¿Dónde quedó aquel glamur que fascinaba
de pamelas y vítores de otros años durante el desfile militar con motivo de la Fiesta Nacional? Ayer, los televidentes sin mejor cosa que hacer pudimos ver a un jefe del Estado con cara de preocupación presidiendo el desfile junto a su hija heredera, que parecía llevar un vestido de primera comunión, una consorte de gabardina y un jefe de Gobierno de anorak. Y más tarde un besamanos en el Salón del Trono del Palacio Real con el corifeo de costumbre, o sea, un amplio ramillete de invitados, todos ellos representantes de los Poderes del Estado de Madrid y de las Provincias, de la Diplomacia, del Clero, de los Tribunales y de Distintas Esferas Sociales de la Vida Pública, todos disciplinados como colegiales y puestos en fila saludando en orden de parada protocolaria, aunque con escasas genuflexiones o inclinaciones de vasallaje; seguido de un vino de honor (en las recepciones en El Pardo con olor a alcanfor se decía 'vino español', ¿recuerdan?) en el que unos camareros muy bien planchados ofrecían copas de vino de la D.O. Toro, de las centenarias viñas de uvas ‘tintas de Toro’ (que en mi tierra llaman ‘tempranillo’) de la “Bodega Heredad de Urueña”, para los que preferían el tinto; y de otro vino, un ‘verdejo’ de la D.O. Rueda, “Víctor de Valdeguariza”, a los que se inclinaban por el blanco. En el desfile no hubo vuelo de aviones ni lanzamiento de paracaidistas y hasta la cabra de la Legión no era cabra sino un borrego blanco con chapiri, con rango de cabo primero, de nombre Killo. Se notaba la ausencia en los actos de aquel ‘juancarlismo’ que, como hoy señala Pedro García Trapiello en Diario de León, “lamía a ese rey que nos vendían de pirulí todos los medios, todos, sin pedir perdón hoy por su vergonzoso y culpable silencio con tanto secreto a voces, (…) pacificador político de las Españas, ejemplar antigolpista, etc, etc..., (…) hasta que ese ‘juancarlismo’ ya no pudo negar la evidencia del comisionista corrupio y corrupto, del desbraguetado de a millón el polvo, del dejado de sus funciones para matar elefantes o ir con flores al coño de las Bernardas”. Nada más que añadir. Que tengan un buen día.
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