con anterioridad había pertenecido a la señora Barlow, asesinada allí años antes. Curiosamente, la “Metro” intentó destruir, sin llegar a  conseguirlo, los negativos de aquella versión cuando rodó una remake de esa película, ''Luz que agoniza'', con Ingrid Bergman y Charles Boyer como protagonistas. En resumidas cuentas: el que la haga, que la pague. Pero con el ‘caso Errejón’, entiendo que la derechona, presunta portadora de los valores eternos y que planea a lomos del águila de san Juan,  pretende ir por atún y ver al duque, o sea, desprestigiar a Sánchez por no haber sabido con quién se jugaba los cuartos abrazando a esa coalición para poder gobernar y, de paso, dar la puntilla definitiva a Sumar, la coalición electoral de izquierdas fundada por Yolanda Díaz que agrupa a 20 partidos políticos y que se presentó a las elecciones de julio de 2023 con pésimos resultados. Ese es el quid de la cuestión. Pero con este maldito bumerán, ojo al parche, puede haber sorpresas y el arma arrojadiza regresar al punto de partida y descalabrar al Makinavaja que lo lanzó sin prever sus terribles consecuencias. Si yo fuese Núñez Feijóo, tocaría madera.

 

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